Más allá de un Romeo y Julieta en la Rusia meridional
A sus 26 años, el debutante Kantemir Balagov dirige la premiada ‘Demasiado cerca (Tesnota)’
Con solo 26 años, procedente de Nálchik, la capital de la remota y casi desconocida república rusa de Kabardia-Balkaria, y sin embargo autor de uno de los grandes debuts de 2017. A Kantemir Balagov Hollywood ya le ha echado el ojo. A él y a la actriz protagonista de su Demasiado cerca (Tesnota), Darya Zhovner, de tan poderosa interpretación e hipnótico rostro que a poco que aprenda inglés puede hacer carrera internacional. Y todo, gracias a un filme que ahonda en el enfrentamiento entre comunidades —una, judía, otra, la de los kabardianos— en mitad de la guerra de Chechenia.
En el festival de Cannes logró el premio Fipresci de la sección Una cierta mirada, a pesar de los ataques que sufrió por mostrar una auténtica grabación de degollamientos. “No dudé en el guion. Sí justo antes de rodar, porque estaba añadiendo imágenes reales a una historia de ficción, y podía desviar la atención del espectador. Una vez puesto a filmar, volví a aclararme. Era algo que había visto y vivido en mi adolescencia, por tanto, lo creí pertinente”, cuenta Balagov, mientras a su lado calla sonriente Zhovner. “Yo solo buscaba la contundencia de lo narrado. Aprendí mucho con los mediometrajes que dirigí previos, y así no he repetido errores”. Zhovner apostilla: “Me puse en sus manos. Durante el rodaje sentí que encarnaba a alguien real, no ficticio, y que Kantemir me empujaba hacia él”. A pesar de repreguntarle, la actriz no aportará mucho más a la conversación, más allá de que efectivamente ya han empezado para ambos contactos procedentes del cine occidental.
Demasiado cerca (Tesnota) se desarrolla en una época concreta, pero la historia, un Romeo y Julieta con secuestros y asesinatos en el siglo XX, podría situarse en otro sitio y fecha. “Nunca fue mi intención. Esa historia hoy, es cierto, podría repetirse en mi país, aunque por otros motivos. Esa extorsión por dinero realizada por pandilleros en los noventa actualmente sería por ajustes étnicos. Incluso por venganza religiosa. No por lo crematístico. La idea de perpetuar la estirpe se mantiene en mi tierra, los delitos se cometen por otras justificaciones”.
El drama ha sido producido por Alexander Sokurov, maestro del actual cine ruso. “Ha ido más allá de la mera producción, lo considero mi padrino. Me he formado con él, me ha ayudado... Fue un golpe de suerte que él abriera una escuela en mi ciudad, que me aceptaran en ella y que Sokurov se fijara en mí. Él es uno de mis referentes, junto a Robert Bresson, Rosetta, de los hermanos Dardenne... En fin, cualquier filme que bajo un formato aparentemente clásico esconda un motor moderno, innovador”.
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