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Oro exterior, calma interior

El vibrante exterior del Hospital Quirón de Córdoba oculta un luminoso interior

Anatxu Zabalbeascoa
Hospital Quirón de Córdoba.
Hospital Quirón de Córdoba.Jorge Allende

Que un edificio, cambie por fuera con las horas del día es una buena señal. No todos lo hacen. Que reaccione al sol, es decir: que lo filtre más en unas fachadas que en otras, implica que protege a los usuarios donde se da el exceso de calentamiento -en el lado sur- y que, por el contrario, busca la luz para los mismos usuarios en el lado norte, donde apenas da el sol. Así, ya desde la piel de sus fachadas, un inmueble envía un mensaje a su entorno y otro a quienes lo utilizan. Revela si sabe dónde está y si ha pensado en la gente. Está claro que las grandes obras cuidan las dos caras de la moneda arquitectónica. También es evidente que ambas preocupaciones son importantes. Pero se entiende que puedan serlo aún más cuando el edificio es un hospital.

Al noroeste de Córdoba, la celosía metálica que envuelve el nuevo Hospital Quirón, proyectado por el estudio madrileño Enero Arquitectos, tiene una consecuencia plástica: consigue que una infraestructura compuesta de dos cuerpos se lea como un único volumen. Ese orden se agradece en una zona indefinida del extrarradio que necesita una identidad. Inspirada en los motivos geométricos abstractos de las mashrabiyas árabes, la piel de chapa metálica dorada está sujeta con montantes a los cantos de los forjados y sombrea una segunda capa de vidrio que actúa como cerramiento térmico.

Hay pacientes de varios tipos. Están los enfermos y están los que temen estarlo. O lo que es lo mismo: los que necesitan calma y los que tienen prisa por resolver sus dudas. Por eso, al igual que sucede en la fachada, el hospital responde con geometría a necesidades tan opuestas organizando su programa de curas, diagnósticos y tratamientos en dos volúmenes maclados, con usos diferenciados. Así, hay un inmueble grande técnico –con maquinaria de mantenimiento y quirófanos- para la hospitalización y otro menor que funciona como ambulatorio. Cada cuerpo rodea un patio claustral, silencioso y luminoso. Y los dos se unen en una macla que concentra, y discrimina, los accesos.

Con una notable experiencia en arquitectura sanitaria –suyos son el Hospital General de Collado Villalba y numerosos centros de salud de toda España-, los arquitectos del estudio Enero llaman “espacios amables” a los suelos y paredes claros y a las estancias con luz natural y poco amuebladas que en un hospital invitan al sosiego. Ocultas sobre un falso techo de listones de madera o placas metálicas, en el área hospitalaria, la ausencia de protuberancias –alarmas, tuberías o luminarias- también contribuye a la calma visual. Así, con revestimientos limpios, la luz de los patios se multiplica y no sólo mejora la estancia de los pacientes, también permite un notable ahorro energético –incrementado además por los captadores de energía solar de la cubierta-.

Más allá de su previsión ante el sol, este edificio tuvo que reaccionar al emplazamiento reposicionándose tras el hallazgo de una necrópolis islámica. Así, los dos volúmenes tienen alineaciones diversas, pero es justamente esa solución lo que rompe la monumentalidad de un inmueble de 23.500 metros cuadrados evitando convertirse en un edificio mastodóntico.

Por eso, aunque hoy es vibrante por fuera –alterándose con el paso de las horas diarias-, queda por ver cómo reaccionará la chapa metálica perforada al paso de los años. Amable por dentro, el mármol, la madera y el esfuerzo por limpiar los espacios ya afrontan serenamente ese paso.

Con un presupuesto de 1.080 euros por metro cuadrado “incluidas los carísimos equipamientos sanitarios”, señalan los arquitectos, exceso de sol y luz, tradición cultural, extrarradio, enfermos, urgencia y miedo son los factores que los manejaron para levantar este hospital. El resultado es un inmueble singular y sin embargo arraigado en un contexto por definir. Una gran infraestructura contenida, serena y ordenada que, sin embargo vibra en el barrio del Parque Cruz Conde.

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