Anton Corbijn: “Dije no a Depeche Mode durante años”
El fotógrafo y cineasta vuelve a colaborar con la banda en el documental ‘Spirits in the Forest’, una combinación de canciones en directo y testimonios de seguidores, en salas desde este jueves
Corría el año 1981 cuando el fotógrafo y realizador Anton Corbijn oyó hablar de Depeche Mode por primera vez. “Eran una banda minúscula”, recuerda en conversación telefónica el holandés (Strijen, 64 años). Por aquel entonces Corbijn fotografiaba a grupos, principalmente para la revista musical londinense NME. Pero los de David Gahan no le llamaron precisamente la atención. “Les dije que no durante años”, se ríe. “No me imaginaba que al final terminaríamos desarrollando una relación tan larga como la que hemos tenido”. En estas casi cuatro décadas que separan el presente de aquella negativa que después no lo fue tanto, se han sucedido las colaboraciones en forma de imágenes fijas y en movimiento: fotos promocionales, carátulas de discos y vídeos que han marcado una época, como los que acompañan a varios de los grandes éxitos de la banda británica, himnos del pop como Personal Jesus (1989) o Enjoy the Silence (1990), este último con Gahan vestido de rey solitario, vagando sobre unas montañas con la sublime misión de disfrutar del silencio.
El último trabajo en común entre el grupo y el fotógrafo-cineasta se llama Spirits in the Forest, un documental que se estrena internacionalmente en cines este jueves 21 de noviembre. En él se mezclan imágenes de la grabación del último concierto de la más reciente gira de Depeche Mode, Global Spirit Tour (celebrado en Berlín), con los testimonios de seis seguidores repartidos por diferentes rincones del planeta, quienes narran en primera persona cómo –de modos muy dispares y literales– la música de la banda ha transformado su existencia.
Para llegar hasta aquí, en el transcurso de un viaje vital y profesional en el que, como dice el propio Corbijn, han conseguido materializar algunos “iconos” de la cultura contemporánea, Depeche Mode consiguió convencerle de unir fuerzas con ellos de una manera más bien prosaica. “A mí quienes me interesaban eran U2”, confiesa el holandés sobre una formación con la que también mantiene una estrecha colaboración desde hace décadas. “Pero en un momento dado surgió la posibilidad de grabar un vídeo con Depeche Mode en EE UU, y yo nunca había grabado un vídeo en EE UU. Lo hice por eso, en realidad me daba igual con quien fuera”. Desde aquella desidia inicial, su relación ha ido avanzando a un ritmo siempre “orgánico”, en un flujo en el que no existen proyectos a largo plazo sino ideas que van surgiendo y cobrando forma.
El proyecto de Spirits in the Forest se gestó, como apunta el artista, “porque yo quería documentar la gira, para la había diseñado el escenario y había hecho otros vídeos”. En busca de un ángulo diferente, se le ocurrió centrarse en la cualidad de “grupo de culto” de la que disfruta hasta hoy Depeche Mode. “Hace treinta años ya grabé un vídeo sobre sus admiradores en EE UU, pero entonces ellos se encontraban en otro estadio de su carrera, a punto de convertirse en un fenómeno”, recuerda. Ahora, los seguidores del grupo se cuentan por miles, y muchas veces sus historias de amor por su música abarcan una vida entera. “En 2017 montamos una página de Facebook en la que los seguidores podían escribir sus historias, para conseguir un premio que consistía en gestionar esa red social por un día”, rememora Corbijn. “De entre los miles que escribieron, sacamos los seis testimonios de la película”.
Procedentes de Francia, Brasil, EE UU, Rumanía, Colombia y Mongolia, los protagonistas del documental repasan desde sus hogares los motivos por los que los músicos británicos se han convertido en un referente para ellos. A un chico le animaron a salir del armario; una mujer tuvo un accidente que borró todos sus recuerdos salvo sus canciones; otra los tuvo como aliados en su particular batalla por superar un cáncer. Son relatos tan intensos y conmovedores que, como apunta Corbijn, solo podrían ser reales: “No puedes inventarte algo así”. Entre ellos se intercalan las canciones del último concierto de la gira, al que acudieron todos los entrevistados.
Estrenada primero en salas de diferentes países (en España, en 150), y posteriormente en plataformas de televisión, la propuesta, señala Corbijn, quiere ser también el reflejo de una tendencia creciente en la industria: la de las películas de eventos musicales grabadas para el cine. “No existe ningún sustituto para un concierto, pero el cine también es una experiencia comunal”, plantea el director. Probada ya por gigantes como Coldplay o Metallica, esta experiencia cinematogáfica, predice Corbijn, reemplazará en el futuro próximo a la decadente venta de DVD. “El mercado está cambiando, y desde el punto de vista financiero el cine parece la opción más popular”.
Babelia
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