Barcelona espera el concierto secreto de Foo Fighters

Foo Fighters ha conseguido lo que tal vez parecía imposible: por un día en Barcelona parece que hay otra cosa más importante que el debate sobre la independencia de Cataluña. O al menos eso transmiten muchos aficionados a la música, curiosos, varios medios de comunicación y páginas web que andan preguntándose dónde será el concierto secreto que la banda estadounidense ha prometido que dará hoy en la ciudad condal.

Barcelona ha sido elegida por el grupo para presentar mundialmente su nuevo álbum, Concrete and gold. Se trata de un show especial al que solo se podrá entrar por invitación y del que todavía no ha trascendido públicamente en qué parte de la ciudad será ni a qué hora, aunque previsiblemente sucederá por la noche y en un lugar perfectamente acondicionado para las descargas guitarreras del grupo. Las más de 1.000 entradas han sido repartidas entre invitaciones y sorteos por la compañía discográfica, Sony, los dos medios oficiales del evento, EL PAÍS y M80, y otros canales, como destacados puntos de venta que ayer dieron invitaciones a los primeros en adquirir el nuevo disco. Todos los afortunados recibirán hoy un correo electrónico con información precisa de dónde y cuándo será el concierto.

Concrete and gold fue publicado ayer y recibió una gran acogida comercial. Es el disco más psicodélico de la banda y en el que, según adelantó su líder Dave Grohl, se ha buscado desarrollar todas las ideas que no se pueden recoger en un directo. Es una obra más compleja en arreglos, que ha contado por primera vez con la aportación de Greg Kurstin, el exitoso productor de Hello de Adele y que en su nómina tiene producciones para estrellas mundiales como Katty Perry, Red Hot Chili Peppers, Lily Allen y, más recientemente, lo último de Liam Gallagher y Beck. Aun con una visión sonora más expandida, el disco conserva la fiereza característica de Foo Fighters.

Concrete and gold era uno de los lanzamientos musicales más esperados del año. En esta ocasión, viene acompañado de un concierto sorpresa cuando el álbum tan solo lleva 24 horas en la calle, algo nada habitual en el mundo del rock. Pero con Foo Fighters todo es distinto. La banda estadounidense sabe perfectamente cómo generar espectáculo. Son especialistas en romper esquemas. En 2014, su anterior disco, Sonic Highways, vino acompañado de una serie documental magnífica sobre los principales estudios de grabación de su país, en los que habían registrado las canciones del álbum. Casi se terminó hablando más de esa serie que del disco. Pero nada comparado a lo que pasó este verano. En julio, Dave Grohl y los suyos dieron un impresionante concierto en la Acrópolis de Atenas, un lugar donde antes se habían registrado óperas y habían cantado Frank Sinatra, Sting o Elton John, pero nunca una banda de rock duro. Tocaron a petición popular y, según reconocieron los productores de los eventos culturales en Acrópolis, fue un “acierto absoluto”.

La expectación es máxima hoy sábado en Barcelona, más cuando Foo Fighters, una de las bandas de rock’n’roll más planetarias, tuvo que suspender su anterior concierto en la ciudad. Fue en noviembre de 2015 a causa de los atentados terroristas sucedidos en la sala Bataclan de París.