Alejo Stivel, vuelve el adolescente de Tequila
Una conversación con el músico argentino, que publica su primer disco en solitario, 'Yo era un animal'
A Alejo Stivel cualquiera querría adoptarlo. Es un músico con una energía que le surge de pronto, en cuanto pisa el escenario; mientras esa pulsión no ocurre es un adolescente adormilado que mira alrededor para ver si han llegado sus amigos. En cuanto se cerciora de que esto es así, entra en el mutismo de los monjes, y de vez en cuando tuitea sus sensaciones, muchas de ellas relativas al amor, el odio o la esperanza.
Stivel pasó una larga noche cuando Tequila, su creación musical de finales de los setenta, que compartió con su amigo de la adolescencia Ariel Rot, pasó a mejores vidas. Esa larga noche tiene su autobiografía, que él inicia en este disco, Yo era un animal. Es raro ver en un músico tanta generosidad como la que él ha desplegado desde que dejó Tequila: produjo la obra de otros, estuvo pendiente de los demás como si quisiera arroparlos, no hizo otra cosa que procurar la felicidad ajena, a la que él devolvió la dedicación de la amistad. Cuando en realidad él era ese adolescente solitario al que todos querríamos arropar. Esta es una entrevista rara, porque no está hecha a un músico que presenta un disco, el primero suyo en solitario, sino a una persona que nos cuenta su vida como si fuera a la vez una resurrección y una obra de arte humano.