Juana de Ibarbourou se hace presente en el Día de la Mujer
Una reedición y una película celebran el 125 aniversario de la poeta uruguaya
Hoy se cumplen 125 años del nacimiento de Juana de Ibarbourou, la poeta oficial de Uruguay, en medio de un intenso debate social y parlamentario sobre las políticas de género. La reedición de un libro novelado de su biografía y el anuncio de una película coinciden con la convocatoria de una huelga general de mujeres. Ibarbourou (1892-1979) fue una figura de popularidad y presencia inmensas en la América Latina de los años 20, 30 y 40, cuando la poesía y las mujeres poetas ocupaban en el lugar que ocupan hoy las estrellas de rock.
Casada con un militar y madre de un hijo, la autora de Las lenguas de diamante tuvo una doble vida: sufrió violencia doméstica en su casa y recibió los mayores honores del Estado uruguayo y de sus contemporáneos.
"Fue una mujer transgresora para la época porque ninguna mujer había escrito sobre el amor con la libertad con que lo hace ella. Es la primera que nombra su cuerpo, sus pechos, su piel, todos los elementos que hacen a la erótica", explica el académico y escritor Jorge Arbeleche.
Con su imagen presente de todos los billetes de mil pesos que circulan en Uruguay, cuesta entender en recorrido vital de una mujer que se convirtió en símbolo oficial en vida. "Su poesía ha sido mal leída, con la conveniencia del momento. Es una poesía con un gran arraigo popular y eso le sirve al Estado", añade.
Miguel de Unamuno mantuvo correspondencia con ella, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca la visitaron en su casa de Montevideo. El poeta mexicano Alfonso Reyes y el peruano José Santos Chocano reivindicaron su figura; en los años 30 los poemas de Ibarbourou eran leídos y estudiados en los ecolegios de Latinoamérica.
Mientras recibía honores, Juana de Ibarbourou sufrió violencia doméstica y, como consecuencia de sus desgracias puertas adentro, se convirtió en adicta a la morfina.
En una biografía novelada que se reeditará el 8 de marzo (Al encuentro de las tres Marías), Diego Fischer recupera ese aspecto. "Sin ser feminista, tiene una actitud vital totalmente feminista. Después de quedar viuda en 1942, ella tiene una relación amorosa con un médico 22 años menor que ella. Él tiene 38 y ella 60 y los libros de esa época son muy elocuentes sobre su relación", destaca Arbeleche.
Sacralizada y oficial, Juana de Ibarbourou vuelve a la actualidad con la necesidad de una relectura de su obra a la luz del debate sobre la igualdad de género que agita a la sociedad.
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