A la ópera por primera vez
El Teatro Real inaugura con ‘El sastrecillo valiente’ su temporada infantil
Al niño que entra por primera vez en el Teatro Real se le nota. Porque está tan absorto mirando al techo que tiene todas las papeletas para dar un traspiés. Porque cuando empieza la obra su rostro se empapa de sorpresa. Se encarama a la butaca de delante para no perder detalle. Y porque cuando ve aproximarse al malo, advierte al resto de protagonistas. En voz alta. No vaya a ser que les pille de improviso. “Es bellísimo, un momento muy bonito”, describe Rita Cosentino responsable del Departamento Pedagógico del teatro madrileño, que ha visto estas reacciones repetirse en cadena. Esta temporada pretende volver a provocarlas con un programa que abre el espectáculo El sastrecillo valiente el 30 de octubre.
Son siete las producciones que integran El Real Junior, la temporada infantil 2016/2017 del teatro, que cuenta con ópera, danza, títeres y conciertos. Además ofrece nueve talleres basados en la programación principal del coliseo. “La música no es difícil para ningún público. No es necesario tener mucha información previa porque somos seres sensibles y, por tanto, todos tenemos la capacidad de percibir y apreciar el arte”, explica la responsable del Departamento Pedagógico. Los espectáculos están dirigidos al público infantil de todas las edades, pero como señala Cosentino, no es lo mismo montar una obra pensando en un espectador de cuatro años que en uno de 11.
Esta temporada el Real apuesta por primera vez por una obra dirigida a bebés de 0 a 24 meses: Alibabach, un espectáculo de música, danza y teatro que explora el universo del compositor Johann Sebastian Bach. Aquí, el escenario desaparece y los pequeños interactúan directamente con los intérpretes. “A un bebé no se le puede contar un cuento, porque no lo entiende. Así que con ellos trabajamos la pura estimulación”, detalla Cosentino.
La narración sí es muy útil, sin embargo, para enganchar al público de entre cuatro y seis años. A esta edad, el niño empieza a comprender el mundo. Y los arquetipos que le ofrecen los cuentos le sirven para asimilarlo. Funcionan como una especie de ensayo previo a la vida, según cuenta Cosentinio. Dirigidas a este tramo de edad están las obras Una historia de la danza. Transfórmate, El sueño de una noche de verano y La flauta encantada, una adaptación de La flauta mágica. “Las óperas de Mozart tienen moraleja, personajes arquetípicos que son muy fáciles de reconocer. Muchas de sus obras son aptas para los niños tal cual están”, matiza.
Con siete años, además del yo entra en juego una segunda dimensión: el otro. “Empiezan a mostrar empatía, se enfrentan a los problemas de la gente de su entorno y se dan cuenta de quiénes son y cómo se quieren definir en el mundo”. Perfecta para esta franja es El sastrecillo valiente, Claros de luna y El gato con botas. También la ópera Dido y Eneas que formó parte de la temporada infantil 2015/2016 y que este año el Real llevará a las salas de cine el 9 de mayo con motivo de la celebración del día europeo del género. “Es una pieza muy adecuada porque tiene elementos como los celos y la amistad que hablan a los niños de la relación con los demás y su música, aunque parezca lo contrario, es simple y tiene arias increíbles con las que se quedan embobados”.
La retransmisión del programa de El Real Junior es otra de las novedades de la temporada. No solo saltará a la gran pantalla Dido y Eneas, también Brundibár, una ópera infantil que se representó en el campo de concentración de Terezín en 1943. Esta, que también subió a las tablas del real la temporada pasada, se podrá ver en los cines el 27 de enero con motivo del día internacional del Holocausto.
La programación infantil del teatro se cierra con los talleres musicales ¡Todos a la Gayarre! Y representaciones en centros escolares. El Real sienta así las bases para atraer a sus tablas al público del futuro.
Babelia
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