Los artesanos de lo robótico y lo humano
La banda Iseo & Dodosound devuelve al reggae su lugar de referencia en España
Alberto García (Navarra, 1988) se quedó tan prendado al escuchar cantar a Leire Villanueva (Navarra, 1991) por la radio que sintió unas ganas irrefrenables de buscarla. Más todavía cuando se enteró que era de su mismo pueblo. Lo que él no sabía es que ella ya le tenía también en el mapa porque le había visto tocar en las discotecas de su localidad de pequeña. Cuando ambos se conocieron en 2014, la chispa entre ellos fue tanta que crearon Iseo & Dodosound, el grupo que todavía mantienen con la voz privilegiada de ella y la destreza de él ante la mesa de mezclas.
Se pusieron a hacer música juntos en seguida sin saber qué estilo estaban tocando y acabaron por convertirse en uno de los nuevos referentes del reggae y del dub en España. Ahora, tras el lanzamiento de su segundo disco, Roots in the Air, estrenan nuevo videoclip con la canción Lost City en la que hablan de los refugiados sirios y lo extrapolan a todos los momentos de la historia en los que se ha repetido. “Creemos que es algo muy atemporal y hay que recordar que la historia es cíclica. Nos ha pasado a todos”, sostiene Villanueva.
Llevan desde hace cuatro años de gira constante, aunque admiten que “todo ha pasado tan rápido, que nos les ha dado tiempo” a darse cuenta de lo que está ocurriendo. Villanueva comenzó en la música desde pequeña, tocando el piano y la guitarra y rodeada de discos de todo tipo, desde Aqua, Estopa, La Oreja de Van Gogh, hasta Scorpions, Elton John, los Beatles. La música era algo fundamental en su casa y cuando a los 19 comenzó a componer, buscaba referentes femeninos en cualquier tipo de estilo musical, aunque admite, que no descubrió el reggae hasta que conoció a García.
La trayectoria de Dodosound, nombre que le viene por el pájaro dodo, es algo diferente ya que a los 14 años se compró su primera mesa de mezclas y un año después se unió al grupo Raperos de Emaús, con el que recorrió todo el norte de España. “Mientras otros iban al fútbol, yo tenía los platos en el cuarto y hacía ruido. Mis padres me decían que me pusiera los auriculares y nunca entendieron lo que hacía”. Hasta el diciembre pasado, que por primera vez vieron a su hijo en directo. “Están muy orgullosos del proyecto que he creado junto a Leire. Han visto que no solo es ruido”.
Aunque ella tenía ya un EP en solitario, respondió a la llamada de García y con un pequeño teclado y un ordenador comenzaron a crear letras y acordes sin saber adónde les estaban llevando. “No teníamos una banda, no teníamos dinero, solo un ordenador y lo que podíamos hacer en ese momento era música electrónica. Creía mucho en la voz de Leire y sabía que iba a quedar bien en cualquier estilo. Ella es capaz de llevarse todo a su terreno”, apunta. Para ella, el proceso de creación fue algo nuevo y desconocido. “Al programa en el que estábamos creando las bases le llamaba ‘matar marcianitos’ porque no tenía ni idea de qué era. Cambiaron las normas del juego, era mi primera vez componiendo con alguien, pero los dos teníamos claro que queríamos mantener la pureza de cada uno”, explica Iseo, que se apropió de la leyenda de Tristán e Isolda para crear su nombre. Y así fue. La esencia de ambos se mantiene y han conseguido crear un híbrido entre los dos, entre “lo humano y lo robótico”, como a ellos les gusta decir.
Con un ascenso imparable desde su primer trabajo, Cat Platoon, se han convertido en unos artistas de obligada invitación en muchos festivales internacionales, como en el Isolent en Francia, el Bababoom en Italia o el Outlook en Croacia. Tampoco faltarán, entre otros, a la próxima edición del BBK Live o del Viña Rock.
Es sorprendente que aún así estos chicos se empeñen en restarle importancia a su éxito. “No hemos nacido para aportar nada diferente al panorama al reggae. Aquí la gente no se sube al barco para ser el capitán, se suben para remar en un mismo sentido. Si no, sería injusto para la gente que lleva haciendo esto tantísimos años”, afirma Dodosound. Además, confían en la autogestión para mantenerse libres en lo que hacen porque "este estilo de música no interesa a las grandes discográficas": “Las letras hablan de temas comprometidos, muestran preocupaciones del tipo social, político, se habla de respeto hacia las mujeres… no es algo que les sirva a las grandes productoras para hacerlo muy popular", apunta García e Iseo completa: "Quieren algo sencillo, más domado, que no despierte muchas conciencias”.
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