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Cine

“No noto grandes diferencias culturales, al menos en el cine”

Directores y productores debaten sobre cómo afecta la tensión independentista al séptimo arte

Fotograma de 'La gran familia española'.
Fotograma de 'La gran familia española'.
Gregorio Belinchón

Todavía hoy la industria del cine tiene su centro en la capital. Y por eso hay una numerosa colonia de actores catalanes viviendo en Madrid. Otra cosa son los técnicos: cada vez es más habitual que un montador barcelonés venga varias semanas a Madrid a editar la película de un director sevillano, y se vuelva en el AVE. Borja Cobeaga, cineasta donostiarra afincado durante lustros en Madrid, ha vivido un tiempo en Barcelona antes de retornar a Madrid. “No noto grandes diferencias culturales, al menos en el cine. Vives un lado, ruedas en otro. No hay guetos. Yo creo que ni siquiera hay distintas idiosincrasias. El cineasta barcelonés Joaquín Oristrell, que ha trabajado mucho en las dos ciudades, dice que no hay diferencias, que se siente cómodo en ambos lugares”. Una de esas actrices y directoras emigrantes es Leticia Dolera. “Tengo un grupo de Whatsapp con una quincena de compañeros que se llama Catalanes en Madrid. Ha aumentado la producción en Barcelona, pero la mayor parte del trabajo, de los castings, se hace en Madrid, donde, si no leyeras la prensa, no parece que haya habido cambios”. Para Dolera, “sí es cierto que si vives en Madrid, el cine catalán en catalán puede que te olvide un poco”. Ella cree que en “Madrid es fácil vivir”. “No es conviertas en madrileño, sino sencillamente que te sientes acogido”.

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A pesar de eso, hay diferencias: en Madrid las películas catalanas subtituladas tienen un público muy circunscrito al de las salas de arte y ensayo, todo lo contrario, obviamente, que en Cataluña. Y hay grandes desigualdades en la taquilla de películas como La gran familia española, de Daniel Sánchez Arévalo, que pagó en Cataluña el adjetivo ‘española’ del título. Ramon Colom, el presidente de FAPAE, la confederación de los productores audiovisuales y otro catalán con el pie en ambas ciudades, confirma: “En líneas generales no hay grandes diferencias entre ambos lados, salvo las que provocan algunas decisiones de los talibanes catalanes en el poder. No he visto en ninguna de las instituciones estatales como el ICAA o los ministerios, represalias o voluntades de penalizar a quien ideológicamente está separado. Es difícil generalizar, pero creo que los catalanes no han logrado enamorar al resto de los españoles. Madrid para eso es más amable. Sí ha cambiado la visión de la cultura catalana desde Madrid. Crece el rechazo, ha evolucionado muchísimo comparado con hace dos décadas”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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