El disco síndrome de Jack White
El nuevo disco del músico recibe una calificación de 7'5 sobre 10
"Qué he hecho, he alejado a todos de mí", se lamenta Jack White en Connected by Love, la canción que sin duda hace de single en su último trabajo, Boarding House Reach. Si tenemos en cuenta todo el álbum, más que una queja, la frase parece actuar como una aspiración. Y es que White se empeña durante todo el disco en hacer precisamente eso: empujar a los fans de su música lejos de su lado. Otra cosa es que lo logre.
Todo artista de larga trayectoria tiene su disco síndrome. Es aquella obra que tendrá que explicar durante años porque resulta algo oscura e impenetrable, difícil de leer y disfrutar. Las lecturas del disco síndrome a la larga son solamente dos: cae en el olvido como algo prescindible o es recordado como precursor y vanguardista años después.
Jack White
Boarding House Reach
Sello: XL Recordings / Popstock!.
Calificación: 7,5 sobre 10.
Claramente, White aspira a esto último: por eso, nos encontramos con piezas desconcertantes y que quieren funcionar como “inclasificables”, nótese: Abulia and Akrasia, que en el fondo es solamente un interludio cabaretero de piano moderno que podría haber firmado Tom Waits si quisiera o Ice station zebra, que oscila entre la psicodelia rockera y los sintetizadores futuristas venidos a más.
Pero Jack White, le guste o no, es un músico popular. Desde su arrasador éxito con White Stripes, a su carrera en Dead Weather, y también en solitario, sabe lo que es hacer rock garagero para masas y conoce al dedillo la tradición del funk y el soul estadounidense. De ahí que destellen temas como Connected by Love, Corporation o Why Walk a Dog, que lo mismo apelan al gospel que, pura y llanamente, al funk psicodélico de los setenta. Estas son canciones contundentes y bailables, que funcionan por sí solas y no necesitan de más.
Por contrario, en su voluntad de enrarecer y generar un álbum de artista extraño y experimental, Hypermisophoniac o Get in the Mind Shaft, como otras, se llenan de cacofonías para oscurecer lo que simplemente podrían ser buenos temas de rock, sin necesidad de más. Mucho se ha hablado de la producción del disco: White usó para Boarding house reach la tecnología musical de la década de los sesenta, buscando un sonido ya perdido. La pregunta que debemos hacernos, es ¿para qué, entonces, ofuscarlo sin cesar?
En definitiva, Jack White ha apostado por lo que él considera un álbum inclasificable y no deja de ser un disco síndrome. Él quiere ser especial, y lo sería mucho más si no se esforzara tanto en alejarnos a todos.
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