Que no te entiendo, colega
El autor analiza la polémica por los rótulos de 'Roma' y aboga por "ese necesario subtitulado"
En sus tiempos como directora general de los rumbos del cine español Pilar Miró citó en Madrid a buena parte de los cineastas latinoamericanos más significativos con la pretensión de analizar los puntos en común entre las distintas cinematografías y tratar de crear un frente único frente al poderío estadounidense. Según el director y productor argentino Héctor Olivera la convocatoria fue un fracaso, y lo ilustraba con su buen humor evocando el día en que varios de los productores de distintos países intentaron reunirse por su cuenta y no se ponían de acuerdo en la cita: uno de ellos propuso que el lugar de encuentro fuera la pileta del hotel. "¿Dónde?", preguntó otro. En la alberca, le aclararon, y el español lo tradujo: "Quieren decir en la piscina". La conclusión es que no hubo tal encuentro y que cada cual volvió a su país dejando las cosas como estaban. Y como siguen estando.
Viene esta anécdota a cuenta del revuelo con los dichosos subtítulos de Roma que traducen innecesariamente el español mexicano al castellano de España. Se ha escrito y se sigue escribiendo sobre el tema desde diversos puntos de vista, y entre ellos se ha filtrado en más de una ocasión lo conveniente que sería que en muchísimos casos fueran las propias películas españolas las que fueran subtituladas, dada la manía de muchos jóvenes actores y actrices actuales de no vocalizar y a veces limitar sus frases a un simple susurro inarticulado. Por mi parte abogo por ese necesario subtitulado, y no solo porque a ciertas edades la sordera nos comienza a amenazar implacablemente y se hace más difícil entenderlos. Menos mal que TVE, que es donde más películas españolas se emiten, se subtitulan para sordos… Se ha aceptado de tal manera que a los intérpretes españoles no se les entienda bien que ya parece dejado por imposible. Lo aclaraba muy bien el actor y profesor Manuel Morón: vete a decirle a un actor muy joven y guaperas que triunfa en televisión y que gana un dineral que debe mejorar su trabajo. Te manda a hacer puñetas. Y los no guaperas también. Tanto ellos como ellas.
Babelia
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