Madrid y Barcelona se mezclan en las tablas
Las dos instituciones teatrales públicas de la capital están dirigidas por catalanes
Las dos instituciones teatrales públicas madrileñas más importantes están dirigidas actualmente por figuras venidas de Barcelona. El Teatro Español, de titularidad municipal, y los Teatros del Canal, dependientes de la Comunidad de Madrid, están comandados por Carme Portaceli y Álex Rigola. Y no son los primeros catalanes en estos puestos: Mario Gas estuvo al frente del Español de 2004 a 2012, mientras que Albert Boadella inauguró los escenarios del Canal en 2009 y dejó el cargo el año pasado. “Esto no es más que un reflejo del carácter acogedor y abierto de Madrid, que es lo que de hecho hace de ella una ciudad grande. Grande en el sentido de ciudad cosmopolita, diversa y permeable”, opina Portaceli.
Pero ¿por qué esa querencia por los catalanes precisamente? “En este momento creo que la coincidencia es meramente circunstancial, pero quizá antes tuvo que ver con la efervescencia teatral que vivió Barcelona hace 20 años, con unas producciones muy contemporáneas y varios directores que alcanzaron prestigio fuera de España”, responde Portaceli. Recordemos el caso de Lluís Pasqual, uno de los fundadores del Teatre Lliure de Barcelona, que fue llamado en 1983 para dirigir el Centro Dramático Nacional en Madrid. “Ahora todo se ha igualado. Incluso creo que Madrid vive ahora un momento más vibrante que Barcelona”, aclara.
Albert Boadella coincide en el carácter acogedor de Madrid. “Madrid tiene una enorme capacidad para asimilar a todo el que llega. Y nunca ha importado la procedencia de un artista. No se siente rechazo en absoluto por ser catalán”. Pero matiza: “Esta actitud no es tan recíproca en Barcelona. Un al to porcentaje de los que mueven la cultura en esta ciudad están condicionados por el nacionalismo. Y el hecho de que se primen las producciones en catalán hace que muchos montajes de Madrid no lleguen a Barcelona. El 80% de los espectáculos que están en cartelera ahora son en catalán”, apunta Boadella.
En la cartelera madrileña actual no faltan espectáculos de cualquier ciudad. Obviamente, muchos llegan de Barcelona porque es uno de los principales focos de producción del país. Y cada vez son más habituales las coproducciones. En Barcelona hay menos, por el idioma, pero siempre hay: la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Centro Dramático Nacional son habituales en la capital catalana. “Siempre ha habido colaboraciones. Madrileños invitados para dirigir obras en Barcelona y viceversa. Pero ahora mucho más por la crisis: nos necesitamos, las coproducciones son una manera de sortear los recortes de presupuesto. Y puedo decir que la suma nos está enriqueciendo, no sólo económicamente sino también en el plano artístico”, añade la directora del Español.
Babelia
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