El voluntario de Nantes confiesa ser el autor del incendio de la catedral
El juez decreta la prisión provisional para el hombre tras ser detenido por segunda vez. “Reconocerlo ha sido para él una liberación”, según su abogado
Sorpresa en Nantes. El voluntario de la catedral San Pedro y San Pablo arrestado en relación con el incendio del templo gótico de esta ciudad francesa la semana pasada y posteriormente puesto en libertad sin cargos ha acabado confesando ante un juez ser el autor del fuego que causó graves daños a la basílica y la destrucción de un valioso órgano barroco. El hombre de origen ruandés, que ejercía como monaguillo y era uno de los encargados de cerrar la catedral por las noches, ha sido imputado esta madrugada por “destrucciones y degradaciones por incendio” y enviado a prisión provisional.
Durante el interrogatorio ante el juez de instrucción reconoció, según explicó el fiscal de Nantes, Pierre Sennès, al diario local Presse Océan, que “prendió los tres fuegos en la catedral: en el gran órgano, en el pequeño y en un panel eléctrico”. La gran duda, hasta ahora no aclarada, es el motivo de este acto.
“Mi cliente ha cooperado”, dijo también al mismo medio el abogado del detenido, Quentin Chabert. “Lamenta los hechos y reconocerlos ha sido para él una liberación. Está sobrepasado por la dimensión de los acontecimientos”, aseguró. El detenido afronta ahora una posible pena de hasta 10 años de cárcel y una multa de 150.000 euros.
El autor confeso del incendio es un ruandés de 39 años de nombre de pila Emmanuel que, según la emisora BFMTV, llegó a Francia en 2012. Su tarjeta de residencia caducó el pasado marzo y tenía orden de abandonar el país, de acuerdo con este medio. La semana pasada, la Fiscalía dijo que el hombre había pedido su regularización y había escrito correos electrónicos a varios miembros de la diócesis para reclamar su ayuda. No era la primera vez que solicitaba el estatus de refugiado, que le había sido denegado en anteriores ocasiones, recuerda Efe.
El hombre trabajaba desde hacía “cuatro o cinco años” como voluntario en la diócesis, según explicó la semana pasada el rector de la catedral, el sacerdote Hubert Champenois. Era un hombre “extremadamente educado y un habitual del lugar”, afirmó por su parte el organista de la catedral, Michel Bourcier.
Los responsables de la diócesis habían asegurado desde su primera detención, el 18 de julio ―día en que se produjo el incendio―, que el monaguillo gozaba de toda su “confianza”. De hecho, entre sus tareas figuraba el cierre de la catedral, cosa que hizo la noche del viernes antes de que se declarara el incendio y que puso a los investigadores tras su pista, sobre todo tras constatarse que las entradas al templo no habían sido forzadas.
Desde un principio, las autoridades priorizaron la tesis de que se trataba de un incendio provocado, ya que descubrieron tres puntos de partida del fuego diferenciados y distanciados. El voluntario fue detenido rápidamente debido a las “incoherencias” que presentaba su relato sobre su empleo del tiempo en las horas en que se produjo el incendio, que comenzó poco antes de las 8 de la mañana del sábado 18. Sin embargo, fue puesto en libertad sin cargos la noche del domingo.
El vuelco en la investigación se produjo este fin de semana. Según explicó el fiscal, los primeros resultados del laboratorio central de la Prefectura de Policía de París confirmaban que la tesis de la pista criminal era la más probable. Además, los agentes hallaron imágenes de una cámara de vigilancia en las que se veía a “un individuo en el sector de la catedral en un marco horario correspondiente al inicio del fuego”. Dicho hombre, “presentaba fuertes similitudes con la persona imputada”, dijo este domingo Sennès, según la Agencia France Presse. El fiscal de Nantes anunció además que se va a realizar un examen psicológico del acusado.
El monaguillo fue detenido una vez más a las 6.15 de la mañana del sábado y fue puesto de nuevo en detención provisional. Llevado ante un juez de instrucción en horas de la noche, acabó confesando los hechos que había negado previamente.
El incendio de la catedral de Nantes provocó una gran conmoción en esta ciudad y el resto de Francia, ya que hizo recordar el devastador fuego que en abril del año pasado casi acaba con la catedral Notre Dame de París. El primer ministro, Jean Castex, se presentó el mismo sábado del suceso en Nantes acompañado de varios de sus ministros y aseguró todo el apoyo del Estado para la reconstrucción del templo, que ya sufrió otro grave incendio en 1972 que llevó a su cierre al público durante más de una década. Aunque la reconstrucción tras este nuevo episodio no será tan complicada, durará “al menos tres años”, advirtió esta semana la conservadora regional de Monumentos Históricos, Valérie Gaudard.
Babelia
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