Pastiche psicológico
Toda la película es monocorde e indiferente, como si se hubiesen entendido fatal 'El silencio de los corderos' y 'Paranormal activity'
Cuando un thriller psicológico que persigue ya desde el título la singularidad y la perversidad acumula ramplonería visual de segunda mano durante casi todo el metraje y su única imagen mínimamente perturbadora, una muerte en una bañera, llega casi en su desenlace, a la hora y media de película, es que se han calculado mal las pretensiones. El debutante Hugo Stuven apunta alto desde el inicio con una imagen en helicóptero sobrevolando los míticos puentes de Nueva York. Música envolvente, intrigante. Es una película española pero parece una producción estadounidense de los noventa. Sin embargo, Anomalous no es más que un pastiche aglutinador de referencias comerciales del cine y la televisión que nunca logran otorgarle identidad. Quizá con una pizca de apariencia si se ven imágenes sueltas, aunque absolutamente vacío conforme se desvela su metodología.
ANOMALOUS
Dirección: Hugo Stuven.
Intérpretes: Lluís Homar, Christy Escobar, Edgar Fox, Ben Temple.
Género: thriller. España, 2016.
Duración: 100 minutos.
El hilo conductor de Anomalous es el interrogatorio de una joven y guapa policía al reputado psiquiatra de un esquizofrénico envuelto en un caso criminal. El relleno son flashbacks del enfermo, en forma de grabaciones caseras en vídeo, con las que se pretendía demostrar que sus visiones solo eran alucinaciones. Toda la película así; monocorde e indiferente, porque ni las grabaciones perturban ni la entrevista, plagada de charla psiquiátrica de wikipedia, banal para la narrativa del relato, tiene el menor interés. Como si se hubiesen entendido fatal El silencio de los corderos y Paranormal activity, mezclando ambas con escuadra y cartabón, y añadiéndole un desenlace sorpresa en la línea trilera del conjunto
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