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¿Salvar a Coderch?

La amenaza de derribo de la única casa unifamiliar que diseñó José Antonio Coderch en Madrid reabre el debate sobre la protección arquitectónica

Andrea Aguilar
Casa Vallet de Goytisolo diseñada por José Antonio Coderch en Madrid.
Casa Vallet de Goytisolo diseñada por José Antonio Coderch en Madrid. Archivo Familia Coderch

Figura indispensable de la arquitectura moderna en España, José Antonio Coderch (1913-1984) era alguien "lógicamente inexplicable e incómodo para la inteligentzia progresista", como escribió Óscar Tusquets en un texto en el que calificaba al viejo arquitecto de "individualista acérrimo". Su brillante trabajo hace tiempo que eclipsó las suspicacias que pudo suscitar, pero el arquitecto —a quien Frank Lloyd Wright mencionaba como uno de los más interesantes en unas recomendaciones para un amigo que viajaba por Europa, y que trabó amistad con Duchamp en Cadaqués— protagoniza ahora una nueva controversia.

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Poco más de un año después del derribo de la Casa Guzmán de Alejandro de la Sota en Madrid, ha saltado la noticia de que la única casa unifamiliar diseñada por Coderch en esta misma ciudad también podría acabar reducida a escombros. La Casa Vallet de Goytisolo, construida en 1958, carece de protección y sus propietarios quieren levantar un bloque de apartamentos en el solar que ocupa. Ni el Ayuntamiento ni la Comunidad han atendido por el momento las peticiones de catalogar este edificio con el máximo grado de protección arquitectónica o declararlo Bien de Interés Patrimonial (BIP). Las modificaciones y reformas que sufrió el proyecto original y el deterioro del edificio son esgrimidos por los propietarios como razón suficiente para acometer su derribo, mientras que quienes promueven su conservación señalan que podría ser no solo protegido sino restaurado. La autoría del proyecto está clara, señala por correo electrónico la hija del arquitecto, Ana Coderch, "aunque sabemos que no dirigió la obra y que se realizaron reformas con las que él no estaba conforme". La licencia para su derribo por el momento no ha sido concedida, ni denegada.

"El tema del mecenazgo para este tipo de cosas es complicado, aquí falta cultura", explica Pati Núñez, autora de Recordando a Coderch. Como destaca Rafael Moneo en ese libro que recoge una docena de entrevistas, "es en la vivienda donde efectivamente su sabiduría [de Coderch] fue enorme y fue capaz de evolucionar". Pero lo cierto es que resulta complicado conservar casas unifamiliares, de Coderch o de cualquiera, en ciudades en las que el precio del suelo va en ascenso.

La arquitectura de mediados del siglo XX resulta especialmente vulnerable, y en Madrid el catálogo de edificios protegidos no ha sido actualizado desde 2001. Como ocurre con la Casa Vallet, las modificaciones y obras que sufren los proyectos originales complican la tarea. Y de esto se salvan pocas viviendas, como apunta el catedrático Carlos Sambricio, autor de Madrid vivienda y urbanismo 1900-1960: "Brillantes arquitectos jóvenes como Oiza empezaron a trabajar en el Madrid de los cincuenta dando respuesta a la falta de viviendas para la emigración y esto supone el punto de partida de la modernidad española. Aquellas casas han sido estudiadas y son referencia, pero muchas hoy son irreconocibles". Es la lucha de la arquitectura contra el tiempo y sus habitantes, un largo y cambiante debate. ¿Conservar cuándo y el qué? Quizá haya que plantar algún pilar firme en este farragoso terreno. Preservar y cuidar la obra de Coderch en Madrid no sería un mal principio.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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