Muere Miguel Civil, máxima autoridad mundial sobre la cultura sumeria
Profesor en Chicago y en Barcelona, impulsó los estudios de la civilización que inventó la escritura
El pasado 13 de enero falleció a los 92 años en Chicago el profesor Miguel Civil Desveus. Nacido en Sabadell el 7 de marzo de 1926, Civil fue el indiscutible maestro, a nivel mundial, de la sumeriología, ciencia que estudia la lengua y cultura vigentes en el tercer milenio a. C. en Mesopotamia, cuna de la escritura y de otros muchos avances de la humanidad.
Después de una estancia en la Abadía de Montserrat se desplazó en 1955 a París para seguir los cursos de sumeriología de la École Pratique des Hautes Études, en la que acabaría doctorándose en 1965. En 1958 se trasladó a Estados Unidos, donde terminaría por afincarse definitivamente. Primero trabajó en la Universidad de Pensilvania como ayudante del profesor Samuel Noah Kramer, patriarca de estos estudios y conocido por su obra La historia comienza en Sumer. Y en 1963 se incorporó al Instituto Oriental de Chicago, institución líder en esta clase de estudios a nivel mundial donde enseñó hasta su jubilación en 2001 e investigó hasta el final de sus días. En Chicago, organizó también su vida familiar, contrajo matrimonio y tuvo a sus dos hijas.
Lo específico de su dedicación académica y la carencia absoluta en aquellos años de estudios sobre Mesopotamia en su país de origen hicieron que el profesor Civil no mantuviera relación alguna con centros académicos de Cataluña, ni de España en general. Aquí se desconocía totalmente su labor científica y la significación mundial de la misma.
“Tendríamos que retroceder 4.000 años para toparnos con alguien que dominase con tanta fluidez la lengua sumeria como Miguel Civil. Este profesor catalán, poseedor de una fabulosa memoria fotográfica, dedicó décadas al estudio de antiguas tablillas cuneiformes, examinando los más pequeños trazos de los signos en forma de cuña de la que con toda probabilidad es la lengua escrita más antigua”, asegura el periodista Harrison Smith, encargado de elaborar la necrológica de Civil para el diario estadounidense The Washington Post.
“Leo cosas que nadie ha leído en tres mil años”, dijo en una entrevista a este periódico en 2000. Civil contó entonces que entre otros textos había traducido canciones de taberna sumerias. Y uno de esos escritos sirvió para que la empresa de bebidas Anchor Brewing pudiera reconstruir una cerveza de hace casi cuatro milenios.
Cuando entre 1987 y 1993 comenzaron los trámites para crear en Barcelona el Instituto de Estudios del Próximo Oriente Antiguo, que suponía una novedad en nuestro ordenamiento académico y que incluía la sumeriología como una de sus materia básicas, la personalidad del profesor Civil, bien conocida para sus promotores (ya había participado en la creación en 1983 de la revista Aula Orientalis) se presentó como el ejemplo a seguir en la puesta en práctica del proyecto. La iniciativa resultaba a primera vista desmesurada —como podría considerarse su decisión de dedicarse al estudio del sumerio en aquellos días en España—, pero su figura brindó un sólido apoyo para llevarlo a cabo con garantías de éxito. Con su participación se reparaba además el olvido que una figura de reconocido alcance mundial sufría en su propia tierra, y se aprovechaba su enorme experiencia y sus conocimientos en la nueva área de estudios que se abría entre nosotros.
Así, a partir de 1990 Civil comenzó a impartir cursos de sumeriología en la Universidad de Barcelona, al principio de manera esporádica y, entre 1992 y 1994, contratado oficialmente como visiting profesor, incorporado así de pleno a partir de ese momento a la labor de docencia e investigación del mentado instituto.
Siguiendo este empeño de recuperar para su tierra el reconocimiento de que era acreedor a nivel mundial, la Universidad de Barcelona le otorgó en noviembre de 2000 el título de doctor honoris causa. Con ese título se honraba a sí misma y recobraba para Cataluña a un profesional de renombre internacional en el amplio campo del saber humanístico de alta especialización.
Sus colegas americanos y luego sus nuevos discípulos de la Universidad de Barcelona estimaron inexcusable dedicarle sendos volúmenes. El primero, titulado Velles Paraules. Ancient Near Eastern Studies in Honor of Miguel Civil on the Occasion of his Sixty-Fifth Birhday (Barcelona 1991), fue editado por los profesores Piotr Michalowski, Piotr Steinkeller, Elizabeth C. Stone y Richard L. Zettler, discípulos suyos y titulares de sumerio en universidades americanas. En el libro colaboró la flor y nata de la sumeriología mundial, desde Kramer a Thorkild Jakobsen. El segundo, The Firts Ninety Years. A Sumerian Celebration in Honor of Miguel Civil (Berlín 2017), fue editado por Lluís Feliú, Fumi Karahashiy Gonzalo Rubio, de la nueva generación de discípulos de Barcelona y Chicago.
La producción científica de Civil fue vastísima. Además de sus básicas monografías sobre la literatura sapiencial sumeria (fábulas y disputas) y sus sustanciales aportaciones léxico-gráficas al Diccionario Sumerio, tanto en la colección de Materiales como en el texto del mismo, nos ha dejado centenares de estudios, recogidos últimamente por Feliú, profesor de sumerio en el Instituto barcelonés.
Descanse en paz nuestro querido maestro y amigo, cuya recobrada y perenne memoria será para todos un ejemplo de laboriosidad y generosa entrega al estudio del pasado cuya recuperación, como él mismo escribió, representa un extraordinario enriquecimiento del pensamiento humano.
Gregorio del Olmo Lete es catedrático emérito de la Universidad de Barcelona.
Babelia
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