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Sobremesa literaria de pareja

Elvira Lindo y Antonio Muñoz Molina inaguran el Festival Eñe 2019 junto a su director, Sergio del Molino

Elvira Lindo y Antonio Muñoz Molina, en el acto de presentación del Festival Eñe 2019.
Elvira Lindo y Antonio Muñoz Molina, en el acto de presentación del Festival Eñe 2019. VICTOR SAINZ (EL PAÍS)
Andrea Aguilar
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Quería reproducir una sobremesa en casa de la pareja de escritores Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo y, explicaba el director literario del Festival Eñe 2019, que lo pensó demasiado tarde para recrear propiamente la escenografía. Lo que sí logró Sergio del Molino fue generar una charla distendida y espontánea en el acto de inauguración celebrado el viernes. No era una sesión de terapia de pareja ni mucho menos, sino una charla entre amigos. “Ellos son un caso raro de pareja de escritores de la misma talla”, explicó Del Molino momentos antes de subir al escenario del Teatro Fernando de Rojas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. "Además sus obras tienen el mismo espíritu fronterizo en el que se basa esta edición del festival, han cultivado muchos géneros".

En el repaso que Del Molino animó a hacer a la pareja, hubo espacio para alabar los arroces de Muñoz Molina y la coliflor que añade; para tratar de imaginar cómo el músico de jazz Lester Young caminaba con mocasines por la nieve; o para reivindicar el programa Corazón, que el autor de Plenilunio no se pierde. Ese espacio de la televisión pública “consigue la banalidad absoluta y tiene ese lenguaje con expresiones increíbles como que una pareja está intentando salvar lo suyo”, resumía divertido el académico.

Lindo habló con admiración de lo muy trabajador que es su esposo: “Él es muy perseverante y yo muy nerviosa. Me ha tranquilizado y me ha vuelto más cuidadosa con lo que escribo. Nos vigilamos para que no aumenten el ego y la vanidad”. Los guiños y elogios mutuos se sucedieron. Muñoz Molina habló con rendida admiración del espíritu libre de Lindo. “Con ella he aprendido la oralidad y también la irreverencia. Es una mujer ácida, llena de ironía, sin respeto a la jerarquía, algo poco común en la literatura, donde a veces somos cobardones”. Ella se lo agradeció arrimándose en el sofá.

Manolito Gafotas, el personaje que lanzó a Elvira Lindo a la fama, y que este año cumple los 25, también tuvo su espacio en la charla. La escritora adelantó que una productora estadounidense está interesada en un nuevo proyecto basado en este personaje. Para Muñoz Molina más que la envidia, el pecado en España es la condescendencia, y reivindicó el valor de Manolito, al que algunos quisieron adaptar a los giros y expresiones de otros países. “Pero a nadie se le habría ocurrido españolizar a Cortázar”, lamentó. La escritora comentó cómo la lectura de la segunda parte de El Quijote la hace pensar en cuánto ha tomado ella de Cervantes. Las expresiones exageradas de Sancho, incluso la escatología por la que la señalaron en Estados Unidos, están en esa obra. “Eso te hace tener un escudo”, afirmó.

Antes de cerrar el acto y recibir un cerrado aplauso del público que llenó el auditorio hasta arriba, Del Molino les preguntó por Nueva York. “Allí aprendes a ser más fuerte, a no quejarte tanto, te vuelves resistente. Aquí está el buen tiempo, la capacidad de relacionarnos, los bares”, apuntó Lindo. Para Muñoz Molina “la intemperie del capitalismo crudo es muy fuerte”, y queda expuesto en cualquier invierno en Manhattan. Terminó así esta “deambulología” oral entre el trío de amigos, por usar un término que el autor de El jinete polaco reivindica, ese pensar en movimiento, ese caminar, avanzar y abrir nuevas ideas, aunque sea desde un sofá.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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