_
_
_
_

“La canción tiene una capacidad de consuelo única”

Jorge Drexler publica ‘Salvavidas de hielo’, una celebración de los detalles cotidianos

Fernando Navarro
Jorge Drexler, en su estudio de Madrid.
Jorge Drexler, en su estudio de Madrid.Carlos Rosillo (EL PAÍS)

A mitad de la charla, Jorge Drexler (Montevideo, 1964) se da cuenta de que había un título alternativo para su nuevo álbum. “Fíjate, el verbo paladear. Ese podría haber sido un nombre del disco sino fuera tan cursi y poco poético”, reconoce el músico uruguayo, al que se le escapa una sonrisa sentado en el despacho de su local de ensayo en el barrio de Chueca. Magnífico conversador, Drexler asegura que “paladear es muy importante”. “Es detenerse. Estamos acostumbrados a tragar. Tenemos más libros de los que podemos leer, tenemos más series y películas de las que nunca podremos ver y más comida de la que necesitamos”, explica.

Tirando de la palabra, surgida espontáneamente durante una tarde de verano en retirada hacia el otoño, se puede afirmar que su nuevo disco, Salvavidas de hielo, es una obra para ser paladeada. El álbum, que se publica este viernes, es un trabajo minimalista, centrado en la guitarra, incluso cuando se utilizan sutiles toques de electrónica, como ya hizo en su anterior obra, Bailando en la cueva. “El sonido del disco es como madera. De hecho, es el disco más cantautor que he hecho”, sostiene Drexler. Al oyente se le invita a detenerse ya no solo en un sonido de folk fino, con colores de cumbia o tropicalismo, sino también en un modo de ver el mundo. “Intento huir del espíritu de la época del todo ya. La gente quiere todo inmediatamente. La biblioteca universal o el archivo de la humanidad entran en tu bolsillo. Imagínate qué locura”, reflexiona el compositor, quien reconoce que crea los discos “sin pensar mucho”. “Uno lo hace como cuando está concentrado bailando”, dice.

El título oficial del álbum, en el que cantan las mexicanas Julieta Venegas, Natalia Lafourcade y la chilena Mon Laferte, juega con dos imágenes: el salvavidas y el hielo. “Agua flotando sobre agua. Me gusta pensar en una idea poética de algo que te mantiene a flote pero que a su vez trae el carácter de lo efímero”, señala Drexler. “Como la contradicción interna que existe en el libro de La balsa de piedra de José Saramago”, añade. A partir de esta contradicción, como la existencia misma, se despliegan canciones que conforman un manual de celebración de los detalles de la vida. “Intento encontrar un cosmos en lo cotidiano”, apunta su autor, que también cita para explicarse al filósofo español Antonio Escohotado: “La realidad es infinitamente densa y, cuanto más te acercas a ella, más detalles tiene”.

De esta forma, se pone en valor el equipaje sobre las pertenencias en Movimiento, la comunicación entre las personas incluso a través de un simple mensaje en el móvil en Telefonía, la ausencia de ruido mediático y mental en Silencio, el roce físico en Asilo o la belleza en Despedir a los glaciares. Pero todas estas pequeñas conquistas, estos salvavidas, no son permanentes. De ahí la importancia de la música como amortiguador emocional. “La canción tiene una capacidad de consuelo única. No conozco en ningún otro género artístico igual”, afirma.

Basta un vistazo a su estudio de altos techos, presidido por una enorme mesa de madera, para ilustrar al propio Drexler de las canciones. Las fundas de las guitarras descansan en estanterías llenas de libros y vinilos. Biografías de los Beatles conviven con las de João Gilberto como discos de R.E.M. lo hacen con Miles Davis. Y, en una esquina, sin apenas llamar la atención, una vitrina vieja en la que se guardan algunos de los premios más importantes que le han dado sus canciones: un Oscar, un Goya, un par de Grammy y un puñado más de otras academias e instituciones. “La vitrina se puede abrir. A mis hijos les gusta cogerlos”, confiesa con aire despreocupado este padre de tres hijos, el mayor de ellos fruto de su relación con la cantante Ana Laan y los otros dos con su actual pareja, la actriz Leonor Watling.

Jorge Drexler sostiene su guitarra Gibson Chet Atkins en su estudio de Madrid.
Jorge Drexler sostiene su guitarra Gibson Chet Atkins en su estudio de Madrid.CARLOS ROSILLO

Conviene recordar que este artesano de la canción, que aprovecha para mostrar su guitarra Gibson Chet Atkins de color rojo que compró en Nueva York, tomó el camino contrario al que la industria esperaba de él tras ganar un Oscar. Le pedían ir a Los Ángeles y hace el crossover latino con grandes productores y buscando un público masivo, al estilo de las superestrellas, pero publicó 12 segundos de oscuridad, tal vez el más sombrío de su carrera. “Me divorcié y quería hacer eso y además con dos productores uruguayos desconocidos”, recuerda, y cita a Italo Calvino: “La fama es como la Gorgona: el que la mira de frente se transforma en piedra”.

Superados los 50 años, Drexler saca este disco en un momento en el que ya dejó atrás el éxito cegador, al que nunca intentó atender, y busca, como apela en su nuevo disco, simplemente a paladear más el día a día. “He ido con mucha prisa, gula y voracidad. He estado cruzando más de 20 veces al año el Atlántico. Me agotó físicamente y mentalmente. Ahora quiero disfrutar de las opciones que me da la vida: me gusta Chueca, Madrid, estar con mis hijos. Quiero aprender a estar sin hacer nada, tocar con calma la guitarra…”.

Martínez en verdad se apellida Sabina

"Lo de las canciones es como aquello que se decía del bikini: es importante por lo que deja a la vista, pero mucho más por lo que oculta". Drexler se refiere al pudor que siempre le ha dado hablar en primera persona en sus composiciones, pero también a citar a seres queridos. En el nuevo disco, se recoge Pongamos que hablo de Martínez, en la que habla de un gran amigo. Confiesa quién es: "Es Joaquín Sabina. La escribí al escuchar la primera canción de su nuevo disco en la radio. Me encantó la letra y la producción. Recordé cuando le conocí hace 20 años en Montevideo. Como decía Leonard Cohen, los homenajes o las menciones en la música se deben hacer dentro de las herramientas de la elegancia y la belleza".

COMPRA ONLINE 'SALVAVIDAS DE HIELO'

Artista: Jorge Drexler. 


Sello: DRO (2017).


Formato: CD.


Desde 14,99 en Amazon

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_