La Unión de Criadores de Toros calcula 77 millones de euros de pérdidas por el coronavirus

La Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), asociación que integra al 85 por ciento de los ganaderos de reses bravas, estima que, de no celebrarse el resto de la temporada taurina española por la epidemia del coronavirus, las pérdidas del sector podrían superar los 77 millones de euros.

Los ganaderos explican en un comunicado que el cálculo de esa cifra se obtiene por el coste medio -entre 4.000 y 5.000 euros- de los más de 7.000 toros, cuatreños y cinqueños, previstos para ser lidiados en 2020 y el mantenimiento de los añojos, erales, utreros y vacas de vientre que quedarán en el campo.

Del mismo modo, la UCTL añade que el stock de carne en los mataderos ha causado un desplome sin precedentes de los precios de mercado, devaluando el precio del producto de bravo en origen.

Contando con tales pérdidas, los criadores creen que “la crisis de la covid-19 provocará efectos devastadores sobre las ganaderías de bravo”, al tiempo que, por el tipo de producción extensiva y autóctona del toro, repercutirá también sobre el medioambiente, en cuanto a la pérdida de biodiversidad y sobre los agentes que conforman el tejido rural en la llamada España vaciada".

"Las ganaderías de bravo -continúa el comunicado- generan miles de empleos directos e indirectos de mano de obra especializada, especialmente en aquellas zonas más deprimidas de nuestro país. Y asimismo el toro bravo es pieza fundamental para el desarrollo de los espectáculos taurinos, que aportan al año al Estado 140 millones en concepto de IVA".

Por todo ello, la Unión de Criadores de Toros de Lidia ha remitido al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y a las Presidencias y Consejerías de Agricultura y Desarrollo Rural de las comunidades autónomas un documento en el que solicitan medidas que palíen el desgaste económico que esta crítica situación va a generar en el sector.

En primer lugar, piden ayudas directas a la producción con destino a la cadena alimentaria, como sucede con otros sectores ganaderos, y también para atenuar "la pérdida del valor cultural, genético y medioambiental de las ganaderías de bravo", que aseguran que basa el 90 por ciento del precio de su producto.

Del mismo modo, proponen también una batería de medidas para la reactivación del sector, que pasan, en primer lugar, por considerar a las explotaciones de bravo dentro del paquete de ayudas que se recogen en el decreto ley del 17 de marzo para facilitar liquidez y favorecer el mantenimiento del empleo en las empresas.

También la coordinación ministerial para la salvaguarda del patrimonio genético, rural y medioambiental que suponen sus explotaciones, la aplicación de un IVA reducido -del 21 % al 10 %- al toro bravo como producto cultural, la exoneración o reducción de costes administrativos de organización de espectáculos, especialmente desde el punto de vista laboral, fiscal y administrativo. “Entendemos que para garantizar la viabilidad de los espectáculos es absolutamente necesaria la liberalización reglamentaria y administrativa que haga posible la autorregulación del sector”, sostiene la UCTL.

A estas pérdidas que calcula de manera particular la UCTL habría que sumar las producidas, y aún no estimadas oficialmente, del resto de ganaderías encuadradas en otras asociaciones ganaderas, que integran al 15% restante de estas explotaciones.

Según datos de Diego Sánchez de la Cruz, impulsor de ‘La economía del Toro’, las ganaderías venden cada año alrededor de 20.000 animales para festejos taurinos, incluidos los que se lidian en las plazas y los que se corren en festejos populares.

Si la temporada quedara cancelada, la camada inutilizada supondría unas pérdidas de al menos 100 millones de euros, y la suma del impacto directo e inducido rondaría los 190 millones de euros, según De la Cruz.