Una conspiración mexicana como germen de la posverdad
Jorge Volpi desentraña ‘Una novela criminal’, la obra con la que ganó el Alfaguara, en una conversación con el director de EL PAÍS
En 2005, el mexicano Israel Vallarta y la francesa Florence Cassez fueron detenidos en Ciudad de México acusados de múltiples secuestros. La operación, retransmitida en directo por televisión, es el motor de arranque de Una novela criminal, el libro con la que Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968) ha ganado el premio Alfaguara. El problema es que era una mentira convertida por la policía en espectáculo televisado y en una pesadilla vital para los implicados y sus familias. “Si ahora nos preocupan tanto las noticias falsas, ahí estaba el germen, la primera fake news. Durante dos horas, los mexicanos vieron un montaje contra los presuntos secuestradores y contra las víctimas. El policía que llevó la investigación fue ascendido y solo un periodista fue despedido. Es inaudito”, recalcó este miércoles el escritor en el Círculo de Bellas Artes de Madrid durante la conversación que mantuvo con el director de EL PAÍS, Antonio Caño, en la que desgranó las claves de sus obra.
Una novela criminal es un libro sin ficción, un artefacto narrativo que sigue la estela del mejor Emmanuel Carrère o del Norman Mailer de La canción del verdugo para mostrar al lector un universo de corrupción política y policial, un laberinto de fabricaciones y montajes periodísticos y judiciales contra dos supuestos secuestradores en el que nadie sale indemne. Un caso que, de no ser cierto, no se podría creer y que gracias a la investigación y al rigor periodístico de Volpi deja tantas preguntas legítimas como hechos probados y falsedades desmontadas.
“Este asunto tiene todos los elementos de un gran relato: parte policíaca, historia de amor y una conspiración. Esta investigación primero y el libro después se convirtieron en una metáfora de mi país y de los vicios que tiene un sistema judicial diseñado para proteger a los poderosos y con la corrupción presente en todos sus niveles”, comentó el autor de Memorial del engaño.
“Todo lo que se describe en el libro es desafortunadamente una historia cotidiana para muchos mexicanos: corrupción, injusticia y una trama oscura que trata de privar de la verdad a los ciudadanos. Volpi ha hecho una investigación que ojalá la hubiera hecho el sistema judicial”, aseguró Caño, antes de preguntar al colaborador de este diario por la presencia de su voz en esta novela. “Ningún texto es inocente”, respondió Volpi citando a Roland Barthes. “Está escrito en primera persona, pero de lo más discreta; solo en algunos momentos intenta mostrar aspectos que me parecían delicados. La forma es lo que le confiere presencia literaria. Cuando los hechos eran contradictorios, elegí los que me parecieron más verosímiles y ahí está la mano del narrador. Es un caso complejo lleno de lagunas, y en algunas situaciones me he permitido llenarlas con imaginación, pero siempre avisando al lector”, añadió.
Esta investigación primero y el libro después se convirtieron en una metáfora de mi país y de los vicios que tiene un sistema judicial diseñado para proteger a los poderosos Jorge Volpi
El trabajo tiene una sólida intención política, una preocupación por la situación de México, como subrayó Caño recordando los inicios literarios del escritor. “Muchos de mi generación crecimos leyendo y viendo a Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa y por eso supongo que desde el principio me interesé por los temas políticos y sociales y por eso supongo que este libro retrata México”, resaltó Volpi.
Cassez fue liberada en 2013 tras una guerra diplomática entre Francia y México, pero Vallarta lleva 13 años en una prisión de máxima seguridad sin una sentencia en firme en contra. En todo ello subyace algo del surrealismo que comentó Caño como elemento esencial de la política mexicana, pero hay más. Volpi trata de explicar las aristas del caso, tan presentes en el sentido último del libro: “Uno de los problemas es la sobresimplificación de todo en los medios. Lo que sucede en México es complejo. Hay unos niveles de violencia exacerbados por la guerra contra el narco desde finales de 2006. Este caso, en cierta manera, es el preludio de lo que vendría después. Desde entonces, México se ha convertido en un cementerio con 150.000 muertos y una cantidad incontable de desaparecidos”.
Choque nacionalista con Francia
"En un primer momento hay una colusión de los medios y la policía para mostrar este montaje y después una serie de mentiras que se van enlazando. Luego hay una segunda parte política cuando Nicolas Sarkozy interviene para intentar liberar a Florence Cassez", explica Volpi sobre la crisis desatada a raíz del caso. "Los dos presidentes eran muy similares, y no solo porque los dos eran bajitos, pero este caso les enfrenta. Calderón decide que Florence no debe ser entregada a los franceses y Sarkozy decide que con independencia de si era o no inocente tenía que ser liberada. Fue un choque nacionalista"
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