Un tuit cada uno para escribir una novela coral

En este momento de confinamiento, el usuario de la Red puede decidir si ser espectador o convertirse en parte del proceso creativo. El Ayuntamiento de Molina de Segura, una ciudad de 64.000 habitantes en la comunidad de Murcia, entendió que la clave de la participación local podía ser la narración colectiva. Así nació la Novela viajera, que se encuentra en Twitter bajo el hashtag correspondiente. Cada uno puede convertirse en escritor de este hilo creado por la cuenta de la concejalía de cultura @Cultura_Molina, con la promesa de seguir una única regla: aportar su contribución en un tuit, o 280 caracteres.

“En estos momentos todos necesitamos expresarnos, contar cosas y tener la sensación de que estamos unidos y no estamos aislados”, afirma la concejal de cultura, Soledad Nortes. “Hay un proyecto en la escuela que se llama El libro viajero, que se va dando a los niños para que se lo lleven a casa y escriban una historia. Entonces se me ocurrió la idea de que podía hacerse a través de Twitter, que permite que la Novela viajera sea no solo centrada en nuestra comunidad local sino absolutamente en todo el mundo”, añade, aunque admite que les falta “un poco de formación en redes”.

El escritor Manuel Moyano, también funcionario de la concejalía, está llevando el hilo y promocionando la iniciativa: “Yo desconocía por completo el sistema de hilo, que tiene una cierta complicación porque si no se hace bien se puede liar pero si se maneja bien parece hecho a propósito. De vez en cuando recapitulamos periódicamente con una página de word para que se pueda seguir mejor la historia”, asegura.

De momento, los participantes son ocho y lentamente el relato se va convirtiendo en una novela. Lo que parecía un cuento sobre la nostalgia en las primeras líneas, a través la descripción evocativa de un hogar, ya se está haciendo más oscuro, según lo que escribe el último tuit: “Sin embargo, el ambiente hogareño ocultaba algo misterioso. Los cuatro se encontraban allí, sentados en el suelo, observando detenidamente un objeto que descansaba en el centro de aquel inquietante corrillo. Parecía...”. El usuario, o escritor, tiene en sus manos el poder de decidir hacia donde se dirige la historia.