Amor en cuarentena: entre la fantasía y el recuerdo de un ex que llega al espectador por Whatsapp
Leonardo Sbaraglia, Cecilia Roth y Camila Sosa Villada, entre otros, dan voz a un amor pasado que manda mensajes por teléfono. La obra de ficción se replicará en España, Uruguay y Ecuador
“Te debe resultar raro mi mensaje. Ojalá no te resulte inoportuno. Pensé bastante si debía o no comunicarme, eh? Lo puse en una balanza mental. Hace tanto tiempo que no sabemos nada, que no tenemos noticias, me pareció una oportunidad”, arranca el mensaje de Whatsapp recibido esta mañana en el móvil. Imposible no identificar esa voz. Imposible olvidarla. La pandemia ha revuelto muchos sentimientos y en esa confusión han reaparecido amores pasados. En Argentina, recuerdos y fantasías invadirán durante 15 días a los participantes de la obra de ficción Amor en cuarentena. No son espectadores, sino protagonistas de una vieja historia romántica. Y pueden elegir quién interpretará a su ex: Leonardo Sbaraglia, Cecilia Roth, Dolores Fonzi, Camila Sosa Villada o Jorge Marrale.
“Me gustaba la idea del amor que vuelve en un momento donde hay tanta mala noticia circulando, todo es tan incierto y el futuro se vuelve tan frágil. Nos recuerda que somos finitos, que no hay eternidad y sentimos la necesidad de aferrarnos a lo amoroso, incluso a la necesidad de ser amables”, cuenta el director, guionista y dramaturgo argentino Santiago Loza, que está detrás de los textos de esta innovadora obra teatral, dirigida por Guillermo Cacace. Al adquirir una entrada es obligatorio dar el número de celular. No se selecciona la ubicación en el teatro sino la voz que le hablará de amor durante dos semanas a través del teléfono. ¿Le gustaría despertar con audios de Sbaraglia? ¿Preferiría escuchar a Fonzi?
Loza comenzó a escribir Amor en cuarentena en los primeros días de confinamiento, cuando la amenaza del colapso sanitario sufrido en España e Italia por la covid-19 sobrevolaba Argentina tras la aparición de los primeros casos. En ese miedo colectivo, vio lo importante que podía ser “recibir un mensaje desde lo sonoro con una voz que calme y acompañe o que sea sensual”, cuenta el dramaturgo sobre el carácter que quiso darle a la obra encargada por el productor uruguayo Ignacio Fumero. Uruguay fue el primer país donde se llevó a cabo esta experiencia de ficción, que aspira a replicarse también en España y Ecuador.
“Son tiempos raros y entonces se puede aprovechar para entregarnos aún más a la rareza. Quería dejarte este mensaje como se manda una postal de un lugar muy lejano”, dice ese ex en otro de los audios recibidos este jueves. Manda también una fotografía y una canción que llevan al cerebro a viajar hacia atrás y olvidarse por un momento del presente, del recuento diario de muertos y de la obligación de usar mascarilla y mantener la distancia física con los demás.
El o la ex se contacta sin esperar respuesta, sin la certeza siquiera de ser escuchado. Pero reaparecerá día a día durante dos semanas con nuevos mensajes para bucear entre los restos del naufragio amoroso. “Siempre me gustó lo epistolar y acá se juega con algo anacrónico de la carta y del folletín por entregas. Pero a su vez la carta te demandaba un tiempo de espera, de introspección que el mensaje de audio no lo tiene, está más urgido, tiene más desprolijidad”, señala Loza al ser consultado sobre cómo conjugar esa memoria habitada por largas conversaciones telefónicas y cartas o correos electrónicos con la comunicación actual, dominada por el Whatsapp y las redes sociales.
La selección de conocidos actores para interpretar a ese viejo amor que juega con las brasas multiplica los significados. Los mensajes pueden llevar a los participantes a extrañar a quienes han dejado atrás, pero también a fantasear con Sbaraglia, Fonzi o Roth. Posiblemente no los conocen en persona, pero ahora no los ven de lejos sobre un escenario sino que se cuelan en su teléfono para susurrarles: “Hoy me acordé de vos”.
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