Serrat y Miralles, matrimonio a la catalana que cumple 50 años
El cantante, que reaparece ahora tras su faringitis, y el pianista se subían juntos al escenario en 1968 para escribir una de las historias más intensas de la música popular española
Y la tranquilidad y la alegría de compartir el escenario con el maestro Ricard Miralles”. Esta y otras frases similares llevan repitiéndose desde aquel septiembre de 1968 en que la pareja Serrat-Ricardo Miralles se subieron juntos por primera vez a un escenario. “En aquel momento estaba acompañado por el pianista de jazz Tete Montoliu” recuerda Serrat. “Habíamos estado tocando juntos desde el mes de mayo, con toda la fantasía que supone compartir un escenario con un músico como el Tete, pero como pianista de jazz deseaba volver a tocar lo suyo”. “Había ocurrido lo de Eurovisión y la figura de Serrat generaba una gran expectación” recuerda Miralles. Serrat retomará el 8 de septiembre en Palma de Mallorca su gira Mediterráneo Da Capo, tras unas vacaciones inesperadas a causa de una persistente laringitis del cantante que provocó la interrupción de los conciertos que se estaban realizando desde abril. “Me propusieron sustituir como a pianista a Tete Montoliu y como la oferta tanto artística como económica era muy interesante no lo dudé” dice Miralles. “Recuerdo que iba a ensayar a la casa de los padres de Miralles, en la calle de Roger de Flor, y rápidamente nos pusimos en marcha, así que la verdad es que no hubo mucho tiempo de preparación” señala Serrat.
Miralles se convierte en la cara b del cantante. Esa figura a partir de ahora inseparable de la escenografía serratiana. El músico no ha olvidado su debut musical junto a Serrat. “El manager de Serrat, José Maria Lasso de la Vega, nos había preparado un doblete, una gala por la tarde en Palma de Mallorca, y otra por la noche, en Benidorm, se suponía que una avioneta nos llevaría a tiempo pero al final la cosa se complicó y a la segunda actuación llegamos con bastante retraso, así que tuvimos un debut un poco accidentado”. “La actuación en Benidorm- dice Serrat- era en sala de fiestas Alkazar y cuando llegamos, todavía recuerdo la cara de Rafael Conde El Titi, un artista que destacaba por su exuberante vestuario. “Chiquillos, menos mal que habéis llegado , ya no me quedaban más chaquetillas que ponerme” nos dijo con mucha gracia.
“La relación entre Serrat y Miralles solo se puede entender desde el respeto que ambos músicos se profesan” dice Josep Mas “Kitflus” la otra “pata” de la mesa musical serratiana. “Desde el respeto pero también en aquello que no acabas de entender” señala Serrat. “Como otras parejas de larga duración hemos tenido nuestros periodos de separación, pero la cosa no ha acabado en un divorcio definitivo” dice Serrat. “Ricard Miralles es el responsable de una buena parte de su discografía, a la que ha imprimido su creatividad” señala Kitflus. Entre 1968 y 1970 el tándem Serrat-Miralles produce algunos de los trabajos, como el disco de los poemas de Machado, que señalarán profundamente la obra del cantautor. Cantante y pianista llevan los versos de Machado convertidos en canciones pop por teatros, plazas de toros y salas de fiestas. En algunas de las actuaciones les recuerdan que “estamos en España” cuando Serrat interpreta una canción en catalán. Al otro lado del Atlántico, les espera la primera gira por América. “Fue en el otoño de 1969 y en un principio estaba planteada como una tournée de pocas semanas y acabó convirtiéndose en cinco meses en los que cruzamos varias veces de norte a sur el continente” dice Miralles. “Éramos dos personas jóvenes – dice Serrat- descubriendo con avidez cada uno en los países en los que tocábamos, empapándonos de otras músicas y folklores, familiarizándonos con un medio como la televisión que en España nos estaba vetado”. “Veníamos de un país bajo una dictadura y respirábamos el aire fresco de la libertad”
En estas cinco décadas el dúo Serrat-Miralles ha pasado de la cortina decorativa a las sofisticadas pantallas led como telón de fondo. “La industria del espectáculo se ha transformado a todos los niveles y todavía seguirá cambiando pero hoy como en el pasado el público sigue emocionándose y cantando Paraules d’amor” señala Miralles. “Serrat- dice Miralles- tiene un talento natural para crear canciones, si a ese talento creativo unimos su poder de comunicación, nos dará la clave de esa relación de fidelidad y amor entre él y el público a lo largo de más de medio siglo”. “Seguimos ensayando como hace cuarenta años, lo único que ocurre es que antes cuando nos levantábamos era para ir a fumar un cigarrillo y ahora lo hacemos para ir a orinar”. El próximo 8 de septiembre Serrat reaparecerá en Palma de Mallorca, la misma ciudad donde hace ahora cincuenta años tocaba por primera vez con Ricard Miralles.
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