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La poesía del paisaje más cercano

El fotógrafo Carlos Cánovas muestra en una retrospectiva la belleza extraída de espacios cotidianos

'Dársena de Axpe', de 1993, imagen de la serie 'Paisaje sin retorno', sobre la Ría de Bilbao.
'Dársena de Axpe', de 1993, imagen de la serie 'Paisaje sin retorno', sobre la Ría de Bilbao.CARLOS CÁNOVAS / VEGAP
Manuel Morales
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Imágenes de la exposición 'En el tiempo. Carlos Cánovas'

Esos lugares por los que pasamos a diario, que de verlos tanto casi ni nos fijamos en ellos, son, en cambio, los que le han llamado la atención al fotógrafo Carlos Cánovas desde que empezó a tomar imágenes hace más de cuatro décadas. El centro de su mundo cercano ha sido la periferia de Pamplona, donde ha vivido desde que apenas nació en Hellín (Albacete), en 1951. Ahora, una retrospectiva con más de un centenar de imágenes muestra su querencia por las periferias y límites de las ciudades en el Museo ICO, de Madrid, hasta el 9 de septiembre, con el nombre de En el tiempo. Carlos Cánovas.

En un centro especializado en la fotografía de arquitectura y de urbanismo, Cánovas ha explicado este martes, en el recorrido guiado, que su trayectoria se ha basado en "mover un banco" cuyas cuatro patas son: "luz, tiempo, espacio y distancia". Con un trabajo desarrollado en series, lo que le permite no tener por qué darlas por finalizadas, la que abre la exposición es Extramuros, sobre Pamplona, realizada entre 1983 y 1990. En blanco y negro, con luz de la mañana y cielos despejados, pueden contemplarse sus fotografías, en formato cuadrado, realizadas con cámara de placas, que retratan "paisajes alterados por el hombre" con los que a él le une "un vínculo sentimental". Son imágenes de descampados, traseras de edificios y muros que transmiten melancolía, incluso tristeza, y la soledad de unos lugares en los que no hay presencia humana. Como otros autores que han enseñado el paisaje urbano, Cánovas prefiere que no haya nadie para no distraer al espectador en su mirada. Por eso buscó la tranquilidad de los días festivos, con sus momentos de quietud.

Paisaje sin retorno (1993-94) es una visión panorámica de la Ría de Bilbao, un trabajo de encargo plasmado poco antes de la desaparición del entramado industrial de la ciudad vasca, modificado por un perfil dominado por el Guggenheim. "Se trataba de dejar constancia de la inminente destrucción de un paisaje y también una destrucción emocional", señaló Cánovas. Una visión nostálgica de grúas, los Altos Hornos, industrias contaminantes y aguas quietas de la ría. En este conjunto, con cielos duros, sin nubes, el fotógrafo incluyó algunas tomas crepusculares, metáfora de un mundo que estaba a punto de desaparecer. El crítico Alberto Martín, en el prólogo del catálogo de la exposición, considera que la intensidad de Paisaje sin retorno lo convierte en una de las obras de referencia sobre paisajismo urbano en España.

Otras ciudades que no son su Pamplona aparecen en Paisaje anónimo (1992-2005), "una serie más poética" de la que Cánovas subrayó su cocción a fuego lento, una forma de trabajar errante que le llevó a hacer un inciso en la presentación: "Uno de los males de la fotografía actual es la velocidad". En este proyecto dominan las fotos de recodos del camino, curvas y esquinas que invitan a pensar qué habrá más allá, como en ese muro a través de cuya brecha se ven las casas agolpadas de Bilbao al fondo.

Cánovas, que ha logrado numerosos premios en su carrera, ejerce también como docente y posee una obra que se ha mostrado en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), el Reina Sofía, de Madrid; el Museo Universidad de Navarra o el Museum of Contemporary Photography de Chicago. Es autor también de numerosos estudios sobre fotografía.

'Valencia' (1997), de la serie 'Paisaje anónimo'.
'Valencia' (1997), de la serie 'Paisaje anónimo'.CARLOS CÁNOVAS / VEGAP

La exposición, comisariada por Juana Arlegui, se enmarca en el programa del festival PHotoEspaña y está producida en colaboración con el Museo Universidad de Navarra, donde se expuso con anterioridad. En el tiempo se cierra con el salto de Cánovas al digital y en color. Séptimo cielo (2007-2017) es una vuelta a los lugares más cercanos de su casa, en la localidad de Zizur Mayor, retratados a una menor distancia que en ocasiones anteriores. También supone un punto de partida a la nueva manera de producir de Cánovas, quien, admite, no prevé volver, salvo excepciones, a su cámara de placas, sino que ante los "constantes cambios tecnológicos" de la fotografía, ha decidido adaptarse a los nuevos tiempos. Lo que intenta que siga inalterable es la carga poética de sus imágenes.

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Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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