_
_
_
_
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Codas

Daniele Gatti desató y forzó el aplauso al frente de la Mahler Chamber Orchestra, ayer en Zaragoza

Daniele Gatti dirige la 'Primera sinfonía’, de Schumann, a la Mahler Chamber Orchestra, ayer en Zaragoza
Daniele Gatti dirige la 'Primera sinfonía’, de Schumann, a la Mahler Chamber Orchestra, ayer en Zaragoza Auditorio de Zaragoza

Las codas pueden convertirse en sucesos relevantes durante un concierto de música clásica. Hablamos de esas adiciones al final de un movimiento o una composición. En ellas, unas veces se desata y otras se fuerza el aplauso del público. Se confirma el éxito o se empaña el camino. Beethoven les otorgó un valor esencial. Llegó a la excentricidad de componer una coda que ocupa casi la mitad de todo el movimiento final de su Octava sinfonía. Schumann, por el contrario, prefirió dotarles de un cariz más poético y coyuntural. Vio la coda como un oasis de belleza que permite conectar movimientos. Su Primera sinfonía, “Primavera”, es un ejemplo. Y la interpretación que dirigió ayer Daniele Gatti al frente de la Mahler Chamber Orchestra (MCO), en el Auditorio de Zaragoza, fue un modelo.

Más información
El director más completo

Gatti (Milán, 1961), que ostenta desde 2016 la codiciada titularidad del Royal Concertgebouw de Ámsterdam, es también asesor artístico de la MCO. Con esta orquesta de cámara, que fundó Claudio Abbado en 1997, ha desarrollado ya un proyecto centrado en la integral de las sinfonías de Beethoven. Ahora lo combina con Schumann, de quien ya dirigió en enero la Sinfonía Renana junto a la Cuarta de Beethoven de gira por Suiza. La presente tournée primaveral por Italia, España y Alemania incluye la referida sinfonía estacional de Schumann junto a la Séptima, de Beethoven, que sonaron en Bilbao (anteayer) y Zaragoza (ayer), pero también la Novena sinfonía beethoveniana que Gatti dirigirá el próximo jueves, 26 de abril, a la MCO junto al Orfeó Català.

El director italiano abrió la Primera, de Schumann, con altura de miras. Con ese metal que recita un verso de Böttger: Im Tale blüht der Frühling auf! (“En el valle florece la primavera”). Pero también con el verdor necesario para alcanzar el allegro molto vivace tras la introducción. Gatti dirigió la obra con autoridad, pero dejando aire y espacio a esta magnífica orquesta. Contó con una cuerda estupenda, aunque es en los vientos donde alcanza la excelencia. Y además con numerosos integrantes españoles: la flautista Julia Gállego, el clarinetista Vicente Alberola , el fagotista Higinio Arrué, el trompista José Vicente Castelló y el trompetista Luis González, entre otros.

MAHLER CHAMBER ORCHESTRA. Daniele Gatti, dirección. Obras de Schumann y Beethoven. XXIV Temporada de Grandes Conciertos de Primavera. Auditorio de Zaragoza, 24 de abril.

Cuando el crescendo parecía anunciar el final del primer movimiento, Schumann nos sorprende con una segunda coda que Gatti y la MCO convirtieron en un himno. Se trataba de un avance del encantador tema del larghetto. Y, de nuevo, al final de ese movimiento escuchamos otro anuncio del tema del scherzo subsiguiente con los tres trombones. El italiano lo subrayó y enlazó sin pausa. Reinaba la fluidez. De repente, la interpretación perdió algo de interés en el tercer movimiento durante el segundo trío, que sonó pesante. Pero, a continuación, en el allegro animato e grazioso final llegó lo mejor de la velada. Primero en la transición a la recapitulación, donde Gatti paró las máquinas y dejó que llegara la noche con esas dos gloriosas trompas y el vuelo estratosférico de la flauta de Chiara Tonelli. Y después en la coda final, donde rellenó el poco a poco accelerando de tensión e intensidad, lo que desató el delirio final.

Por desgracia, la Séptima sinfonía, de Beethoven, fue otra cosa en la segunda parte. Comenzamos con leves desajustes entre cuerda y madera ya en el inicio. El camino hacia el Vivace parecía algo encapotado. Tonelli lo despejó con su luminoso solo de flauta, pero Gatti se entregó a una ferocidad rítmica sin hálito ni tensión. Quedó claro en la elaborada coda de ese movimiento donde el clímax no llevó a ninguna parte. El popular allegretto fue un mero intermedio. Y en el presto volvieron los barullos; ahora con unos amanerados reguladores dinámicos en el trío. Para terminar, el allegro con brio final se resume en su coda final. Aquí Beethoven utiliza, por vez primera en una sinfonía, la indicación fortississimo (fff). Y Gatti la tradujo en un salvaje accelerando que forzó un exagerado aplauso final. Humo sin fuego.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_