Lucha contra el crimen y clases preparto
La Spiderwoman dibujada por Javier Rodriguez está a punto de dar a luz
No: no es la novia, hermana o hija de Spiderman. Tampoco comparten poderes o historia iniciática. Spiderwoman es uno de los tantos personajes de Marvel Comics creados para evitar que la competencia, con intención de arañarle potenciales compradores, idease contrapartidas femeninas de sus héroes. ¿Era esta una batalla entre grupos editoriales por ganarse a las lectoras con sus publicaciones? “Las portadas que tenían antes los cómics de superheroínas parecían las de una revista para adultos; una especie de softcore porn mal disimulado”, desmiente Javier Rodríguez, uno de los artistas encargados de invertir esa tendencia con, precisamente, Spiderwoman.
“¿Sabes que yo dibujaba para el Tentaciones antiguo? Creo que me dieron el trabajo en su momento porque tenía módem: flipaban con lo rápido que les llegaban los dibujos”, bromea Javier. Desde su primera obra autopublicada Love gun, pasando por su debut en el mercado americano coloreando Batgirl: año uno, o la consagración como dibujante que le ha supuesto su actual etapa en Spiderwoman, los cómics que han marcado la vida profesional de Javier Rodríguez repiten constante. “Ya como lector siempre me han gustado mucho los tebeos que presentaban personajes femeninos de una forma distinta a la habitual. Para mí cosas como Sally Forth de Wally Wood o los dibujos de Frank Frazetta fueron unas influencias de la hostia, pero lo que realmente me marcó fue descubrir en su día Tank girl o el Love & rockets de los Hernández”, dice Rodríguez de dos títulos que fueron publicados en la ya mítica revista El Víbora, una de las primeras cabeceras en las que trabajase el autor. Ahora, pese que se confiesa tan interesado en el cómic independiente como durante su etapa de formación, se sabe parte del mainstream. “¿La diferencia entre lo que hacía antes aquí y lo que publico ahora en Marvel? La misma que existe entre escribir una nota que cuelgas en la nevera o escribir un best seller. En España no hay industria, mal que nos pese a los que nos dedicamos a esto”.
Este mes llegaba por fin a las librerías españolas Spiderwoman: trapos nuevos, un volumen recopilatorio que recoge los cinco primeros números del personaje dibujados por Javier Rodríguez y guionizados por Dennis Hopeless. El primer arco argumental, con una Spiderwoman tras la pista de mujeres de villanos desaparecidas, marcará las pautas de lo que será esta serie: aroma entre pulp y pop, sense of wonder a pie de calle y, por encima de todo, emancipación femenina. Ese “trapos nuevos” que promete el título no sólo hace referencia a la renovación del uniforme clásico que vestía la heroína, sino que define a la perfección lo que están logrando títulos tan notables como esta Spiderwoman, la Capitana Marvel o el Moon Girl and Devil Dinosaur de la también española Natacha Bustos: modificar el dial de los cómics Marvel para que también puedan proyectarse en ellos las lectoras. “Puedes encontrar todos los contextos y las explicaciones sociales que quieras para argumentar por qué esta industria ha sido tan masculina, pero eso tiene que quedar atrás por completo”, dice Javier. “No es negociable. Es un deber”.
Si en Spiderwoman: trapos nuevos podemos asistir a la refundación radical de Jessica Drew -la mujer bajo la ya-no-máscara de Spiderwoman-, los que sigan la edición americana de la serie ya sabrán la noticia bomba: la superheroína espera un bebé. “Me gusta que estemos tratando el embarazo desde una perspectiva poco vista en los cómics”, se enorgullece Javier. “El hecho de no saber quién es el padre y no ahondar en el tópico de atribuir el embarazo a un desliz, considerarlo un engorro, o algo por lo que Jessica debería sentirse culpable, es un movimiento realmente potente”. Como si se tratara de una versión para geeks de Erin Brockovich, la Spiderwoman de Rodríguez y Hopeless funciona perfectamente como metáfora y defensa de la conciliación entre (pre)maternidad y vida profesional: Jessica Drew, pese a estar en avanzado estado encinto, no desatiende sus obligaciones en lo que a lucha contra el crimen se refiere. La realidad, que a veces le da por imitar a la ficción, permitió a Javier Rodríguez tomar apuntes al natural cuando fue padre hace algunos meses. “Utilicé cosas de mi propia experiencia, claro. Pero el parto de mi mujer fue natural y el de Spiderwoman… Bueno, digamos que será más sofisticado”, dice, y habrá que creerle: las primeras contracciones sorprenderán a Jessica rodeada de skrulls, unos alienígenas de sobra conocidos por el lector habitual de Marvel.
“Cuanto más grande es una editorial, más difícil es que sus publicaciones te seduzcan, porque los personajes y sus franquicias tienen que cumplir unas normas ya pautadas. Sin embargo, en el caso concreto de Spiderwoman, puedo decirte que está siendo muy emocionante trabajar en la serie. Es el mejor trabajo que he hecho nunca”. Si la repercusión de este cómic se ha debido precisamente a su facilidad por generar titulares de tabloide, basta con hojear Spiderwoman: trapos nuevos para corroborar también que Rodríguez es puro músculo cuando se trata de contar historias en viñetas. Ya sea por esas páginas en lectura nube, donde no importa por dónde empieces la lectura, como por aquellas donde se repite el tamaño de viñeta para atacar al subconsciente del lector, las soluciones estilísticas del dibujante son suficientemente asombrosas por sí mismas para convertir esta serie en una obra de culto instantáneo. “En dibujo, me interesa más la parte narrativa que la gráfica. Marvel es una plataforma ideal, porque publicando con ellos llegas a muchísima gente, pero sobretodo porque sirve de laboratorio para experimentar con cosas que me interesan artísticamente, y además lo hago con personajes con los que he crecido y a los que adoro”.
“DK2 es mi cómic favorito de Batman porque es una obra adelantada a su época, al mismo nivel que lo fueron el Surfer Rosa de Pixies o The Velvet Underground & Nico”. Las referencias musicales no cesan durante la charla con Javier, que confiesa haberse inspirado en Little boxes de Peter Seeger para uno de los números de la serie. Y es que todo el mundo tiene un pasado: Rodríguez formaba parte de Kactus Jack, uno de los primeros grupos indies del país. “Incluso llegamos a sacar un split con Australian Blonde en el sello Subterfuge Records”, recuerda el artista. La tentación de preguntarle a qué suena Spiderwoman: trapos nuevos es demasiado fuerte. “Leí el guión que me pasaron y le vi un rollo Human League, con bajos muy marcados, teclados fuertes, neón y luces, pero cuando empecé a dibujarlo me di cuenta que le iba más algo tipo PJ Harvey; algo más noventas. Creo que el cómic que estamos haciendo tiene un punto de blues revisado, a lo Nick Cave o Spiritualized”.
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