El futuro de los otros

La estética del realismo socialista -que se diría, por su propia naturaleza, totalmente resistente a cualquier impulso imaginativo- habilitó un espacio para la ciencia ficción, abordándola como vehículo para un Romanticismo de la sociedad futura, en expresión de Nikolai Bukharin. En el Congreso de Escritores Soviéticos celebrado en Moscú en 1934, se establecieron las bases programáticas de una nueva estética en la que podían convivir el retrato de la realidad presente en su desarrollo revolucionario y la evocación utópica de la sociedad futura. Tres décadas más tarde, la producción checoslovaca Ikarie XB-1 de Jindřich Polak nacía como encargo propagandístico sobre el contexto de una carrera espacial que, por aquel entonces, tras los sucesivos logros del R-7 Semiorka, el Sputnik y el viaje de Yuri Gagarin, estaba ganando el bloque soviético.

En el ámbito de la cultura popular, la batalla, no obstante, estaba teniendo otros resultados: en Estados Unidos, la década de los cincuenta fue el momento dorado de emergencia y esplendor de un cine de ciencia ficción que, espoleando y esculpiendo los miedos colectivos en torno a una otredad que, a menudo, era metáfora de la pesadilla roja, obtuvo un gran arraigo entre el público y, ocasionalmente, trascendió en fuerza poética. La dimensión utópica del cine de ciencia ficción de Europa del Este, por su lado, tuvo que conformarse con lucir su esplendor de espaldas al público, pero, como demuestra el rescate y la restauración de Ikarie XB-1 en estimulantes restos arqueológicos venidos de un Universo Paralelo de futuros posibles.

Inspirándose en la novela -en su día objeto de la intervención de la censura- La nube de Magallanes de un Stanislaw Lem que prefirió no aparecer acreditado, Ikarie XB-1 narra el viaje en busca de vida extraterrestre de una tripulación plurinacional hermanada por el twist –excepcional la escena de la fiesta- y, se supone, la utopía socialista, entre exquisitas composiciones de cámara, espectaculares decorados de sobrio y eficaz diseño, muy convincentes efectos especiales, una puesta en cuestión del siglo XX como mancha histórica y marcada gelidez narrativa.