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Crítica | The Farewell
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mentiras piadosas

Un tanto a la manera de 'Good Bye, Lenin', también sobre un gran embuste familiar, pero con una vinculación de tono y estilo a 'Comer, beber, amar', de Ang Lee

Javier Ocaña
La familia de 'The Farewell'.
La familia de 'The Farewell'.

“Basada en una mentira real”. Pocas veces una frase sobreimpresionada en la pantalla tras el primer segundo de metraje había adquirido tanto sentido. Literal y también metafórico. Entre la sorna, el metalenguaje y la toma de conciencia moral, la sentencia abre The Farewell, segundo largometraje de la directora chinoestadounidense Lulu Wang; su sombra pululará alrededor de todo el relato, acerca de una anciana con un cáncer terminal que sus familiares deciden encubrirle; y solo adquirirá un sentido final cuando, tras el último plano, se abran consecuencias de todo tipo que nos guardaremos en desvelar.

THE FAREWELL

Dirección: Lulu Wang.

Intérpretes: Awkwafina, Zhao Shuzhen, Ma Tzi, Diana Lin.

Género: drama. EE UU, 2019.

Duración: 100 minutos.

Wang, escritora y directora, está hablando de los últimos días de su abuela. También de su propia familia. E incluso de ella misma, con un personaje interpretado con gracia y carisma por la rapera y actriz Awkwafina, claro trasunto de la autora, nacida en China, de padre diplomático y criada en Estados Unidos. Y es esa mezcla entre lo Oriental y lo Occidental la que se configura como uno de los principales trasfondos de una película complicada en su definición genérica: que lo mismo puede ser una comedia ligera que un drama de esperanza que un estrambote trágico. Un tanto a la manera de Good Bye Lenin, también sobre un gran embuste programado y ejecutado por una familia al completo, pero con una vinculación meridiana en cuanto a tono y estilo: El banquete de boda y Comer, beber, amar, las comedias del taiwanés Ang Lee anteriores a su desembarco en el cine de Hollywood.

Con una notable utilización de la banda sonora y el sonido, sobre todo de los temas de música clásica, The Farewell desarrolla y hasta llega a verbalizar la esencial dicotomía entre el modo de vida occidental y el oriental: el primero, basado en una concepción individual; el segundo, como parte de un todo insoslayable, que en este caso podría ejercer de figura retórica de la propia familia o incluso del país chino como referencia ineludible en sus tradiciones.

A través de planos fijos no demasiado alargados en el tiempo, y con una dirección muy ágil, menos basada en los movimientos de cámara que en el montaje y en el gusto por el encuadre, sin apenas primeros planos y con bastante aire por ambos extremos y por arriba, Wang articula su historia con convicción y una extraña apariencia de levedad. Porque, aunque no sea ningún prodigio de trascendencia dentro de un relato anclado en el significado de la muerte, The Farewell acaba siendo una interesante reflexión alrededor de la mentira, englobada desde el enunciado inicial. Y aquí todos mienten: la familia a su matriarca; los personajes entre ellos y también a sí mismos, y hasta la directora al espectador. Trolas piadosas con las que hacer un mundo mejor (o no).

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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