La Venus Capitolina que prefiere quedarse en el pueblo
El municipio de Salar halla en unas excavaciones una de las escasas muestras originales de la diosa púdica que existen en el mundo
Oculta en un muro de la villa romana de Salar (Granada), los arqueólogos han hallado la estatua en mármol de una Venus Capitolina, también conocida como púdica, porque siempre cubre con sus manos pecho y pubis. Se trata de una de las escasas muestras originales romanas que se han descubierto en el mundo. “Es un hallazgo bastante importante dada su buena conservación, y porque no está decapitada, como ocurre en otros muchos casos”, explica Julio Román, director de las excavaciones.
La primera Venus Capitolina de la que se tiene noticia fue desenterrada en la colina romana de Viminal a finales del siglo XVII. El papa Benedicto XIV la adquirió dada su indudable belleza y fue trasladada a los Museos Capitolinos de la ciudad, donde permanece. Se supone que este tipo de figuras son una adaptación de la Venus de Praxíteles, escultor griego del siglo III antes de Cristo. En la Roma clásica, las familias pudientes adquirían copias para decorar sus villas.
En Salar, un municipio de 2.700 habitantes, querían construir en 2004 a las afueras una depuradora. Pero nada más comenzar las labores de asentamiento, aparecieron muros y estructuras arquitectónicas muy delimitados. Los trabajos fueron paralizados y se inició así la primera campaña de excavaciones. Poco a poco, y fundamentalmente por la terquedad del Ayuntamiento, se inició el desentierro de una de las diez mejores villas romanas de la Península Ibérica.
La de Salar se hallaba situada próxima a la que fue una de las vías romanas de comunicación más importantes de la provincia, la que unía los municipios de Iliberis e Ilurco con Anticaria. La Bética, en la que se localizaba el pueblo, fue una de las provincias latinas de mayor importancia exportadora de trigo, aceite y vino.
Las intervenciones arqueológicas de Salar dejaron pronto al descubierto parte del peristilo de la villa (las columnas que rodeaban el patio), un triclinio (más o menos el comedor) y el ninfeo (una especie de fuente).
Frescos, mosaicos, diversas esculturas de ninfas fueron apareciendo conforme avanzaban las excavaciones, hasta que este verano los expertos lograron el mayor de sus descubrimientos: la Venus Capitolina, una figura de unos 75 centímetros, que llegó a alcanzar los 1,2 metros cuando contaba con piernas (estas aun no han sido encontradas).
La figura estaba incrustada en uno de los muros de la edificación. Román recuerda que el complejo sufrió una fuerte degradación en los primeros siglos del milenio. “Se supone que más o menos en el V fue ocupado por agricultores de la zona, que ya comenzaban a abrazar el cristianismo. Para ellos no tenía ningún valor la estatua, por lo que la reutilizaron para reforzar los muros”.
“La importancia del hallazgo es indudable, dado que no habrá más de un centenar de venus de este tipo en el mundo. Ya hemos recibido peticiones de numerosos historiadores y universidades para estudiarla”, recuerda el arqueólogo.
El pueblo quiere que la diosa permanezca en el municipio, pero la ley andaluza señala que este tipo de hallazgos deben descansar en el museo provincial. El alcalde, Armando Moya, es muy claro: “Para nosotros es muy importante que se quede aquí. Vivimos fundamentalmente de la agricultura, y la villa romana y el turismo que pueda generar son un complemento económico fundamental para nosotros. Si no, morimos”.
Julio Román admite que la figura pasará pronto al Departamento de Restauración en Piedra de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada. “Luego ya se verá. Pero en Salar quieren que se quede. ¿Por qué no?”.
30.000 euros anuales para conservar la villa
El alcalde Armando Moya destaca que el descubrimiento es una apuesta del municipio. “Cuando se comenzó a excavar [2004], el Ayuntamiento no era muy partidario de parar las obras de la depuradora, pero el historiador José Montero insistió en que había que detenerlas. El municipio se hizo cargo de todo. Pero no es suficiente”. El regidor calcula que las excavaciones tienen un coste anual de unos 30.000 euros, por lo que sopesa crear un ‘crowdfounding’.
Además de la venus, los arqueólogos localizaron dos ninfas (divinidades acuáticas) en el viejo estanque. “Nos gustarían que se quedasen también aquí. Al final, para terminar en un almacén de un museo...”, dice.
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