_
_
_
_

Coneguda crueldat

Joan Margarit evoca en este poema el dolor por los atentados en Barcelona

Joan Margarit, en Barcelona.
Joan Margarit, en Barcelona.EFE

Joan Margarit, barcelonés de 80 años, ha reflejado su amor a Barcelona “en casi cien poemas de mi obra”. “Lo que nunca ejerceré con mi ciudad será la neutralidad o la indiferencia”. Uno de los poemas que nos dejó para estas páginas de amor a Barcelona está escrito hace ahora un año, en un momento de gran dolor por “las inocentes víctimas del atentado terrorista de agosto de 2017”. Publicamos ese poema, Coneguda crueldat (Conocida crueldad), en catalán y en su traducción española.

La mateixa ciutat només dura el seu temps.

Totes les Barcelones són unes dins les altres

com unes invisibles nines russes.

La ciutat que jo estimo encenia pocs llums

en les nits fosques d'un país infame.

La de la llibertat va començar a ocultar-la.

Residus menyspreats de veritat

van tornar a mi, com roses

salvades de qui sap quines escombraries.

Ara ja és una altra Barcelona:

la que més llums ha encès,

la de la indiferència. La més cosmopolita.

Aliena i fugaç, una gentada emplena

les nostres cases i carrers

igual que un escenari abandonat

on haguessin rodat una pel·lícula.

Potser avui, si no fos per tants records,

ja no l'estimaria.

De sobte, res no acaba.

D'infant vaig veure assassins a missa:

els mateixos silencis, flors, espelmes

per als mateixos crims.

Barcelona, quan torni a amenaçar-nos

aquella coneguda crueltat,

et tornaré a cantar.

Una misma ciudad dura sólo su tiempo./ Todas las Barcelonas/ como muñecas rusas, invisibles/ están las unas dentro de las otras.

Mi ciudad encendía/ muy pocas luces en las noches pobres/ de aquel país infame./ A esa la ocultó una más libre./ Despreciados residuos de verdad/ volvieron como rosas hasta mí/ salvadas de quién sabe qué basura.

Ahora es una nueva Barcelona:/ la que más luces ha encendido nunca,/ la de la indiferencia. La más cosmopolita./ Un gentío a la vez fugaz y ajeno/ atesta casas, calles,/ igual que un escenario abandonado.

Donde hubieran rodado una película./ Quizá no la amaría si no fuera / por todos mis recuerdos./ De pronto, nada acaba./ De niño pude ver asesinos en misa:/ esos mismos silencios, flores, velas,/ por unos mismos crímenes./ Cada vez, Barcelona,/ que aquella conocida crueldad nos amenace,/ te volveré a cantar.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_