Este no es el Spiderman de tus padres
El Peter Parker actual ya no es un joven con problemas, ahora es un empresario millonario
Un joven marginado y con bastante mala suerte tiene que aprender a combinar su vida de superhéroe y trepamuros con su rutina personal, el amor y la amistad. Esa es la descripción de Spiderman que todos —hasta el mayor neófito— conocemos, ese Peter Parker que triunfa en la página desde 1962 y que ha sido trasladado al cine en seis superproducciones y hasta en un musical de Broadway. Ese será también el que veremos en la próxima Spider-Man: Homecoming en 2017, ahora con un actor mucho más joven como Tom Holland. Pero el lector que decida asomarse por las viñetas hoy no se encontrará con ese icónico personaje.
Todo lo contrario: quien se compre un número actual de El asombroso Spiderman se topará con un Parker magnate, dueño de una multinacional internacional, espía con superpoderes miembro de SHIELD, karateka y célebre playboy a nivel global. El héroe tiene incluso coches y aviones personales con forma de redes. Mientras, Mary Jane, su novia de siempre, prefiere estos días pasearse junto a Tony Stark. Puede sonar casi a Batman o al Tony Stark cinematográfico, aunque en realidad es simplemente la evolución lógica de este icono de Marvel, cuyos autores han decidido por fin atreverse a dar pasos que habían rehuido durante décadas, algunas veces directamente frenando cualquier cambio de statu quo de golpe y porrazo.
"El poder de Peter Parker ahora es mucho mayor que el de Spiderman, el del intelecto, y con eso nace la verdadera responsabilidad. Llevar su lema hasta el máximo aliento. Todo estaba construido para llegar a este punto", explica el guionista Dan Slott: "Todos seguimos cometiendo errores". Madurar no quiere decir volverse infalible". Aunque, claro, para otros este paso a multimillonario a lo Mark Zuckerberg rompe claramente la esencia de ese personaje con el que el lector siempre se había podido identificar.
Este salto en la página parece casi sacrílego para el lector menos acostumbrado con el cómic mensual, aunque en realidad esta evolución también es una continuación lógica de las primeras aventuras de Stan Lee y Steve Ditko. Julian M. Clemente, editor de Panini (Marvel en España) y escritor de Spiderman: Las historias jamás contadas, cree que esta evolución también es parte importante del personaje, y, de hecho, que así debía ser reflejado en el cine: "Marvel debería aprender la lección de Harry Potter y estrenar una película al año para verlo crecer y cambias de hábitos con el espectador. Sería el Spidey de una generación", explicaba hace unos meses.
Spiderman pasó del instituto a la universidad en solo una treintena de números. Esa misma década, Gwen Stacy, que parecía su amor eterno, su Lois Laine idílica, murió en el mítico número 121 a manos del Duende Verde (en una escena que Gil Kane y John Romita imprimieron en la mente de los seguidores). Más de 700 números después era hora de imprimir cambios de verdad definitorios.
Desde entonces, es verdad, los pasos habían sido mucho más graduales. En 1987 se casó con Mary Jane, años antes había estrenado un traje negro y en lo laboral el guionista J.M. Straczynski, por ejemplo, decidió hacerlo profesor de instituto ya en el siglo XXI. Poco después se convirtió en vengador de manera oficial. Otras, en cambio, Marvel decidió dar pasos atrás para no arriesgarse demasiado y volver así a la casilla de salida. Así sucedió cuando la Tia May resucitó de su supuesta y emocionante muerte por una jugarreta de Norman Osborn; cuando el embarazo de Mary Jane se olvidó tras dos años con barriga o cuando el demonio Mefisto hizo que nunca existiera el matrimonio protagonista ni el descubrimiento de la identidad secreta de Spiderman por parte de su tía. "Lo hizo la magia", según explicaría la caricatura de Stan Lee de Los Simpson. Pero estas vueltas atrás en la continuidad, de momento, se acabaron.
Si esta decisión se ha tomado ahora, eso sí, es porque el universo Marvel ya tiene en sus filas un Spiderman clásico, pese a que no se llame Peter Parker. Desde que el adolescente Miles Morales, negro, latino y mucho más joven que el oficial, aterrizó en la línea temporal principal 616 cumple todas las características del antiguo arácnido (salvo por el traje y el color de piel, claro). El protagonista de la serie Spiderman de Brian Michael Bendis todavía es un adolescente con ímpetu por descubrir nuevo mundo y por desarrollar sus talentos desde Nueva York. Ha pasado su parte de drama, pero ni mucho menos similar a la complicada suerte Parker.
Los lectores más fieles, además, han madurado también con el arácnido (si bien no todos se habrán convertido en playboys multimillonarios). Hoy la mayoría, por suerte o desgracia, ya no son los adolescentes que compraban cómics en el quiosco, son treintañeros con trabajo y familia. Las historias del pasado siguen allí para releerla, y los niños tienen suficientes series paralelas para engancharse hoy al Spidey de siempre (incluso una con su hija nonata ya adolescente).
¿Volveremos a ver alguna ver al Spiderman/Peter Parker primigenio? Posiblemente sí. Dentro de un tiempo llegará algún alto ejecutivo que decidirá que, antes de que coja el taca-taca, será hora de volver al Spiderman que amábamos y adorábamos, el que está imprimido en el subconsciente popular. De repente, su empresa caerá en quiebra y vuelta a la casilla de salida. Pero, mientras tanto, es divertido ver a Parker evolucionar, cambiar y desarrollarse, como Lee y Ditko siempre quisieron. Para el resto, siempre quedarán las etapas de Roger Stern, J.M. Dematties o Gerry Conway.
Dan Slott, el guionista tras las redes
Para entender este cambio de Spiderman en las viñetas es necesario conocer a su guionista, Dan Slott, que lleva desde 2008 encargado de la serie principal del arácnido (una proeza sin parangón en la industria actual). Su trabajo es tan odiado como amado.
Su andadura comenzó precisamente tras One More Day, que dejó sin validez el matrimonio con Mary Jane. Después de eso, ya no había dolor, podía llevar a cabo por todo tipo de giros sorprendentes y aguantar cualquier insulto en Twitter. Su andadura ha sido fresca, diferente y entretejida con la continuidad. Presentó nuevos secundarios e introdujo villanos en una de las mejores galería de enemigos del cómic. Pero nunca ha estado exenta de polémica.
Se atrevió a crear potentes armaduras para su protagonista, a enviarlo en un viaje interdimensional donde se enfrentó con arácnidos de todas las realidades e incluso a matar a Peter Parker para meter la mente del maligno Doctor Octopus en el cuerpo de Superior Spiderman. Fue entonces cuando recibió a una masa enfurecida que se acercaba con antorchas a su Twitter. Pasaron los meses, la serie se convirtió en un éxito de crítica muy bien desarrollada, y cuando todo acabó por la magia del cómic y recuperó a Parker, el escritor volvió a recibir las quejas. Aunque esa transformación fue la que empujó la serie de cambios entretejidos que han llevado la serie a estas consecuencias. El redes se dio cuenta de que Octavius había mejorado su vida en muchos aspectos. Era el momento de sentar la cabeza, dar rienda suelta a sus postergadas investigaciones y desarrollar nuevos poderes para su traje. Así nació el Spiderman que conocemos hoy, más maduro y poderoso capaz de luchar con algo más que ladrones callejeros, pero al mismo tiempo alejado de Tony Stark trabajando para la gente de a pie.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.