_
_
_
_

Taburete: al éxito musical por el ‘big data’

La banda del hijo de Luis Bárcenas llena hoy las 17.000 localidades del WiZink Center con novedosas tácticas de promoción

Guillermo Bárcenas (segundo por la izquierda), con el resto de miembros de Taburete. Vídeo: videoclip de 'El fin'.
Fernando Navarro

No se ha conocido un fenómeno así en la música española desde Vetusta Morla. Una bola que crece a tal velocidad y tan al margen de los canales tradicionales de la industria discográfica que nadie se explica bien cuál es el secreto. El nombre parece una guasa: Taburete. Pero más las perchas informativas por las que se oye hablar de ellos, aunque en el trasfondo estén asuntos serios de pufos políticos y corrupciones: Guillermo Bárcenas es el hijo de Luis Bárcenas, extesorero del Partido Popular, y Antón Carreño es nieto de Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la CEOE. Son cosas que llaman la atención, pero no explican cómo en menos de dos años esta banda de pop melódico, con reminiscencias ochenteras y toques de ranchera, haya pasado de tocar en garitos a llenar las cerca de 17.000 localidades del WiZink Center de Madrid –una hazaña al alcance de pocos artistas del panorama indie español-, así como hacerlo de la mayoría de salas de la geografía española.

“Todo cambió cuando llenaron la sala Caracol (de Madrid) sin ninguna promoción”, cuenta Mauro Canut, responsable de The Good Click, una empresa de estrategia online. “Nos contactaron y juntos diseñamos la estrategia de trabajo con una discográfica propia, una agencia de comunicación y una mentalidad digital a través del big data”, añade. En este caso, el big data consiste en analíticas musicales nacidas de bases de datos en plataformas digitales como Spotify, YouTube y otras redes sociales. Estas bases informativas, que se pueden comprar, permiten ilustrar hábitos de escucha y tendencias del público. Como cuenta Canut, desde hace un año vienen trabajando con Taburete en micro segmentación avanzada poniendo publicidad y reclamos del grupo en la navegación digital. “Si queremos triunfar en Murcia, nos parece más efectivo aplicar publicidad en potenciales oyentes con reclamos del grupo en su Facebook o banners publicitarios en las web de Los 40, As o Marca que llenar de carteles la ciudad”, explica Canut.

“Es una publicidad dirigida al público que no es nada compleja en este caso. No juega con algoritmos extraños”, afirma Gemma Galdón, directora de Éticas, Research & Consulting, empresa que analiza los retos tecnológicos de la protección de datos. “A las grandes discográficas les está costando mucho actuar en este terreno”, añade. La campaña política de Barack Obama fue pionera en aplicar este tipo de campaña digital, donde las redes sociales también juegan un papel fundamental. También lo hacen de forma mucho más opaca bancos o empresas comerciales. “Hay mucho margen de error y mucho humo en algunos big data, pero, cuando sale bien, pueden crear fenómenos. Y la música parece un campo propicio, más cuando caducan cada vez más los canales de intermediación tradicionales”, señala Galdón.

En Taburete ha funcionado. Ya el pasado junio llenaron dos noches La Riviera mientras todas las grandes discográficas los querían fichar. Ellos siguieron con su estrategia digital, sin sonar en las radios, aunque sus canciones registren millones de reproducciones en Spotify y YouTube. Sin embargo, el big data es seguramente una de varias claves para entender el fenómeno. Su nombre no dejó de repetirse en medios de comunicación. A fin de cuentas, ahí están el hijo de Bárcenas y el nieto de Díaz Ferrán. “Para salir de eso del grupo del ‘hijo de’, hemos tenido que trabajar en contar lo que está pasando en internet con los miembros del grupo participando del entusiasmo de sus fans y rechazando ir a programas como Sálvame o Espejo Público”, apunta Vanesa García, responsable de I Pop You, la agencia de comunicación de la banda.

Aparte hay un componente indescifrable en sus canciones que les sitúa como los nuevos estandartes de lo que algunos llaman “pop pijo”, como si fuera una propia segmentación del público hecha por un todopoderoso big data histórico-social. Se les ve como los nuevos Hombres G o El Canto del Loco. “Si es así, empieza a haber muchos pijos en España. Es una tontería. Además lo dicen para caricaturizar. Ya paso después de oírlo tanto. A mí lo que me importa es que me escuchen”, se queja Guillermo Bárcenas, que también anda aburrido de que le pregunten por su padre. “El otro día dos chavales se acercaron a mi padre por la calle y le preguntaron: ¿usted es el padre del cantante de Taburete?”.

Videoclip de 'Sirenas'.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_