Falomir quiere que el Estado aporte más dinero al Prado
El director del museo reclama elevar la partida de 13 a 20 millones
Ganar espacio, rejuvenecer al visitante, modificar el relato expositivo de un museo “decimonónico” y, sobre todo, incrementar los recursos financieros: esos son los cuatro ejes de acción sobre los que se centrará el nuevo director del Museo del Prado, Miguel Falomir, de aquí a 2020. Ese es el titular del primer acto ante los medios protagonizado por Falomir, la presentación hoy del Plan de Actuación 2017-2010.
Tras los 15 años de modernización progresiva del museo protagonizados por Miguel Zugaza tanto en la gestión económica como en la vertiente científico-académica, su sucesor ya se aplica en lo que queda pendiente. Ante todo, El Prado quiere más dinero. Considera que ha pasado lo peor de la crisis y ahora el Estado tiene que empezar a mojarse en la reactivación económica de la pinacoteca.
Ahora mismo El Prado vive en un 70% de su propia generación de recursos, y en un 30% de las aportaciones del Estado. Falomir y su equipo financiero, liderado por la directora adjunta de Administración Marina Chinchilla, quieren que ese porcentaje se transforme en un 60%-40%. De ser así, los actuales 13,6 millones que aporta el Estado deberían incrementarse hasta alcanzar los 20 millones. “Sería mucho más lógico”, apostilla el director, quien pone un ejemplo comparativo que no deja de resultar sangrante: el Metropolitan de Nueva York también está obligado a generar un 70% de recursos propios… “pero lo hace teniendo leyes de mecenazgo que aquí no tenemos y con una cultura de aportación privada muy distinta”.
La estrategia financiera del Prado dice que en 2020 el presupuesto global tiene que ser de 50 millones de euros, lo que supondría un 7,51% más que el actual. Todos los recursos serán pocos para, entre otras cosas, sufragar el coste del denominado Campus del Prado, y en especial de la recuperación del Salón de Reinos: 30 millones de euros más IVA costará exactamente la ejecución del proyecto de Norman Foster y Carlos Rubio, para un edificio con el que el gran Prado ganará espacio expositivo pero cuyo uso no está del todo decidido a día de hoy (“acabo de llegar y en poco tiempo explicaré mis proyectos detallados”, dicho Miguel Falomir). Ese era el lugar que el anterior director, Miguel Zugaza, tenía reservado para acoger el Guernica de Picasso, aspiración que quedó definitivamente en vía muerta con las recientes declaraciones de Miguel Falomir a este diario: “El Guernica es un asunto cerrado”.
La declaración de las próximas conmemoraciones del Bicentenario del museo (2019) como acontecimiento de excepcional interés público por la Ley de Presupuestos es una de las bazas con las que la institución cuenta para obtener más y mejores recursos del mecenazgo privado. Además, El Prado apostará por el micromecenazgo como arma suplementaria de obtención de dinero, “y eso no solo tiene un interés económico, sino también y sobre todo social”, asegura Miguel Falomir, convencido defensor de un concepto que bien pudiera llamarse la gran familia del Prado.
El envejecimiento progresivo en la edad media del visitante es otro motivo de preocupación para los nuevos gestores. “Necesitamos una nueva base social y un rejuvenecimiento del visitante”, admite Miguel Falomir, que ha anunciado la puesta en marcha de toda una operación seducción en busca de nueva clientela, consistente sobre todo en nuevos programas educativos y nuevas campañas de captación de visitantes jóvenes.
Miguel Falomir está convencido de que el relato expositivo del Prado es tan apabullante como trasnochado. “Estamos en el siglo XXI y este museo nació en 1819, utilizando una idea presidida por el uso del nacionalismo. El Prado tiene una personalidad propia y ya no se puede guiar solo por criterios de fría historia del arte. Por ejemplo, ver a Velázquez, a Tiziano y a Rubens juntos en una misma sala a mí no me parecería ningún atentado, porque tenemos una obligación didáctica, sí, pero también la obligación de defender nuestra especificidad”.
El máximo responsable del museo ha dado a conocer las principales exposiciones que el Prado acogerá de aquí a 2020. Tras la dedicada a los tesoros de la Hispanic Society, que será inaugurada el lunes, llegarán Mariano Fortuny (de noviembre de 2017 a marzo de 2018), los bocetos de Rubens (de abril a agosto de 2018), los retratos de Lorenzo Lotto (junio a septiembre de 2018) y la monográfica dedicada al pintor español del siglo XV Bartolomé Bermejo (de octubre de 2018 a febrero de 2019).
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