La carta dudosa de Miguel Hernández a Neruda, retirada de la subasta de piezas del Nobel

“Retirado de la subasta”, aseguró a las 20.36 de ayer jueves la directora de la licitación ante el lote 142, que contenía una supuesta carta de 1938 de Miguel Hernández a Pablo Neruda, que formaba parte de los 603 objetos en 238 lotes del poeta chileno que la galería La Suite subastó ayer en Barcelona. La aseveración el pasado miércoles a este diario de que la misiva no sería auténtica tanto por parte de Jesucristo Riquelme, uno de los grandes expertos en la obra hernandiana, como de los representantes de la familia chilena propietaria del libro Viento del pueblo donde figura el mismo texto como dedicatoria (que se habría transcrito y convertido en la carta), llevaron al empresario vinícola Santiago Vivanco, su propietario, a retirarla “hasta poder esclarecer cualquier duda sobre su autenticidad”.

Vivanco, poseedor de la colección de obras del Nobel chileno más importante en manos privadas, hizo pública una nota con la decisión apenas dos horas antes de iniciarse la licitación, en donde tacha también de “muy cuestionables” los argumentos esgrimidos por la Fundación Pablo Neruda, desde donde aseguran que le habría hecho llegar un informe en el que la institución fijaba en 28 los lotes sobre los que tenía “certeza absoluta de su falsedad” y otros cuatro que tachaba de “dudosos”, todo ello a tenor de las dedicatorias de las piezas. Vivanco, que niega haber recibido oficialmente ese informe, asegura que “no se me han remitido testimoniales o caligráficos que demuestren de forma fehaciente que dichos documentos no sean auténticos”. Por ello, en este caso, decidió no retirarlos.

Tras la subasta, fueron 13 de esos lotes cuestionados por la Fundación Pablo Neruda los que acabaron encontrando comprador: 11 que la entidad rechaza de plano y dos sobre los que plantea dudas. El resto fueron retirados al no haber postores, como ocurrió con buena parte de las obras, en tanto se acabaron adjudicando unos 65 lotes. Los expertos cuantificaron en unos 650.000 euros una colección que debía subastarse en un único conjunto el 19 de marzo, cita que el coronavirus obligó a suspender.

Los que alcanzaron las cuantías más altas fueron los libros que tenían un notable componente artístico. Fue el caso de un conjunto de documentos y cartas, fechadas en Pekín, en 1952: una manuscrita sobre papel pintado y motivos vegetales con la famosa tinta verde que usaba siempre Neruda, así como otros papeles con caracteres chinos y una misiva mecanografiada del político chino Chou En-Lai. El lote, desde su estimación en 5.200 euros, alcanzó los 12.000 euros.

El libro de artista Toros (1960), con 15 litografías originales de Picasso (una firmada) y el poema Toro de Neruda, en castellano y francés, fue también de los que animó la puja, al llegar a los 7.000 euros. Algo similar ocurrió con El sobreviviente visita los pájaros, en este caso por contener dos grabados al aguafuerte originales de Miró (4.000 euros). En la subasta también intervino el Ministerio de Cultura, que desembolsó 4.000 euros por dos papiros pintados a mano y un fragmento manuscrito del poema Oda al invierno del rio Mapocho, que Neruda firmó como “ejemplar único para Miguel Ángel Asturias” en 1971.

Los postores, que llegaron a ser 51 personas inscritas solo en el acceso digital a la subasta, amén de los representados en la sala y por vía telefónica, mostraron relativo interés por los lotes fotográficos, si bien un primer plano del poeta de 1923, dedicado y firmado, cubrió los 2.000 euros de su tasación, a mucha distancia de la otra gran imagen de la subasta (300 euros), una en la que el poeta está bajo un cartel de la revista republicana (auspiciada por la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura) El mono azul, en plena Guerra Civil española (1938).