Los nuevos profetas del rock político
Prophets Of Rage, con miembros de Rage Against The Machine y de Public Enemy, presenta su primer disco 'Unfuck the world'
Uno de los primeros conciertos que dieron Rage Against The Machine fue como teloneros en Los Ángeles de Public Enemy. El repertorio incluía una versión de un tema de Cypress Hill. La primera vez que B Real, miembro de Cypress Hill, supo de la existencia de Rage Against The Machine fue en un club de Hollywood al que le llevó un amigo. La banda, sobre el escenario, se dio cuenta de que él estaba entre el público, le invitó a subir y de lo improvisado aquella noche salió un tema que terminaría en el más célebre de los discos de Cypress Hill, Black sunday. La primera vez que Chuck D, líder de Public Enemy, supo que existía un combo llamado Rage Against The Machine, que mezclaba rock y hardcore con rap, fue cuando recibió de la banda una demo en un casete en cuya tapa había pegada con celo una cerilla. Fue a verles en directo. Al final del concierto, la audiencia destrozó el local. Se los llevó de gira como teloneros.
Todo esto sucedió a principios de los años noventa. En 2016, Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wink, de Rage Against The Machine, Chuck D y Dj Lord, de Public Enemy, y B Real, de Cypress Hill, se unieron para crear Prophets Of Rage. En principio, lo suyo iba a ser una especie de proyecto efímero cuya principal vocación era distorsionar lo máximo posible la campaña electoral estadounidense. Este sábado a las 23.30 presentan su álbum de debut, Unfuck the world, dentro del festival Download, que tiene lugar estos días en la madrileña Caja Mágica.
“Nos conocemos desde hace siglos y, aunque venimos de tradiciones algo distintas, lo cierto es que siempre ha habido una afinidad, tanto ideológica como musical, en lo que hacemos”, confirma a través de la línea telefónica B Real. “Cuando me comentaron la posibilidad de formar parte de este proyecto no me lo pensé dos veces. Solo por poder sentarme en un camerino y charlar sobre la actualidad con Tom o Chuck ya vale la pena cualquier cosa”. De las tres bandas que nutren Prophets of Rage, la de este rapero californiano de 47 años es tal vez la que poseía una agenda política menos clara. RATM querían acabar con el capitalismo, Public Enemy, con el capitalismo y la discriminación racial, y Cypress Hill, bueno, parecía que la legalización de la marihuana podría parecerles buena idea (al final han sido los únicos en lograr lo que pedían). “Esta gente sabe muy bien lo que dice”, interviene B Real con respecto a la vocación política de sus compañeros en Prophets of Rage. “Son tipos muy informados que saben que el mundo está jodido y que hay muy poca gente realmente implicada en la escena musical. Bueno, sí hay gente pero no se les escucha demasiado. Más allá de Kendrick Lamar, poca música con contenido suena en la radio”.
La anterior ocasión en que los tres miembros de RATM que no son su cantante, Zack De la Rocha, acometieron un proyecto musical juntos fue Audioslave. Ahí contaban con el recientemente finado Chris Cornell como vocalista, escorando el asunto hacia el alma rockera del combo y dejando algo de lado, además del rap la vocación política. Esta vez, la inclusión de dos raperos y un dj y el nada velado discurso protesta confieren a Prophets of Rage una idiosincrasia mucho más rica en matices y, sobre todo, más pegada a la realidad. “Vivimos tiempos muy locos y tenemos un presidente en Estados Unidos que no tiene ni idea de casi nada. Se cometió un enorme error, porque, aparte de no saber, no quiere aprender, solo está ahí para promocionar sus negocios. El tío ha logrado la mejor tribuna para colocar sus chanchullos y cuando se acabe la presidencia recoger todo lo sembrado”, comenta B Real.
Antes de convertirse en proyecto sólido, Prophets Of Rage funcionaban en lo musical como una entidad libre, donde B Real y Chuck D se repartían el protagonismo tras el micro de forma totalmente improvisada (“en los temas de Public Enemy yo tiendo coger las partes de Flavour Flav, pero en los de RATM nos miramos y nos damos paso”). En lo político, eran un grupo guerrillero que aparecía para tocar en sitios como la Convención Republicana de Chicago. “Fue muy emocionante, Yo jamás había hecho eso. Estaba lleno de policía. Peor fue genial. No me importaría repetirlo. Al principio yo era algo reacio a hacerlo, pero ahí aprendí que debo confiar en estos tipos. Y hoy estoy dispuesto a lo que sea por esta banda. Ellos también”.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.