Películas para volver a ser un niño

Con Pinocho aprendimos que no hay que mentir, con 101 dálmatas, el respeto por los animales, con El libro de la selva, el valor de la amistad, con Pocahontas, el amor por la naturaleza, con Mary Poppins, que la imaginación no tiene límites, con Dumbo, a volar, y con Peter Pan, que todo adulto debe mantener la magia de la infancia. Y así podría continuar una lista sin fin con todos y cada uno de los títulos que Disney ha brindado a lo largo de su historia. Las películas de esta factoría de fantasía han acompañado a muchas generaciones que han aprendido con sus relatos importantes valores y innumerables lecciones. EL PAÍS trae al quiosco 20 de estos clásicos Disney a partir del próximo 19 de febrero.

Han pasado ya 88 años desde aquel primer corto animados del personaje por antonomasia de la fábrica de ilusiones, Mickey Mouse, un simpático ratón que en un primer momento iba a recibir el nombre de Mortimer pero que fue modificado a última hora por el consejo de la mujer del creador de la factoría, Walt Disney. Después de él, vinieron muchos más. Los recuerdos de muchos adultos y el mundo de fantasía de muchos niños se tejen de personajes como el bonachón genio de la lámpara de Aladdin y el mono Abu, el divertido oso Baloo (que no paraba de buscar “lo esencial no más”), todos y cada uno de los enanitos, el cangrejo Sebastián, fiel acompañante de la sirena Ariel, las hadas de la Bella durmiente, que no llegaron a decidirse por el color del vestido de la princesa Aurora, o la señora Pot y el candelabro Lumière, que trataban de acompañar en su encierro a Bella. Secundarios de lujo todos ellos que sacan una sonrisa con solo recordar cualquiera de sus escenas y que han pasado a formar parte de la vida cotidiana. ¿Quién no tiene a su particular Pepito Grillo? ¿O hemos levantado el ánimo con un hakuna matata? Por no hablar de que un simple espagueti es capaz de transportar la memoria al beso de la Dama y el vagabundo.

Pero la vida también se compone de cosas malas, y por eso los antagonistas de las aventuras Disney también dejaron un poso en todos aquellos que sufrieron con sus fechorías. Es inevitable desear que Cruella de Vil (nacida del lápiz del histórico de la casa Frank Davis) fracase en sus maléficos planes, o que la madrastra y las hermanastras de Cenicienta se lleven su merecido, o anhelar que en señor Banks recapacite y empiece a prestar atención a sus hijos, o que Úrsula le devuelva la voz a Ariel. Nadie puede olvidar cómo se congela el corazón del espectador cuando se oye el disparo que cambia la vida de Bambi.

El gran gigante del entretenimiento revolucionó en los años 40 el mundo del cine gracias a sus películas de animación, muchas de las cuáles recuperaban ademas cuentos clásicos, y hoy es difícil imaginar el sector sin las historias de la factoría. Ahora, llega esta colección exclusiva e inédita a los quioscos de la mano de EL PAÍS para traer de nuevo estos mundos de fantasía.

Cada entrega incluye un DVD con uno de los clásicos acompañado del libro con el cuento con ilustraciones por 9,95 euros. Blancanieves inaugura la colección y el primer número incluye una caja contenedora para guardar toda la colección. Para volver a ser un niño en cualquier momento.