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Las obras que se perdieron en el fuego de Notre Dame (y las que fueron salvadas gracias a una cadena humana)

Las piezas rescatadas, como la Corona de Espinas y la Túnica de San Luis, serán trasladadas al Louvre. El órgano "parece estar perjudicado", según el ministro de Cultura

Patrick Palem, experto en restauración, sostiene la cabeza de una de las estatuas colocadas en los tejados de Notre Dame y que se sacaron para su restauración antes del incendio.Foto: atlas | Vídeo: GEORGES GOBET (AFP) / ATLAS
Álex Vicente

¿En qué estado quedó Notre Dame después del incendio? Pese a la rápida expansión de las llamas, muchas obras lograron salir intactas de la catedral gracias a la acción de “una cadena humana”, en palabras de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, compuesta por bomberos, agentes de seguridad, el equipo del arzobispado y técnicos del Ministerio de Cultura francés. Si la estructura del edificio pudo ser salvada, su situación es todavía “precaria”, como ha admitido este martes el ministro de Cultura, Franck Riester, que ha recordado que “tres partes de la bóveda están agujereadas” y no ha descartado un efecto dominó. “Los bomberos son optimistas, pero los arquitectos llaman a la prudencia”, coincide el rector de Notre Dame, Patrick Chauvet, que ha indicado que la presencia de un andamio de 500 toneladas sobre la estructura todavía podría fracturar los arbotantes. “Habrá que esperar hasta el viernes para saber si el conjunto está estabilizado”, ha señalado.

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Pese a la gravedad de los hechos, la lista de objetos evacuados es considerable. La Corona de Espinas, pieza clave del tesoro de Notre Dame, logró ser salvada del fuego. Ese venerado reliquia, conservado en la Saint-Chapelle hasta la Revolución Francesa, reposa en Notre Dame desde el año 1806. A finales del siglo XIX, fue colocado dentro de un tubo circular de oro y cristal, en el que permanece hoy. Otras piezas de inmenso valor, como el fragmento de la Cruz del Calvario y uno de los clavos que sirvieron para fijar a Cristo, también escaparon a las llamas. Además, fue rescatada la Túnica de San Luis, jubón que el rey Luis IX vistió en 1239 para acoger esa Santa Corona.

Los llamados beffrois, las dos torres de su fachada, también quedaron a salvo, pese a que el fuego llegase a incendiar una parte del campanario norte. Las 16 estatuas de cobre que fueron colocadas en la parte posterior del edificio durante su ampliación en el siglo XIX también escaparon a las llamas, al haber sido desplazadas por las autoridades el 11 de abril para ser restauradas. Además, el altar de la catedral también estaría a salvo, según fotografías difundidas en las redes sociales. La gran pieza de mármol y la cruz que lo preside seguirían en su lugar. Y la monumental Piedad que esculpió Nicolas Coustou en el siglo XVIII se mantiene entera en el ábside.

Los tres grandes rosetones firmados en el siglo XIII por Pierre de Montreuil y Jean de Chelles tampoco habrían sufrido “daños catastróficos”, según el ministro de Cultura. Aun así, Chauvet ha revelado que uno de ellos se habría movido “un centímetro”, por lo que se encontraría en una posición “inclinada”. Los técnicos intentan sellarla para evitar un desprendimiento, según el rector. Además, algunos vitrales del siglo XIX fueron víctimas de las altísimas temperaturas, que fundieron el plomo que sostiene los fragmentos de cristal.

En la lista de pérdidas hay que situar la aguja de Viollet-le-Duc, que se alzaba a 93 metros del suelo, y el campanario situado en la parte posterior de la nave, así como el gran armazón del siglo XIII, conocido como El bosque por la cantidad masiva de roble que se usó para construirlo. Los responsables de la iglesia también dieron con el gallo que encabezaba esa aguja –“estaba algo abollado”, dijo Chauvet–, pero los relicarios que contenía en su interior habían desaparecido. Mientras tanto, el gran órgano, el mayor de los tres que posee la catedral, puede haber quedado “perjudicado” por el incendio, según indicó Riester, aunque se negó a hacer “un diagnóstico total” sobre su estado. De hecho, el rector de la catedral aseguró horas después que ese gigantesco instrumento musical, con un total de 8.000 tubos, estaba “intacto”.

El fuego no alcanzó los grandes cuadros de los siglos XVI y XVII, conocidos como Mays, que colgaban de las paredes de la nave, el coro y las capillas. Los lienzos, firmados por pintores de renombre en la época, como Charles Le Brun y Jacques Blanchard, quedaron dañados por el agua y el humo, como dijo Riester, que anunció su traslado este mismo viernes al Museo del Louvre para iniciar una restauración inmediata. El rector Chauvet indicó que cuatro de esos cuadros fueron evacuados durante el incendio. Los otros nueve permanecieron en las capillas, donde las llamas no lograron entrar.

El cura que rescató la Corona de Espinas

Toda tragedia tiene sus héroes. La prensa internacional encontró uno en la figura del padre Jean-Marc Fournier, capellán de los bomberos de París, que habría insistido en entrar en la catedral para recuperar la Corona de Espinas y otros relicarios, según el alcalde del 15º distrito de París, Philippe Goujon. Fournier es un veterano de guerra que combatió con el ejército francés en Afganistán y se hizo conocido al auxiliar a las víctimas de la sala Bataclan en los ataques terroristas de 2015. Según Sky News y otros medios anglosajones, Fournier se colocó el lunes en la punta de la cadena humana que logró recuperar ese tesoro de valor incalculable. El ministro de Cultura ha señalado que los objetos rescatados serán conservados en el Louvre.

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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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