“La gente necesita reencontrarse con la voz viva”
El repentista cubano Alexis Díaz Pimienta se somete al carrusel de preguntas de este diario.
Cuando era niño y le regañaban tenía que tener la última palabra. En verso, eso sí. La palabra ha llevado a Alexis Díaz-Pimienta (La Habana, 1966) a conectar las dos orillas del Atlántico. Desde hace 25 años vive entre Andalucía y La Habana, enseñando e investigando. Su dedicación a la tradición oral, la agilidad de su rima y su pasión por la décima le han convertido en uno de los mayores repentistas de Hispanoamérica, un género que se ha extendido entre los jóvenes a ritmo de hip hop y con las populares batallas de gallos. “Hay una eclosión enorme de la improvisación entre los jóvenes", asegura. "En el siglo XXI hay una saturación de comunicación no verbal, de cultura digital y la gente está necesitando, sin saberlo, reencontrarse con la voz viva".
Escritor, poeta y docente, ha participado recientemente en la iniciativa #Diferentementeiguales para fomentar la diversidad, promovida por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), en la que también coopera su amigo el cantante Jorge Drexler. Su próximo reto es una escuela en línea especializada en la enseñanza de la improvisación y otras artes orales —teatro improvisado, la narración escénica, composición, flamenco —, que abrirá sus puertas virtuales en diciembre. El repentista cubano, que asegura que "la oralidad se abre camino, está creciendo y es irreversible", se somete al carrusel de preguntas de este diario.
¿Qué quería ser de pequeño?
Pelotero, curiosamente yo quería ser escritor y repentista, no quise ser cosmonauta… bueno quizá pelotero [jugador de béisbol]. Eran mis tres pasiones, he mantenido dos y la tercera me queda como afición.
¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?
El consejo de mi padre, que murió muy joven, de que nunca dejara la décima me ha marcado para el resto de mi vida.
¿Algún sitio que le inspire?
El Malecón de La Habana
¿Cuándo fue la última vez que lloró?
Lloro mucho, a veces cuando veo películas, pero la última vez que lloré fue con la muerte de mi hermano Marcelo, el repentista que de niño que cantaba conmigo y que el año pasado falleció.
¿El mejor regalo que ha recibido?
Un diccionario de la rima que me regaló mi maestro de secundaria, Alfredo Barrios, cuando tenía 11 años. Era una edición de Losada del año 1946. Me abrió un mundo, porque todo mi juego con las palabras y la improvisación venían de la oralidad, pero ni siquiera sabía que existía un diccionario de rimas. Luego he hecho yo mi propio diccionario con el que se trabaja en las escuelas en Cuba.
¿Qué significa ser escritor?
Es poder desnudarse sin pasar vergüenza, es una manera de estriptis anímico y psicológico, que te permite mostrarte cómo eres de verdad al 100%. Creo que quien quiera conocerme tendrá que buscar en mis libros mucho más que a la persona real.
¿Para qué sirven los premios?
Para establecer un vínculo con uno mismo para saber que lo que escribes en la soledad de tu teclado, de tu cuarto, llega a otras personas, que es lo que busca el escritor. Es la primera puerta para llegar al lector.
¿Qué obra mataría por haber escrito?
Cualquiera de los cuentos de Borges.
En el ámbito laboral, ¿de qué se siente más orgulloso?
De las escuelas de improvisación que he creado en Cuba y España.
¿Qué libro suyo le recomendaría a un adolescente?
Mi versión de Don Quijote de la Mancha porque creo que los adolescentes no se acercan al Quijote por miedo al español del siglo de Oro, a la distancia local… He logrado ponerle música y considero que los adolescentes necesitan leer a Miguel de Cervantes.
¿A qué personaje de cine o literatura se parece usted?
Yo creo que estaría entre Francisco de Quevedo y Lope de Vega.
En una fiesta de disfraces ¿de qué se disfrazaría?
Para que no me reconocieran y seguir haciendo lo que me gusta, me disfrazaría de sor Juana Inés de la Cruz.
¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?
Si fuera del pasado me encantaría encontrarme con Charles Chaplin y del presente con Woody Allen. Es un personaje de los que me gustaría a mí haber creado, es una persona muy literaria pese a ser real, incluso he hecho un libro inspirado en él. Ha regalado muchísimas frases en aforismos y lo que he hecho ha sido convertirlas en décimas en Transcripción pirata de una conversación telefónica con Woody Allen, que publicaré el año que viene.
Después de 25 años en España….¿la tortilla con cebolla o sin cebolla?
[Risas]. Con lo que sea me encanta, pero sin cebolla.
¿Dónde no querría vivir jamás?
Creo que en Estados Unidos porque no me atrae, es un país con muchas contradicciones y me atraen sociedades más sosegadas.
¿Hay algo que le deje sin dormir por la noche?
Algo que nos pasa a todos los que somos padres… el futuro de nuestros hijos
¿Qué noticia le gustaría leer en el periódico?
Una noticia que cuente las cosas buenas de Cuba y no solo las sombras, y que Cuba está en una situación boyante para que la gente sea más feliz.
¿Cómo ve el futuro de Cuba?
Está en un momento de cambios e incertidumbre, entonces, no sé… tengo más preguntas que respuestas sobre el futuro de Cuba.
¿Qué le diría al presidente Miguel Díaz-Canel?
Que hay que acercarse a la gente de a pie, preguntar a la gente de a pie y escuchar a la gente de a pie, que creo que es lo que está haciendo, pero todavía más.
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