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Backstreet Boys: “Somos la banda sonora de la juventud de los noventa”

El grupo celebra sus 25 años de carrera con nuevo disco y la gira mundial más ambiciosa desde la cumbre de su éxito

Desde la izquierda, Nick Carter, Howie Dorough, Kevin Richardson, Brian Littrell y A. J. McLean; los Backstreet Boys, durante una actuación en Nueva York el pasado julio.
Desde la izquierda, Nick Carter, Howie Dorough, Kevin Richardson, Brian Littrell y A. J. McLean; los Backstreet Boys, durante una actuación en Nueva York el pasado julio.Michael Loccisano (Getty Images)
Pablo Ximénez de Sandoval

Cuando Kevin Richardson tenía 20 años, a principios de los noventa, la música popular empezaba a asistir a un experimento que no se había hecho antes. Las bandas de rock que habían liderado la juventud de los sesenta empezaban a ser cuarentones, tenían hijos, entradas, canas, y el mundo se preguntaba cuánto tiempo pensaban seguir correteando por los escenarios. Hoy, Richardson (Kentucky, 1971) se encuentra en la misma situación con los Backstreet Boys. Y juntos parecen haber decidido que su respuesta es no parar y seguir dando material a sus fans sin descanso. Backstreet Boys presentó el pasado viernes su décimo álbum de estudio y anunció la gira mundial más ambiciosa desde que su carrera tocó techo hace 18 años. Actuarán en Madrid el 13 de mayo y en Barcelona el 17 de mayo.

“Cuando hacemos música ahora trato de fijarme en cuando era pequeño y pienso, a ver, quiénes eran los tipos de treinta y tantos o cuarenta y tantos qué seguían haciendo música buena entonces”, cuenta Richardson a EL PAÍS este miércoles en una conversación en Las Vegas, horas antes de subirse al escenario. En ese perfil de veteranos, “tenías a Don Henley, Glenn Frey, Rod Stewart, los Stones, Aerosmith… trato de compararme con lo que ellos hacían entonces. ¿Cómo se mantuvieron relevantes? ¿Qué decisiones tomaron musicalmente?”.

“Soy un fan enorme del rock de los setenta”, continúa Richardson. “Me gustan todas las bandas de armonías de la época como los Eagles, Ambrosia, The Atlanta Rhythm Section y cosas así”. A pesar de que para él eran mayores, “siempre me parecieron guays”, dice, “y pensaba ¿cómo lo hacen? ¡Tina Turner arrasó en los ochenta y ya era grande en los sesenta!”.

A su lado, sentado en las butacas del teatro, está Nick Carter (Nueva York, 1980). Tiene ocho años menos que Richardson. Para él, U2 ya era una vieja gloria a principios de los noventa. “Si pienso en lo que hicieron bien gente como los Stones o McCartney, yo creo que lo que tienen en común es que siguieron haciendo giras y dejándose ver”, opina Carter. “Eso te mantiene en la cabeza de la gente. Te ven crecer y evolucionar con ellos. Cuando la MTV dejó de ponerlos, ellos seguían saliendo de gira y tocando para sus fans. Creo que nosotros hemos hecho lo mismo. Ha habido momentos en que las radios dejaban de poner nuestra música y nosotros hemos seguido actuando. Si se rompe eso, hay un espacio en el que la gente no te ve, y entonces cuando sales se convierte en un regreso. Crecer es otra cosa. Nosotros hemos crecido con nuestros fans, creo que es lo mismo que consiguieron esos artistas”.

Así que este es un momento de celebración para Backstreet Boys. Son 25 años de crecer con su público desde que empezaron en 1993, alcanzaron el éxito mundial en 1996 y la cumbre de las ventas masivas en el cambio de siglo. Durante el último año han hecho una residencia en Las Vegas con un espectáculo de grandes éxitos sin complejos que es la apoteosis para sus fans. Mientras, han estado grabando el material de un nuevo disco, DNA, que saldrá a la venta en enero. El viernes se publicó el segundo adelanto de ese disco, Chances. El autohomenaje de Las Vegas se acaba el 27 de abril y después empiezan una gira mundial, DNA World Tour, la más grande desde entonces según su promoción.

Es la ocasión de verse ahora ellos, entre los 38 y los 47 años, cara a cara de nuevo con ese público. ¿Qué ven ellos desde el escenario? “Han crecido”, dice Richardson. “Ahora tienen hijos. Traen a los niños, a veces vemos tres generaciones en los conciertos, y hasta cuatro. Es una bendición. Es un testimonio de nuestro catálogo y del trabajo tan duro que hemos hecho a lo largo de estos años, yendo a cada país, invirtiendo tiempo y desarrollando una relación con nuestros fans por todo el mundo”.

“La relación ha madurado”, continúa Richardson. “Somos mayores y ellos también. Todos hemos avanzado en la vida, pero al mismo tiempo compartimos esto, los recuerdos que tenemos y los nuevos recuerdos que estamos creando. Cuando estamos en el escenario sentimos esa energía, es como volver atrás en el tiempo. Hasta que te bajas, te sientas y tratas de volver a levantarte, ¡ahí te das cuenta de que no has vuelo atrás en el tiempo!”, se ríe Richardson.

Esa sensación es evidente en el show de Las Vegas, Larger than Life, a donde miles de personas de todo el mundo llegan para verles cantar en directo todos y cada uno de sus éxitos. Nadie se va de aquí sin escuchar su canción favorita en directo. Para el fan de corazón, es un fiestón con sus ídolos. “Es extraño”, dice Kevin Carter. “Ves caras adultas, pero se transforman en adolescentes. Puedes ver cómo les surge de dentro. Me gusta decir que a este lugar vienes a dejarte ir. Cuando te haces mayor tienes responsabilidades, pero aquí te puedes escapar y ser ese adolescente que te encanta ser cuando estás escuchando a los Backstreet Boys".

En un repaso a los Backstreet Boys en esta década muestra que están haciendo exactamente lo que dicen. No parar de trabajar para seguir siendo parte de la vida de sus fans mientras cumplen años. “Estamos en un momento en el que los que vivieron los noventa quieren revivirlos”, opina Richardson. “Igual ahora tienen un trabajo que les estresa, o les estresa la familia, o el mundo, y quieren recordar un tiempo estupendo en el que no tenían responsabilidades. Ven esa época con cariño y nosotros somos la banda sonora de su vida. Y eso es bueno”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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