La inagotable letra pequeña del Primavera Sound
El mastodóntico festival que se celebra desde hoy, con el Parc del Fórum como epicentro, cuenta con un listado de segundos espadas por el que cualquier otro festival mataría
No hay fin de semana que proponga encrucijadas más dolorosas. Habrá quien no encuentre aliciente alguno entre los cerca de 200 nombres que integran su cartel (los gustos van por barrios, como casi todo), pero para un buen número de melómanos que comulgan con su inabordable oferta, el Primavera Sound propone una programación que les obliga a marcarse su propia hoja de ruta y a elegir entre artistas cuyas actuaciones coinciden en el tiempo o se solapan en diferentes escenarios del recinto del Fórum. Desde aquí, y más allá de los nombres que a buen seguro focalizarán la atención mayoritaria (Bon Iver, Van Morrison, Arcade Fire o The xx), proponemos un Top 10 integrado por secundarios de auténtico lujo. Y que nadie se nos enfade si no ve en él a Pond, Wild Beasts, Broken Social Scene, Jeremy Jay o a King Gizzard & The Lizzard Wizzard: por algún sitio hay que recortar si no queremos volvernos locos.
- Saint Etienne: El cóctel retrofuturista que proponen desde hace casi tres décadas los londinenses Pete Wiggs, Sarah Cracknell y Bob Stanley, luce con su sempiterno brillo de siempre en el reciente Home Counties (Heavenly/PIAS), su primer álbum en los últimos cinco años. Nadie como ellos ha logrado fundir con más pericia el pop de corte eurovisivo, la herencia sixtie británica, la música disco o la electrónica más sutil. Editan discos solo y cuando les apetece (el libro Yeah, Yeah, Yeah, de Stanley, es uno de los más deliciosos tratados enciclopédicos sobre la historia del pop), y eso ya de por sí hace que casi siempre afinen el tiro. Actuán esta noche de miércoles, en el Parc del Fórum, a las 22.00h.
- Songhoy Blues: En tiempos de diáspora de músicos africanos por mor de las imposiciones de los señores de la guerra y los rigores del fanatismo fundamentalista que asola varios países del norte de África, los malienses Songhoy Blues son uno de los máximos exponentes de ese rock tuareg (o blues del desierto, como también se le suele llamar) que ha tenido que buscar su porvenir muy lejos de sus fronteras naturales. En la estela de Tinariwen, Tamikrest, Imarhan o Bombino. De hecho, su nombre es uno de los principales protagonistas del documental They Will Have To Kill Us First (Johanna Schwartz, 2015), que muestra ese exilio forzado. La suya es una de las presencias más destacadas de la cuota africana (tras la cancelación del histórico King Sunny Adé) de un festival que, un año más -contra lo que digan los estereotipos- no solo vive de indie rock. El sábado a las 18.00.
- Annette Peacock: Absoluto verso suelto en el cartel y gozoso foco de heterodoxia el que encarna esta veterana música neoyorquina, superviviviente a los experimentos psicodélicos de Thimoty Leary y figura de culto merced una forma muy propia de entender los preceptos del jazz de vanguardia. Algunos de sus temas han sido versionados por David Bowie, Brian Eno, Pat Metheny, Mick Ronson o Al Kooper, lo que da una idea de la dimensión del culto a su obra, que llega al Primavera Sound en horario solo apto para madrugadores: mañana jueves en el Auditori del Fórum, a las 17.30.
- The Afghan Whigs: Lo de Greg Dulli y sus secuaces es mucho más que una vuelta por la pasta gansa, con la coartada del canto a la nostalgia por los buenos viejos tiempos. Los dos últimos discos que llevan editados este siglo (el último, el reciente In Spades, editado por Sub Pop) certifican que su maceración de soul ardiente en composiciones de rock intenso, rara avis de la generación grunge, no pierde propiedades. La última vez que estuvieron en Barcelona, Dulli llegó a soltar esta frase lapidaria: “es por momentos como este que vale la pena dedicarse a esto: ni por las chicas, ni por las drogas, ni por el dinero”. Mañana jueves, a las 22.40.
- Teenage Fanclub: Se han convertido en toda una institución. En una inagotable escuela de estribillos eternos, rebosantes de ternura palpitante y una inspiración melódica que no remite con el tiempo, igual da que pasen ya casi tres décadas. Los escoceses son un punto y aparte en la escena pop internacional. Prácticamente un género en sí mismo, pese a que la triple B (Beatles, Byrds y, sobre todo, Big Star) fuera esencial para sostener los pilares de su reconocible sonido. El sábado a las 21.30.
-Royal Trux: Neil Hagerty y Jennifer Herrema forman parte de una de las sagas más imprescindibles del rock independiente norteamericano en su versión más sucia, desvencijada y mugrienta: la que nació de los seminales Pussy Galore y se ramificó también en Jon Spencer Blues Explosion, Boss Hog o The Howling Hex. Los Royal Trux de finales de los 80 y principios de los 90 eran como una trituradora que hacía trizas la herencia de The Velvet Underground, Stooges o Captain Beefheart. Habrá que ver si lo siguen siendo en escena. El sábado a las 19.25.
- Surfin' Bichos: Piedra angular del proto indie que hizo bisagra entre el declive de los dinosaurios del pop español de los 80 y las primera hornadas anglófilas de los 90, los albaceteños vuelven con uno de los mejores repertorios que nunca se han reunido en este país, sea del género que sea. Ya estuvieron en 2006, pero esta vez regresan con el 25 aniversario del fabuloso Hermanos Carnales (RCA, 1992) como excusa. El sábado a las 17.00, en el Hidden Stage.
-Jens Lekman: El músico sueco será otro de los nombres que justifiquen hacer un rato de cola para acceder el Hidden Stage. No frecuenta nuestros escenarios (su última visita data de 2012), así que su arsenal de imborrables y elegantes melodías, de las misma estirpe que las de Morrissey, Stephin Merritt, Burt Bacharach o Jonathan Richman, se reviste de excepcionalidad. Mañana jueves a las 18.00.
-Kevin Morby: Excelente oportunidad para ver de cerca a uno de esos songwriters de aliento clásico, deudor de Lou Reed, Tom Verlaine, Bob Dylan o Patti Smith, que -pese a ello- sabe revestir sus canciones de un halo de contemporaneidad. Mañana jueves a las 18.15.
-Japandroids: Su última criatura, Near To The Wild Heart of Life (ANTI/PIAS, 2017), les muestra algo más domesticados. Más cerca del rock springsteeniano de The Gaslight Anthem que del frenesí de Superchunk. Sin embargo, dicen que en directo este power duo de Vancouver sigue siendo una apisonadora, igual que en su ya lejana última visita al festival. Habrá que comprobarlo el sábado, a la 01.50.
Babelia
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