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¿Se puede redimir el músico Bertrand Cantat tras asesinar a su novia?

La cancelación de dos conciertos por presión popular dificulta la gira con la que el exlíder de Noir Désir, que en 2003 mató a la actriz Marie Trintignant, busca recuperar al público

Bertrand Cantat durante un concierto en La Rochelle (Francia), el pasado 1 de marzo.
Bertrand Cantat durante un concierto en La Rochelle (Francia), el pasado 1 de marzo. XAVIER LEOTY (AFP)
Silvia Ayuso

El camino de la redención está siendo más complicado de lo que Bertrand Cantat esperaba. Han pasado 15 años desde que el líder de Noir Désir matara a puñetazos a su novia, la actriz Marie Trintignant, en Vilna y destruyera por el camino una de las bandas de rock más icónicas de Francia. Cantat ya cumplió su sentencia, ocho años de prisión de los que solo pasó tres y medio en una cárcel francesa, antes de salir, en octubre de 2007, por buena conducta. Desde entonces ha participado en diversos proyectos, pero su gran paso para reconquistar al público francés iba a ser la gira de su primer disco en solitario, Amor fati, que acaba de comenzar. Pero las cosas no dejan de torcerse.

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Primero, su malhadada portada en Les Inrockuptibles en octubre, que provocó tantas críticas que la revista musical francesa tuvo que disculparse. Ahora, la polémica revive con la decisión de dos festivales de cancelar el concierto de Cantat que tenían agendado, ante intensas presiones públicas. Y nadie cree que se acabe aquí. Tras Les Escales de Saint-Nazaire, en el oeste del país, ha sido el normando Les papillons de nuit. La decisión fue tomada después de que más de 70.000 personas —el mismo número de su aforo previsto— firmaran una petición afirmando que la invitación de Cantat “banaliza y avala la violencia contra las mujeres”.

Puede que sea porque Francia no es Estados Unidos, que gusta de perdonar a sus héroes caídos. Puede también que sea el momento, en pleno auge del movimiento feminista #MeToo que en Francia ha tenido un especial eco. O que, sencillamente, su crimen sea demasiado terrible como para borrarlo, apunta la periodista de Le Point Anne-Sophie Jahn, autora del libro Los siete pecados capitales del Rock, sobre los excesos de las estrellas de la música, donde Cantat tiene un capítulo propio.

“En el rock anglosajón tenemos a Phil Spector (que cumple 19 años de cárcel por matar a una actriz de un disparo en 2003) o Sid Vicious, que apuñaló a su novia en el Chelsea Hotel. Pero en Francia es la primera vez que vemos un caso como este”, explica.

Lo que cuenta la periodista en el libro es grosso modo conocido: la muerte de Trintignant en 2003 y, en 2010, el suicido de la esposa de Cantat, Kristina Rady, a menudo la gran olvidada de esta historia. Al centrarse en Rady —se ahorcó en la casa donde dormía Cantat—, el libro transmite una inquietante imagen del artista. El asesinato de Trintignant deja de parecer, como hicieron creer Cantat y su entorno en el juicio, una trágica anormalidad. Los testimonios en el libro indican que es un hombre con un largo historial de maltratos. Una versión que apuntalan nuevos testigos que presenta la periodista, incluido el amante de Rady hasta poco antes de su muerte, unos vecinos e incluso un miembro de Noir Désir que, bajo anonimato, asegura que hubo una auténtica omertà —instigada por Rady— durante el juicio para rebajar los 15 años de cárcel que reclamaba la fiscalía. “Yo sabía que él había pegado a la mujer con la que estuvo antes de Kristina. Sabía que había intentado estrangular a su novia, en 1989. Sabía que había golpeado a Kristina. Pero ese día, todos decidimos mentir”, cita Jahn al músico.

Impunidad

Pese a las revelaciones, Cantat sigue contando con un público fiel. “Es la estrella típica que vive por encima de las reglas y fascina, porque forma parte del mito del rock”, dice Jahn. Pero la presión se mantiene. Aunque la ministra de Cultura, Françoise Nyssen, dijo que “la justicia se ha pronunciado” y Cantat “tiene derecho a seguir viviendo”, su colega de Igualdad, Marlène Schiappa, puntualizó: “Como todo el que sale de prisión, tiene derecho a trabajar. Lo problemático es si se hace de él un héroe. Ante todo, hay que acordarse de Trintignant”.

Es lo que creen los grupos feministas que esta semana se plantaron ante su concierto en Estrasburgo. “Cantat es una prueba de la impunidad de la que gozan los agresores, de la tolerancia social ante la violencia sexual y sexista”, denunció Raphaëlle Rémy-Leleu, portavoz del grupo Osez les femmes, que llenó de carteles contra el “feminicida” Cantat la entrada de su concierto. Jahn recuerda que el cantante jamás ha pedido disculpas sinceras por su crimen. Y lanza una duda inquietante: si Cantat no hubiera sido una estrella del excesivo mundo del rock, ¿se le habría perdonado tanto?

Fiasco en la portada

La relación entre Les Inrockuptibles y Cantat es larga y ha sido muy fructífera para la revista, que ha seguido paso a paso al líder de Noir Désir durante años. Pero su decisión de dedicarle al asesino de Marie Trintignant su portada en octubre, a solo unas semanas del Día Internacional contra la Violencia de Género, fue un fiasco. La lluvia de críticas fue copiosa. "¿En nombre de quién debemos apoyar la promoción de la persona que asesinó a Marie Trintignant a puñetazos?", preguntó la secretaria de Estado para la Igualdad, Marlène Schiappa.

La revista Elle respondió con un editorial "en nombre de Marie, a todas las mujeres víctimas de la violencia de los hombres" publicado sobre una foto a toda página de la actriz. Les Inrocks tuvo que echar marcha atrás y reconoció que su decisión fue "discutible". Pero ni retiró el número ni pidió disculpas abiertamente.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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