_
_
_
_

Teddy Bautista: “Vuelvo porque los tres poderes del Estado están contra la SGAE”

Siete años y tres meses después de que la Guardia Civil le detuviera, el expresidente rompe su silencio y pide a los socios que le voten para volver a liderar la entidad

Teddy Bautista, este jueves, en su casa en Boadilla del Monte.Vídeo: Foto y CARLOS ROSILLO

Siete años y tres meses después de que la Guardia Civil entrase en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Eduardo Teddy Bautista, que está imputado en el caso Saga, ha decidido romper su silencio. Durante una entrevista con EL PAÍS, celebrada este jueves en su casa de Boadilla del Monte (Madrid), ha hablado largo y tendido de lo que ha pasado personalmente desde aquel 1 de julio de 2011. También ha tratado su futuro, que pasa por presentarse de nuevo a las elecciones de la entidad de gestión de derechos de autor. Pocos dudan de que vaya a salir elegido entre los 39 miembros de la junta directiva. Otra cosa es que sume una mayoría de apoyos suficiente para volver a presidirla. Los socios nostálgicos ya descorchan el champán y le prometen su voto. Los más escépticos, en cambio, tiemblan.

Más información
Todo sobre la SGAE
Teddy Bautista se presenta a las elecciones de la junta directiva de la SGAE
El futuro de la SGAE y la magia negra
El juez impone una fianza de 63 millones a Teddy Bautista y otros ocho acusados del caso SGAE

Mientras, hace un año, el juez De la Mata abrió juicio oral contra él y otras 10 personas, por un presunto desvío de fondos que, según la investigación, causó un perjuicio a la entidad de más de 20 millones de euros. Bautista, en concreto, se enfrenta a siete años de cárcel, por un presunto delito de apropiación indebida. El que fuera líder de la banda Los Canarios lamenta que aún no sepa la fecha del proceso y sostiene que la justicia es "una industria". También por eso ha decidido presentarse a las elecciones de la SGAE, que se celebran el 26 de octubre.

"Rompo mi silencio. Creía que había que respetar la independencia judicial. He estado callado durante siete años y por eso estoy en mi derecho de hablar. Tengo 75 años. No sé cuánto más voy a vivir, pero desde luego me han dado tratamiento de cadáver civil. Y no quiero serlo más", agrega el compositor, quien estuvo trabajando en la entidad en distintos cargos durante 34 años. Bautista dice regresa a la primera línea de la defensa por los derechos de autor, entre otras cosas, porque "los tres poderes del Estado, el legislativo, el ejecutivo y el judicial, están contra la SGAE. Por si fuera poco, los cuatro principales partidos están de acuerdo en cambiar la Ley de Propiedad Intelectual para perjudicar a los autores". La entidad es atacada también por "todos los que tienen que pagar a los creadores por el uso de sus obras: medios de comunicación, industria musical, los hoteles, las discotecas, los restaurantes, las peluquerías….". Ante la tormenta perfecta, Bautista cree que puede ser el mejor capitán. O tal vez el único.

Promete incluso devolver a la entidad a los "buenos tiempos". "Yo la dejé con casi 400 millones de beneficios. Era la séptima entidad en importancia en el mundo y ahora está en el puesto 26". Su intención es llegar, arreglar los problemas de la SGAE y retirarse de nuevo. Todo en no más de un año. Y asegura que si, entretanto, saliera la fecha de su juicio, dimitiría o pediría una excedencia. Aunque aclara, con una sonrisa: "Tal y como ha ido la cosa, no creo que hasta mediados de 2019 haya fecha".

La relación con Cultura

Bautista sostiene que él mismo pidió la intervención de la SGAE por parte del ministerio de Cultura en 2011, cuando aún era presidente. "Santos Castro era el director general de industrias culturales, con la ministra Ángeles González Sinde. Le llamé a él, al que conocía por haber trabajado juntos, y le dije: 'Si el Ministerio no interviene cuando la Guardia Civil ha entrado en un operativo como si dentro hubiese drogas o material ilegal o una cédula terrorista, ¿cuándo va a hacerlo? Le sugerí que su cuerpo de interventores generales del estado, de una preparación tremenda, levantara todas las alfombras y realizara un mapa de qué estaba pasando. Intervenir no significa nada más que mandar expertos que vean la situación real y la comuniquen. Y él me dijo que la decisión era de la ministra. Intuí que no le gustaba demasiado la idea. Y a los dos días Sinde dijo en una rueda de prensa que no intervendrían".

-Entonces, ¿por qué una intervención ahora no le gustaría?

La diferencia es el tiempo. Ahora quien tiene que resolver los problemas de la SGAE son los autores, y los técnicos de la SGAE al servicio de los autores. En aquel momento era lógico que el órgano ejecutivo al que por ley le corresponde velar por el funcionamiento de las entidades de gestión interviniera porque se habían dado unas circunstancias históricas, en 100 años no había pasado nada parecido. Ahora no creo que haya ningún motivo.

-¿Por qué están los poderes del Estado en contra de la SGAE?

Porque se produce una intoxicación de la opinión pública, en donde todo lo del derecho de autor parece que es un canon, una imposición. Cuando la realidad es que es el resultado de una transacción comercial. La SGAE firma acuerdos comerciales, somos un proveedor más, como quien da la energía o la Coca-Cola. Damos un material de entretenimiento. El Corte Inglés pone música en los grandes almacenes porque hay estudios sociológicos que dicen que la música es un contribuyente a relajar y a crear en el ciudadano un estado favorable a percibir las ofertas y demás.

-¿Vuelve a hablar porque está en campaña electoral?

No he decidido hablar ahora porque sea candidato, sino porque es el momento en el que nuestros abogados han dicho: “Ya se ha respetado el silencio procesal y nadie puede pedir que estés más de siete años callado”.

Por ello, el compositor se siente con derecho también a compartir públicamente su recuerdo del día en que la Guardia Civil entró en la SGAE, él fue detenido y la entidad se metió en un laberinto del que nunca salió: "Ese día me pilló yendo al tanatorio de un trabajador de la entidad que murió la noche anterior. Alguien me llamó por teléfono para decirme que la SGAE estaba siendo intervenida. Desde la sede entonces me contaron que no había ningún agente pero sí unidades móviles de las televisiones preparadas. Me volvieron a llamar y me dijeron que los guardias civiles estaban saltando por la verja con la puerta abierta. Era un montaje. Si me pregunta quién lo ordenó, obviamente digo que el fiscal. Pero, ¿quién lo indujo? Los que hicieron la denuncia en el año 2008".

Traducido: la asociación de internautas, la llamada asociación de víctimas del canon [lo que cobran las entidades de gestión a los fabricantes de fotocopiadoras, lectores de mp3 o móviles por las copias privadas de obras] y un abogado catalán. Bautista subraya que los tres ya no siguen en la causa. Y sigue apuntando con el dedo: "Había una organización muy activa en contra de la remuneración de copia privada, AMETIC, presidida por un hombre de la industria que se llamaba Jesús Banegas. La conformaban las operadoras de telefónica, las grandes compañías de hardware y software, allí estaban Apple, Google…. Era una patronal de incalculable poder de decisión e intervención. Y se unirían otros espontáneos, medios de comunicación o grandes compañías, hoteleros importantes…".

Sea como fuere, el juez De la Mata está convencido de que se realizó "una sofisticada estratagema para derivar masivamente fondos de la SGAE". Considera que la entidad pagaba millones a SDAE, su filial digital, liderada por José Luis Rodríguez Neri, por servicios que en muchos casos no se producían, y que buena parte del dinero acababa casi de inmediato en las cuentas de Microgénesis, una empresa de Neri. Según un temprano auto judicial, este era el cabecilla de una presunta trama "autorizada, consentida e impulsada" por Bautista.

Este, antes de responder en los juzgados, lo hace en la entrevista: "Es su interpretación. Estamos muy tranquilos. Llevamos años sin una diligencia. Sigo teniendo la misma esperanza en la justicia, porque en los dos casos que han salido nos han dado la razón [la absolución de Ramoncín y una causa contra Bautista y Caco Senante, archivada, en dos piezas separadas del caso Saga]. Todos los expertos me decían que tardaría tres años, cuatro años como mucho. Al menos este tiempo nos ha servido para reconstruir absolutamente cada una de las partidas. Nos acusaron de que habíamos montado una trama para sacar dinero de la SGAE que iba a los que estaban fabricando herramientas para la entidad. Pero se demostró que estas sí estaban fabricadas, instaladas y que hoy están funcionando”.

-¿Cree también en la inocencia de los otros imputados?

Absolutamente. Esta gente está como yo, literalmente viviendo de las ayudas familiares. Yo, si no fuese por mis hermanas, no podría pagar la educación de mis hijos.

-¿Y la pensión vitalicia de más de 23.000 euros que recuperó en los tribunales?

Está embargada desde hace mucho tiempo. Esa cantidad es en bruto, en todo caso. Yo percibo sensiblemente menos. Al principio la SGAE me la denegó, tuve que irme a litigar. Y después cuando me había repuesto llega el escrito de transformación del juzgado y nos imponen medidas cautelares imposibles, hace un año. Tengo una parte inembargable y puedo vivir de ella, pero no puedo pagar los estudios de mis hijos o atender un imprevisto. Si fuese verdad lo que nos imputan no estaríamos ninguno en esta precariedad total.

"Tengo copia de cada recibo, de cada documento, de cada partida y además las actas. Cada año el consejo y la junta aprobaban un presupuesto, que administraba el director económico y financiero. Tenía un tope de 6.000 euros: no tenemos ningún caso en que se haya producido ese gasto sin la firma del órgano correspondiente", añade.

Bautista defiende que tiene muy claro su programa de gobierno, que hablará con todos para ganarse su confianza a golpes de explicaciones, diapositivas y diálogo. Ante todo, con el ministro de Cultura, José Guirao, "la primera entrevista" que pediría el candidato. También porque el plazo de tres meses que el ministerio dio a la entidad para arreglar su reparto, su sistema de voto y sus estatutos sigue adelante. Y en el aire continúa la amenaza de una intervención. También negociará con los editores, que él hizo entrar en la junta directiva de la sociedad de autores hace años. No reniega de aquella decisión, pero avisa: "Percibo que los editores tienen una agenda oculta, distinta, donde quieren administrar ellos los derechos que tienen. Y creo que es una mala idea".

Y pasa a desglosar su plan para la SGAE: "Me veo con ideas. Lo primero, redactaría unos nuevos estatutos que se adapten 100% con la directiva europea y al máximo posible con la Ley de Propiedad Intelectual española, siempre y cuando el legislativo no la desarmonice. En ese caso me iría a la Corte de Luxemburgo y por tercera vez tendría que demandar al gobierno español. Las dos precedentes las ganamos. Segundo, crearía un equipo de gestión independiente y profesional que reporte al menos cada tres meses a los órganos de gobierno de la SGAE del estado de la situación. Y tercero, incorporaría las tecnologías más recientes: cualquier obra cultural hay que tratarla como un objeto digital. Y que incluya todos los metadatos –dónde se ha emitido, cuándo, en qué cantidad- que permitan una trazabilidad absoluta para poder recompensar su uso. Y después hay que fomentar usos que no generan valor añadido pero son buenos para la educación. Si los editores y el sector audiovisual están de acuerdo en este modelo, yo puedo ser presidente. Sé que el colegio de pequeño derecho (los músicos) y de gran derecho (artes escénicas) lo apoyan en buena parte".

-Se dice que era un líder autoritario, que no aceptaba oposición.

Yo respeto que alguien haga esa intepretación. No traspasé ni vulneré ninguno de los limites de los estatutos y los reglamentos. De haberlo hecho me acusarían de más cosas.

-También se pone en duda la inversión que hizo la SGAE en su mandato en varios teatros y centros culturales, para crear la llamada red Arteria.

Arteria el primer año dio más de un millón de beneficios, y el segundo, 1,5 millones. Era rentable. Pero los autores que llegaron en 2012 quisieron desinvertir. Es tan legítimo como querer Arteria. Otra cosa son los argumentos que usaron, una cadena de falacias.

-Dijeron que generó una deuda de 400 millones.

Es una falacia demostrable. Todos los proyectos sumados no pasaban de 200 millones de euros.

-Entonces, sí hubo una deuda de 200 millones.

No, de cien y pico, que se podía refinanciar sin problemas. Todos los bancos querían, y se hubiera mantenido Arteria. No era además una red de teatros: hay más aulas, estudios, elementos de docencias, digitalizadoras de películas.

Tras el abandono de Bautista, el trono de la SGAE se mantuvo envuelto en una maldición. Su sucesor, Antón Reixa, fue cesado por la junta directiva en 2013. José Luis Acosta dimitió en 2016. Y José Miguel Fernández Sastrón tuvo que adelantar los comicios ante las insalvables divisiones internas. Para Bautista, este último fue el mejor de sus sucesores "con diferencia". Sin embargo, acalla los rumores sobre una incorporación de Sastrón a su posible equipo directivo: "Tiene que moverse en una franja de edad para ser una apuesta de largo recorrido, que pueda llevar 20 años de desarrollo".

El candidato apuesta por el presente y el futuro. Pero el pasado le persigue, sobre todo en los juzgados. En los últimos años la SGAE se ha visto salpicada también por otro escándalo: el caso rueda. Así se conoce a un presunto fraude millonario entre algunos socios de la entidad y empleados de televisión para embolsarse ingresos disparados gracias a la música emitida de madrugada. El juez cifra el fraude en 100 millones entre 2006 y 2011, cuando aún mandaba Bautista.

"En esas fechas, no había ningún problema, me remito a los números. El conjunto del mundo editorial ganaba más de 500 millones. A medida que la investigación profundice terminará encontrando donde están las distorsiones, en qué época y en qué medios. En todo caso, no hay una rueda. Ese término implica un mecanismo por el cual un grupo miente o esconde cuál es el repertorio en uso. Las canciones que se han tocado de madrugada se han tocado. Los casos donde se ha tratado de engañar se tienen que tratar como casos individuales", se defiende él. Y agrega: "El músico siempre ha trabajado donde se lo ofrecen. Yo lo hice en cabarets, en cruceros… Era donde me pagaban. No se le pueden pedir cuentas porque trabaje en la madrugada televisiva. En cualquier caso, para simplificar: sería un problema entre editores discográficos y de los medios. Que se reúnan y que busquen el equilibrio. Puede haber casos de autores que se hayan excedido en su exposición del repertorio pero eso es un problema que tiene que arreglar la SGAE".

El argumento es parecido al que también emplea el actual presidente, Sastrón, imputado por el juez: no hay que confundir las prácticas de unos pocos con la entidad entera y habrá que esperar para saber si hubo delitos. Ambos rechazan además el término rueda, que consideran inexacto y despectivo injustamente. Pero, ¿qué juicio ético y moral le merece a Bautista este caso? "Ante todo, la música de madrugada nunca llegó a suponer tantos ingesos como se dice. Todo se demostrará. Yo me quiero reunir con los editores de las discográficas y con los de los medios de comunicación, explicar cómo se ha hecho en otras épocas, en otros países y entre todos decidir el modelo. Hay programas de la noche de Jorge Pardo que han tenido muchísima audiencia. Hubo un momento en que la mejor música que se veía en televisión era esa".

Tras dos horas de charla, la entrevista llega a su fin. Bautista llevaba siete años esperando para hablar. En este tiempo, ¿qué es lo que más le ha molestado? "Que se confunda la verdad con lo verosímil. Hay cosas que puede parecer que hemos hecho que no están bien, pero hay que profundizar. Jueces, fiscales, investigadores son personas. No se puede pensar que es infalible algo ni siquiera juzgado en sala".

Sin voto electrónico, y con menos candidatos

La carrera electoral en la SGAE se ha visto sacudida por la retirada de una quincena de músicos conocidos, como Álvaro Urquijo o Jota de Los Planetas, por la falta de voto electrónico en los comicios. ¿Qué opina Bautista? "No se puede implementar, ninguna sociedad lo hace. Si llegara un momento donde hay un sistema biométrico en mano de cada votante, sí apostaría por ello".

-¿Por qué esos músicos lo pedían tanto entonces?

Porque el voto electrónico es muy fácil de manipular en el sistema actual. Te mandan una clave y la introduces. Si das esa clave a otro…Me da mucha pena que se retiren, hay gente que quisiera que estuviera: Kiko veneno, Jorge de Ilegales, uno de mis músicos favoritos. Pero los argumentos no me valen.

-Hace meses decenas de músicos se declararon víctima de fraude por la SGAE. ¿Por qué?

Creo que están escasamente informados. Todo parte del derecho de autor: el público quiere acceder a la obra y paga. En ese momento el empresario que tiene ese negocio tiene que reservar una parte para el autor, que es el que pone todo en marcha. Todos los círculos concéntricos alrededor de esto responden a intereses distintos entre ellos. Si hay un elemento que distorsiona el desarrollo de un proceso, inmediatamente se convierte en algo más importante que el proceso. Hay noticias en los medios hoy en día que hay que hacerlas parecer grande. Y si generan un poco de escándalo, mejor.

¿Las multinacionales están usando a estos músicos para sus intereses?

Yo creo que no, aunque la relación no sea muy fluida tiene que haber una cohabitación. La industria nos necesita y nosotros a ella. Ojalá España tuviera tanta multinacionales culturales como energéticas. Aunque los editores de las multinacionales han adoptado un papel poco colaborador. En vez de soluciones, han aportado problemas y muy serios.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_