El Festival de Bayreuth suspende su edición de 2020 por el coronavirus
La pandemia obliga a cancelar la 109ª edición del histórico festival de ópera dedicado a Richard Wagner
El próximo 25 de julio no se izará ninguna bandera con la “W”, en la tradicional tipografía inspirada por Durero, en el Festspielhaus de Bayreuth. No será necesario, pues este 2020 no habrá festival dedicado a las óperas de Richard Wagner en la ciudad bávara. La noticia se anunció, al final de la tarde del pasado martes, 31 de marzo, a través de la página web oficial del propio Festival de Bayreuth.
Ante las medidas de confinamiento por la pandemia del coronavirus, que se habían prorrogado en Alemania hasta el 20 de abril, se intentó diseñar un calendario alternativo para los ensayos de la nueva producción de El anillo del nibelungo, que deberían comenzar hoy miércoles, 1 de abril. No ha sido posible. A todo ello hay que sumar el aumento de casos confirmados de COVID-19 en Bayreuth, que ayer ascendieron a 197 en una localidad de unos 73000 habitantes. Y las condiciones de un teatro del siglo XIX, donde la proximidad entre los espectadores, en el abanico escalonado del auditorio, y entre los músicos de la orquesta, en el foso cubierto, pero también entre los operarios del escenario, podrían facilitar la propagación de la epidemia, si no estuviera completamente erradicada.
La decisión de cancelar la 109ª edición del Festival de Bayreuth fue tomada por la dirección de común acuerdo con sus accionistas (la República Federal de Alemania, el Estado Libre de Baviera, la ciudad de Bayreuth y la Sociedad de Amigos de Bayreuth). La medida no tiene precedente en la historia reciente de este mítico festival de ópera, fundado en 1876 por el propio Wagner, y reabierto, en 1951, tras la Segunda Guerra Mundial.
Esta edición de 2020 se iba a inaugurar con la reposición de la producción de 2017 de Los maestros cantores, con dirección escénica de Barrie Kosky y musical de Philippe Jordan. Se habían programado también otras reposiciones como la régie de Tobias Kratzer de Tannhäuser, que lo inauguró el año pasado, o de Lohengrin realizada por Yuval Sharon, de 2018. Pero el principal atractivo era la nueva producción de la tetralogía El anillo del nibelungo, de Valentin Schwarz con dirección musical de Pietari Inkinen. Un inmenso despliegue de técnicos, escenógrafos, tramoyistas, diseñadores y demás equipo de producción, además de cantantes y músicos de la orquesta, para dar vida a catorce intensas horas de un drama musical en cuatro partes, lo que requiere varios meses de trabajo para su montaje y ensayo. La otra novedad de este año era la conmemoración del 250º aniversario de Beethoven con la interpretación de su Novena sinfonía, el próximo 30 de agosto, como ceremonia de clausura.
Pero el Festival de Bayreuth, que dirige la bisnieta del compositor Katharina Wagner, ha decidido mirar al futuro con realismo. Ha pospuesto el estreno de esta compleja producción del Anillo hasta 2022, para asegurar la disponibilidad del mismo reparto vocal en el largo periodo de ensayos, y mantendrá la previsión de estrenar, el año próximo, una nueva propuesta escénica de El holandés errante. Esa edición de 2021 del festival wagneriano se rellenará con reposiciones de las referidas producciones de Tannhäuser, Maestros cantores y Lohengrin, junto a tres funciones de La valquiria en versión de concierto. También ha anunciado que las entradas adquiridas en 2020 seguirán siendo válidas el año que viene, aunque la taquilla del festival se pondrá en contacto con los compradores para informarles.
Al final del comunicado se incluye la declaración del ministro bávaro de cultura, Bernd Sibler, donde reconoce la “amarga pérdida” que supone no poder disfrutar de las óperas de Wagner este año en la colina verde. Enfatiza su pesar como “ávido seguidor del Festival de Bayreuth y de la expresiva música de Wagner”. Y reconoce, además, la dificultad de la decisión ante “la importancia cultural prioritaria que tiene en Baviera este festival de tan larga tradición”. Bayreuth se convierte, por el momento, en el tercer festival veraniego de música clásica cancelado este verano, tras el Festival de Verbier, en Suiza, y el Festival de Aldeburgh, en Inglaterra.
Babelia
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