Los cañones de la FIL más allá de la ciudad invitada
La feria en español más importante reúne a 700 autores de 41 países, con Auster y Carrère como platos fuertes
De niña, Marisol Schulz (Ciudad de México, 1957) se ponía cada día el uniforme escolar con el oso y el madroño bordado en el pecho y acudía al Colegio Madrid, fundado en 1946 por republicanos españoles refugiados en México. Hija de exiliada, para la actual directora de la Feria Internacional de Guadalajara (FIL), el hecho de que la capital española sea este año la invitada de honor del certamen es algo tan natural como que haya una plaza de la Cibeles en pleno cogollo de Ciudad de México o una estatua de Agustín Lara en Lavapiés. “En todo caso”, precisa Schulz, “la propuesta de Madrid alude al romanticismo del pasado, pero no se queda ahí. No tenemos zarzuela ni claveles por la Gran Vía”. En la 31ª edición del evento editorial en español más grande del mundo no todo será nostalgia ni todo será Madrid.
Durante nueve días, 700 autores de 41 países se repartirán en un caserón de 34.000 metros cuadrados que espera a más de 800.000 visitantes. Abrirá el fuego el francés Emmanuel Carrère con el discurso de recepción del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. El último cruzado de la no ficción presentará además Conviene tener un sitio adonde ir, una recopilación de artículos y ensayos, y se someterá a la prueba de los Mil jóvenes con…, uno de los últimos formatos pergeñados por una feria donde el negocio comparte protagonismo con el público. Paul Auster desembarcará con 4 3 2 1, su nueva novela tras siete años de silencio. El rumano Mircea Cartarescu, también con novedad bajo el brazo, Solenoide, abrirá el salón de poesía.
México es la pasarela tradicional para el mercado latinoamericano, y la FIL —la segunda mayor feria detrás de Fráncfort—, el trampolín para zambullirse en el negocio editorial. La venta de libros y de derechos superó el año pasado los 40 millones de dólares. En esta edición se espera la asistencia de más de 20.000 profesionales del libro, más de 2.000 editoriales y 400.000 títulos. Más novedades: Muriel Barbery con La vida de los elfos, Juan Villoro con La utilidad del deseo, Mario Bellatín con Carta sobre los ciegos para uso de los que pueden ver, Claudia Piñeiro con Las maldiciones y el reciente ganador del Premio Cervantes, Sergio Ramírez, con Ya nadie llora por mí.
El argentino Alberto Manguel, ganador del Formentor, se sentará en una mesa con Basilio Baltasar, el director del jurado del veterano premio que creó Carlos Barral en los setenta. El editor madrileño especializado en cuentos Juan Casamayor recibirá el Homenaje al Mérito Editorial. Tanto el periodista y escritor mexicano Sergio González Rodríguez como el español Juan Goytisolo, ambos fallecidos este año, recibirán sendos homenajes.
El pabellón diseñado por Campo Baeza es un gran cilindro por fuera y blanco por dentro con un techo lleno de luz
“La feria es además un espacio público de discusión plural sobre temas de México y del mundo”, añade la directora del evento. A las puertas de un disputado año electoral habrá presencia de aspirantes mexicanos que han publicado libro recientemente. Y con el epígrafe Los acosos a la civilización: de muro a muro se presentan seis mesas protagonizadas por filósofos, economistas y científicos como Jacques Attali, Michael Sandel, Gilles Lipovetsky y Rajendra Kumar Pachauri.
Las áreas dedicadas al público infantil, el libro digital, los booktubers —jóvenes que recomiendan libros en Internet— y la ciencia tendrán mas espacio. “Seguimos creciendo”, apunta Schulz, “pero el límite de la feria es físico, el recinto no puede hacerse más grande. Tenemos que crecer en diversidad y en inclusión”. Como novedad, este año habrá un espacio dedicado en exclusiva al cómic.
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