Planeta Cercas
Reediciones críticas de sus novelas, el éxito de la película ‘El autor’, basada en una de sus historias, y un libro de artículos reivindican la obra del escritor de 'Soldados de Salamina'
La mala o la buena fortuna de las obras literarias es impredecible como saben los industriosos fabricantes de best sellers que se quedan sin vender. Sin embargo, a veces las circunstancias concurren de forma insólita para encarnar en unos pocos autores y obras algo más que un buen escritor y algo más que una obra estimable: una suerte de autor o libro-época, símbolo o cifra enigmática de los sentires colectivos. Eso es lo que sucedió con Soldados de Salamina (2001), y eso explica adicionalmente la atención que despierta Javier Cercas y su disposición a examinar sin miedo lo que nos da miedo a los demás: los prejuicios arraigados, las verdades podridas, las malas conciencias, los relatos sumisos.
Por eso no ha renunciado Domingo Ródenas, en su ejemplar edición de la novela para la colección de clásicos de Cátedra, a enmarcar esa novela más allá de sí misma, como una suerte de laboratorio donde es a menudo el lector quien se retrata y delata en su lectura. La novela creció más allá de sí misma casi desde el primer momento, como si llevase un extraño mecanismo de redención de los lectores con respecto a su ignorancia culpable del pasado de guerra, posguerra e ingratitud democrática con los derrotados y exiliados. Por eso Ródenas examina el sutil mecanismo de un artefacto de estirpe borgiana, pero no rehúye la discusión abierta con las lecturas retorcidas de ese alegato en favor de la memoria republicana y derrotada, su exaltada expresión de resarcimiento cuando apenas germinaba la movilización por la memoria histórica.
Lo asombroso es que mucho de ese Cercas de madurez aflore en una película que adapta una novela casi juvenil, cuando Cercas tenía 24 años y no podía ni soñar que escribiría algún día un clásico contemporáneo. La magia de una buena adaptación cinematográfica suele estar en la subversión a la que somete el director las leyes de la novela que le inspira: su libertad suele ser garantía de calidad. Martín Cuenca se ha propuesto casi exactamente lo contrario en su película basada en El móvil (premio de los críticos en Toronto) con un resultado espléndido: es como si hubiese adaptado una novela que cumple ahora 30 años metiendo en sus encuadres, en la imperturbabilidad turbadora de Javier Gutiérrez, en su neurótica morosidad, en las gamberradas visuales con Adelfa Calvo, en su invisible ironía, la madurez del escritor que estaba por venir y que en forma muy germinal latía en esa novela breve de 1987.
Ha adivinado en El móvil los nervios íntimos de un escritor al que ha leído ya en la plenitud de su madurez y que de forma sutil e indirecta está retratado en la obsesiva subordinación que para algunos tiene la vida con respecto a la literatura: ese era el protagonista de la novela de Cercas hace 30 años. En la reedición de ahora mismo, Francisco Rico apostilla su propio epílogo de 2003 con una observación atinada porque sabe él y sabemos nosotros que nadie va a leer hoy el mismo libro que leímos cuando apareció en 1987. La causa no deriva de que haya enmendado Cercas aquí y allí el texto, sino de que cada lector es otro lector ya, con su experiencia de lectura de Cercas muy interiorizada. Confieso que hago mía la perspicacia de Roberto Bolaño cuando hace muchos años, sin existir todavía Soldados de Salamina, escribió en un periódico que Cercas regresaba a Girona a finales de los años noventa para sacar de sí mismo al gran escritor que había. Yo creo que sus amigos de entonces lo sabían (lo sabíamos), como lo sabía Bolaño, aunque suene supersticioso o esotérico.
Quizá también por eso ha sido Leila Guerriero quien ha decidido recoger en una gozosa antología de los artículos de Cercas, Formas de ocultarse, esa desnuda confidencia de admiración e intimidad con Bolaño. El libro ofrece una libérrima e inteligente biografía de Cercas a través de sus propios textos y armada por el buen juicio de una escritora que admira a otro escritor. No es rara especie, pero es especie que hay que proteger cuando el resultado es tan excelente como en este caso.
El autor (2017). Dirigida por Manuel Martín Cuenca. Interpretada por Javier Gutiérrez, María León, Antonio de la Torre, Adelfa Calvo.
Soldados de Salamina. Javier Cercas. Cátedra, 2017. Edición de Domingo Ródenas de Moya.448 páginas. 13,70 euros.
El móvil. Javier Cercas. Epílogo de Francisco Rico. Literatura Random House, 2017. 112 páginas. 12,90 euros.
Formas de ocultarse. Javier Cercas. Universidad Diego Portales, 2017. Edición de Leila Guerriero. 420 páginas. 33 euros.
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