De Gades a Najarro: cuarenta años del Ballet Nacional de España

“Organizado por la Asociación Valenciana de Amigos de la Opera (AVAO), se ha presentado en nuestro país, por primera vez, el Ballet Nacional Español, que dirige Antonio Gades, creado por el Ministerio de Cultura a través de la Dirección General de Música. Por medio de una convocatoria nacional se logró reunir una plantilla constituida por doce solistas, veinticuatro bailarines de cuerpo de baile, guitarristas, cantaores y un equipo técnico que comenzó a ensayar en octubre del pasado año bajo la dirección de Antonio Gades. Su sede y lugar de ensayos están ubicados en el que fuera antiguo hospital Provincial de Madrid [hoy Museo Reina Sofía]…”.

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Así empezaba la crónica publicada por EL PAÍS el 14 de junio de 1979, firmada por Mercedes Domenech, que daba cuenta de la primera actuación del Ballet Nacional Español, hoy Ballet Nacional de España (BNE), un año después de su fundación en 1978. Aquel primer programa incluía ya los cuatro estilos a los que se iba a consagrar la nueva formación. “Para la composición de los programas se ha procurado crear un equilibrio entre cuatro pilares básicos: el ballet de origen folclórico, el ballet de escuela, el de carácter y el flamenco puro”, continuaba la crónica.

Cuarenta años después, el BNE celebra esta temporada su aniversario reivindicando el mismo principio que llevó a su fundación: promover el avance y la divulgación de esos mismos cuatro estilos genuinos de la danza española, hoy llamados folclore, escuela bolera, clásico español y flamenco. Aunque de forma diferente, claro: “El mundo ha cambiado desde entonces y las artes también. Todo ha evolucionado muchísimo, también en la danza. Por ejemplo, los bailarines tienen una técnica mucho más sofisticada, lo que hace que bailen de forma más limpia que antes, también más rápido a veces, con más precisión. La tecnología escénica, por supuesto, no tiene nada que ver…”, explica Antonio Najarro, actual director artístico de la formación.

“Ahora bien -continúa Najarro-, la esencia no ha cambiado en estos cuarenta años: aunque las formas evolucionan, por supuesto, todo lo que hacemos ahora bebe de las mismas fuentes de las que bebía Gades. Igual que en la danza clásica hay un repertorio de referencia (Cascanueces, El lago de los cisnes, etc…) al que se vuelve una y otra vez, la danza española también lo tiene y, de hecho, el BNE lo repone de manera periódica: piezas de Antonio Ruiz Soler, Mariemma, José Granero, Alberto Lorca quedarán siempre como referencias para los nuevos creadores”.

Sobre esa esencia se construyen las creaciones de vanguardia. "Aunque en realidad son los artistas los que, aplicando su sello personal sobre esa tradición, hacen evolucionar esta danza", opina Najarro. "Creadores como Rocío Molina, Israel Galván, Manuel Liñán, Daniel Doña... ellos son los que abren nuevos caminos con su fuerte personalidad", continúa.

En este año de aniversario el BNE, además de bailar, está apostando fuerte por la creación de nuevos públicos para la danza española. "Por ejemplo, tenemos un programa pedagógico, con visitas de colegios, que está dando grandísimos resultados. Es increíble ver las caras de los chavales cuando ven un ensayo en directo", afirma satisfecho Najarro. Además, se está preparando un videojuego para niños, un libro conmemorativo y un espectáculo especial, con destacadas piezas de repertorio, que se estrenará en otoño en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.