“Le recomendaría a Bachelet irse a un ‘spa’ tras su mandato”
La escritora chilena, Paulina Flores, contesta el carrusel de preguntas de este diario
La escritora chilena Paulina Flores (Santiago de Chile, 1988) ha tenido un estupendo 2016. Críticos, escritores y libreros contactados por Babelia eligieron su primer libro, Qué vergüenza, como uno de los hitos literarios del año que termina. Retratista de la vida de los chilenos del siglo XXI, confiesa que está enganchada al cantante estadounidense Frank Ocean y que sus rutinas de creación contemplan cigarros, café y chicles.
¿Cuál es el último libro que le hizo reír a carcajadas?
Varios, pero ahora sólo recuerdo Los hermanos Karamazov [de Fyodor Dostoyevsky]. Ah, sí: este año releí Madame Bovary [de Gustave Flaubert] y también me reí mucho.
¿Qué libros están normalmente es su mesa de dormir?
Los hermanos Karamazov y Luz de agosto [de William Faulkner] llevan un buen tiempo ahí.
¿Qué libro le cambió la vida?
En distintos periodos: El extranjero de Camus, El ruido y la furia de Faulkner y La isla de Cortés de Munro.
¿Cuál es su rutina diaria para escribir?
Entre la una y media y las dos de la tarde, dependiendo de la hora a la que almuerce, y hasta las seis. Necesito cigarros, dos paquetes de chicles y dos cafés.
¿Con quién le gustaría sentarse en una fiesta?
Con Rihanna, pero no para estar sentada justamente.
¿Qué significa ser un escritor?
Tantear en la oscuridad.
¿Qué libro regalaría a un niño para introducirlo en la literatura?
El ruiseñor y la rosa de Oscar Wilde.
¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?
Mi departamento.
¿Qué libro le hubiese gustado haber escrito?
La señora Dalloway de Virginia Woolf.
Si pudiera adquirir cualquier pintura ¿cuál sería?
Safo de Charles Mengin.
¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?
Mi padre: que cuando caminara sola y de noche por una calle, recogiera dos piedras grandes, una para defenderme y otra para tirar a alguna ventana, con el fin de llamar la atención, hacer ruido y que salga gente a ayudarme. Mi mamá siempre me aconsejó tener paciencia.
¿Qué la deja sin dormir?
Casi todo.
¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?
Con Don Draper o Peggy Olson.
¿Lo que está deseando comprarse?
Estoy entre comprar un horno eléctrico o unas zapatillas.
¿El mejor souvenir que ha llevado a casa?
Un espejo, en forma de corazón y metálico. From (desde, en inglés) Oaxaca.
¿La última música que descargó?
Blonde, de Frank Ocean.
¿Qué música escucha en el coche?
No tengo auto, pero cuando ando en bicicleta escucho radio o pop para darme energías en el pedaleo.
¿Qué espacio de su casa es su favorito?
La única ventana que hay en el living desde donde fumo.
¿En su nevera siempre hay…?
Mayonesa, sin huevo.
¿Algún sitio que le inspira?
Los lugares baldíos.
¿El mejor regalo que ha dado últimamente?
Una maleta.
¿A qué edad se dio cuenta de que quería ser escritora?
A los 20.
¿Qué te reprochan tus amigos?
Le hice esta pregunta a algunos amigos, pero la lista quedó demasiado larga como para escribirla.
Si pudiera tener un superpoder…
Parar el tiempo.
¿Dónde no querría vivir?
En Australia.
¿Qué es un buen fin de semana?
Dormir hasta tarde, todo el día, intermitentemente si es posible.
¿Le da miedo decir a quién vota? ¿A quién?
No, en las últimas elecciones municipales voté por Daniel Jadue, del Partido Comunista.
¿Qué le diría a su presidenta?
Me gustaría hacerle unos comentarios sobre la reforma educacional y preguntarle por la ley de aborto, por las AFPs (el sistema de pensiones) y el matrimonio igualitario. Pero terminaría recomendándole irse a un spa en Tahití para cuando acabara su mandato y olvidarse de todo el mundo, en especial de los hombres.
¿Messi o Cristiano?
Bolt.
Babelia
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