La tirada perdida del ‘chéjov’ de Irène Némirovsky
Gatopardo retira el libro cuyos derechos tenía Salamandra. La retirada es anómala porque el libro ya estaba impreso, pero no es inusual en el sector
Irène Némirovsky consideraba a Antón Chéjov su maestro. Aunque ella naciera apenas un año antes de que el otro muriera, intuyó una sintonía en la manera de captar la dolida alma rusa y en dejar constancia de todos esos detalles suaves que pululan por la vida de uno, pero de efectos tan terribles. No es de extrañar, pues, que la autora de Suite francesa le dedicara una trabajada biografía, La vida de Chéjov. El autor de La dama del perrito murió con 44 años, vida corta como la de la edición de su biografía que iba a lanzar en España Gatopardo Ediciones el próximo lunes 29 y que ha tenido que retirar tras el aviso de la editorial Salamandra de que es ella quien posee los derechos de publicación de la obra.“Ha sido un malentendido con la agencia francesa que gestiona el legado de Némirovsky; se nos dijo que estaba libre de derechos y tiramos adelante, hasta que la semana pasada Salamandra nos comunicó que estaban en posesión de toda su obra”, asegura Lucas Villavecchia, responsable de Gatopardo Ediciones. Una portavoz de Salamandra ha asegurado a EL PAÍS que se enteraron de esa edición “la semana pasada por la prensa”. Y explica: “Nuestro departamento de derechos se puso en contacto con ellos y lo solucionaron”. Sigrid Kraus, editora y cofundadora de Salamandra, declinó comentar la situación.
Villavecchia lamenta la “ambigüedad” de la información que les transmitió la agencia francesa, fruto también de “la confusión con el legado de Némirovsky, que está entre dos agencias”, así como la situación de supuesto dominio público desde 2013 que tendrían mayormente los derechos de las obras de la autora, siempre según el editor de Gatopardo. En la web de la editorial consta una biografía de la escritora en la pestaña de autores del sello, si bien no remite a obra alguna: las referencias en Internet conducen a una página no encontrada.
Donde sí se encuentra la edición es en los almacenes de Gatopardo. “Es un stock potente, la verdad”, reconoce Villavecchia, que declina concretar los ejemplares impresos. “El tiraje fue precavido; de todos modos, con la crisis del coronavirus este episodio llega en el peor momento, es la guinda del pastel”, asegura el editor, que consideraba la obra de Némirovsky uno de sus títulos notables en la particular rentrée editorial que vive el sector estos meses tras el confinamiento.
Tanto o más doloroso que el coste material de producción del volumen, de 250 páginas, es la traducción, que corrió a cargo de Teresa Clavel, quien ha vertido a Verne y Apollinaire, entre otros autores de lengua francesa. “Es una edición con una traducción impecable”, argumenta el editor, que desea negociar la venta de esta versión a Salamandra y recuperar parte de la inversión, ya que descarta que les cedan los derechos. “A pesar de que Salamandra no edita ensayo, conozco un poco la casa y no creo que nos los pasen”, esgrime Villavecchia, que ha trabajado para Penguin Random House en Reino Unido en ventas internacionales para el mercado del sudeste asiático. Salamandra entró en Penguin Random House Grupo Editorial hace ahora apenas un año.
La vida de Chéjov (que cuenta con una versión en castellano, en Losada, y otra en catalán, en L’Avenç, ambas de 2016) tuvo un periplo editorial agitado en sus orígenes: las pruebas del libro estaban listas en febrero de 1941, pero Némirovsky nunca lo vio publicado porque fue deportada en julio de 1942 a Auschwitz, donde murió un mes después. El volumen no apareció hasta 1946.
Pactos 'extraoficiales'
La retirada de La vida de Chéjov por Gatopardo es anómala porque el ejemplar estaba impreso, pero no es inusual en el sector. Ocurre que los casos por conflictos de derechos suelen resolverse con pactos entre los editores, mayormente en acuerdos extraoficiales. Tampoco ayuda la legislación internacional, con cadencias distintas entre países, a lo que se suman la existencia o no de principios de reciprocidad entre estados o el periodo de excepcionalidad de las dos guerras mundiales, que proporcionaron una prórroga a los autores de esas épocas y generan muchos casos dudosos, quizá como ahora con Irène Némirovsky.
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