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Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria, patrimonio mundial

La UNESCO reconoce el valor único de este lugar clave de la cultura aborigen canaria

El Roque Bentayga, parte del conjunto de las montañas sagradas de Canarias.
El Roque Bentayga, parte del conjunto de las montañas sagradas de Canarias.Nacho González
San Cristóbal de La Laguna -

La cultura canaria y su legado aborigen han dado hoy un salto sustancial en su reconocimiento internacional. En una reunión en Azerbayán, Bakú, la UNESCO ha declarado patrimonio mundial al paisaje cultural del Risco Caído y los Espacios Sagrados de Montaña de Gran Canaria, un conjunto arquitectónico y paisajístico situado en las cumbres de la isla, lugar fundamental para entender la cultura de los aborígenes canarios, un pueblo aislado durante quince siglos.

Un paisaje cultural, para la UNESCO, es una obra conjunta entre la naturaleza y el ser humano. La naturaleza creó este impresionante espacio de 18.000 hectáreas en la caldera volcánica de Tejeda que Miguel de Unamuno describió como “tempestad petrificada” y donde sobresalen inmensos roques como el Nublo y Bentayga, espacio ceremonial al aire libre de la cultura aborigen. Y los bereberes llegaron en torno al siglo I de esta era a la isla, desde el norte de África, probablemente desterrados, según algunos historiadores. Con el tiempo formaron en esta zona poblados trogloditas en cuevas naturales y otras artificiales que se construyeron horadando la toba volcánica; en un lugar ideal para la observación del cielo, fundamental en la cosmogonía aborigen.

Cueva donde habitaron aborígenes canarios, con el Roque Bentayga y el Roque Nublo al fondo.
Cueva donde habitaron aborígenes canarios, con el Roque Bentayga y el Roque Nublo al fondo.julio cuenca

En esa zona se encuentran retazos muy claros de una cultura sometida, diezmada y obligada a mezclarse después de la conquista castellana de las islas, a partir del siglo XV. Hay inscripciones en líbico-bereber o grabados rupestres, y restos de las actividades de subsistencia que realizaban los aborígenes, como alpendres para meter a las cabras, lugares para almacenar el grano o bancales de tierra para cultivar en altura.

Como espacio destacado del paisaje cultural está el complejo sagrado de Risco Caído, en el municipio de Artenara, descubierto en el año 1996 por el arqueólogo Julio Cuenca. En una de sus cuevas hay un impresionante almogarén, lugar para la práctica de rituales religiosos. A pesar de no tener instrumentos de metal, los aborígenes canarios construyeron este espacio interior con base circular y una cúpula de cinco metros de altura. Tiene una entrada de luz que probablemente sirviera como marcador astronómico para determinar las épocas del año y organizar las cosechas. En sus paredes, iluminadas a veces por la luz de fuera, hay varias inscripciones con triángulos invertidos de forma púbica que simbolizan la fertilidad.

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“Para construir este templo, hicieron falta especialistas, gente con conocimientos de geometría, arquitectura o materiales”, afirma a EL PAÍS José de León, doctor en Historia e inspector de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria. De León destaca “el conocimiento simbólico y abstracto” y la sofisticación técnica de un pueblo que se hizo en el aislamiento. “La arqueología está abriendo nuevos horizontes sobre lo que era esta cultura”, explica. “La idea que teníamos estaba muy condicionada por los cronistas de la época, muy importantes, pero mediatizados por una observación coetánea de los aborígenes en una etapa terminal”. Para De León, este reconocimiento “es poner a la cultura aborigen canaria al nivel de otras culturas aborígenes insulares, como las de Hawaï o la Isla de Pascua”.

Hispanizadas las islas, la lejanía de esta zona respecto a los nuevos asentamientos urbanos permitió que muchos de estos elementos culturales permanecieran vivos, como el hábitat en las cuevas o el pastoreo en trashumancia, dependiendo del lugar donde brota la hierba. O la cerámica de barro hecha a mano. O el conocimiento sobre el territorio y las plantas de la zona. “Esta cultura aborigen potente y excepcional permanece en buena medida hasta la actualidad”, afirma De León.

Para el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, el reconocimiento de la UNESCO “refuerza un sentimiento de orgullo y pertenencia a un legado, pero nos responsabiliza a seguir investigando y protegiéndolo”. Para Morales, este tipo de enclaves impulsan también nuevas actividades económicas en las zonas rurales de Gran Canaria, con un turismo alternativo al tradicional y masivo, de sol y playa. “Aunque tiene que ser controlado y de calidad. Uno de los compromisos de este reconocimiento es conservar el patrimonio”.

Otros cinco nuevos lugares patrimonio

Real Obra de Mafra – Palacio, basílica, convento, jardín del 'Cerco' y parque de caza real de la 'Tapada' (Portugal) – La construcción de este bien cultural, situado a unos 30 km al noroeste de Lisboa, fue proyectada por el rey Juan V en 1711 para plasmar materialmente su concepción de la monarquía y el Estado. Un imponente edificio rectangular alberga el palacio del rey y el de la reina, la capilla regia en forma de basílica romana barroca, un monasterio franciscano y una biblioteca que aún conserva actualmente unos 36.000 volúmenes. El sitio lo completan el jardín del "Cerco" y el parque de caza real de la "Tapada". La Real Obra de Mafra es una de las empresas más notables acometidas con éxito por el rey Juan V y, además, es ilustrativa de la potencia y extensión alcanzadas por el imperio portugués en su época. Para su realización, el rey no sólo encargó la ejecución de obras artísticas de estilo barroco, sino que impuso que las construcciones se atuvieran a los cánones arquitectónicos y estéticos imperantes en el arte barroco romano e italiano, haciendo así de Mafra un ejemplo excepcional de este arte.

Santuario del Buen Jesús del Monte en Braga (Portugal) – Situado al norte del país, en la ladera del cerro del Espinho que domina la ciudad de Braga, este paisaje cultural evoca la Jerusalén cristiana con su montaña sacrosanta rematada por un santuario. Edificado a lo largo de seis siglos y de estilo predominantemente barroco, el santuario es ilustrativo de la práctica tradicional europea de crear Sacri Monti (montes sacros) que instauró la Iglesia Católica a partir del Concilio de Trento (siglo XVI) como uno de los medios para contrarrestar la influencia de la Reforma Protestante. Un elemento importante del sitio es el Via Crucis que serpentea por la ladera occidental del cerro. Jalonado por sucesivas capillas con fuentes, estatuas alegóricas, jardines clásicos y grupos escultóricos representativos de las diferentes etapas de la Pasión de Cristo, el itinerario del Via Crucis culmina en la plataforma donde se asientan el santuario y sus edificios anexos, construidos todos ellos con granito entre 1784 y 1811. Los elementos arquitectónicos de sus fachadas, enyesadas y encaladas, están destacados por marcos de piedra visible. Los muros, escaleras, fuentes, estatuas y ornamentos de la célebre escalera de los Cinco Sentidos componen la construcción barroca más significativa de este bien cultural.

Iglesias de la escuela de arquitectura de Peskov (Federación de Rusia) – Situado al noroeste del país, en la histórica ciudad de Peskov asentada a orillas del río Velikaya, este sitio monumental está compuesto por torres fortificadas y edificios oficiales, así como por iglesias, catedrales y monasterios que se integran de forma natural en su entorno gracias a sus jardines, murallas, vallados y cercas. Los elementos más antiguos de esos edificios datan del siglo XII y sus característicos volúmenes cúbicos, bóvedas, atrios y campanarios son obra de la escuela arquitectónica de Peskov. Influida por la escuela pictórica de Novgorod y las corrientes estéticas bizantinas tradicionales, la creatividad de esta escuela arquitectónica alcanzó su apogeo en los siglos XV y XVI, gozó de gran predicamento en todo el país y ejerció durante cinco siglos una influencia considerable en la evolución de los estilos arquitectónicos en Rusia.

Observatorio de Jodrell Bank (Reino Unido) – Al noroeste de Inglaterra, en una zona rural exenta de interferencias sonoras, se halla el observatorio radioastronómico de Jodrell Bank, uno de los primeros del mundo. En 1945, año de la entrada en funcionamiento de este observatorio, en el sitio de su instalación se efectuaban investigaciones sobre las radiaciones cósmicas detectadas mediante un sistema de radar. Este centro científico, que aún prosigue sus actividades, posee varios radiotelescopios y una serie edificios funcionales habilitados para hangares técnicos, salas de control, etc. La labor de investigación llevada a cabo en Jodrell Bank ha tenido repercusiones importantes en ámbitos como el estudio de la luna y los meteoritos, el descubrimiento de los cuásares, la óptica cuántica y el seguimiento de las naves espaciales. Esta instalación tecnológica excepcional es ilustrativa del periodo de transición (1940-1960) de la astronomía óptica tradicional a la radioastronomía, durante el cual nuestros conocimientos del universo experimentaron profundas modificaciones.

Centro histórico de Sheki (Azerbaiyán) - La ciudad histórica de Sheki está situada al pie de las montañas del Gran Cáucaso y dividida en dos por el río Gurjana. Mientras que la parte norte, más antigua, está construida sobre la montaña, la parte sur se extiende hasta el valle del río. Su centro histórico, reconstruido tras la destrucción de una ciudad anterior por los deslaves de lodo en el siglo XVIII, se caracteriza por un conjunto arquitectónico tradicional de casas con tejados a dos aguas de gran altura. Situada a lo largo de importantes rutas comerciales históricas, la ciudad posee una arquitectura influenciada por las tradiciones de construcción de los reinados de safávida, qadjar y ruso. El Palacio del Kan, en el noreste de la ciudad, así como las diversas casas de comerciantes, reflejan la riqueza generada por la cría de gusanos de seda y el comercio de capullos desde finales del siglo XVIII hasta el XIX.

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