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DANI MARTÍN

Dani Martín: “La credibilidad ya no es una lucha para mí”

El cantante quiere llevar el rock a los teatros con un disco que habla de dos rupturas sentimentales y media

El cantante Dani Martín en el centro de nuevos creadores de la Escuela de Cristina Rota, en Madrid, la semana pasada.Vídeo: ULY MARTÍN.
Patricia Peiró

No se sabe muy bien si a Dani Martín sigue viviendo experiencias para poder tener munición para sus discos o si es un adicto a las emociones. "Si dejaran de pasarme cosas sería una putada. No sé si sabría conectar con la gente si escribo sobre algo inventado", confiesa. En los tres años que han pasado desde su último trabajo, Martín se ha enamorado y desenamorado dos veces y media y todo lo que sintió en esos momentos se lee en las canciones que componen su nuevo álbum, La montaña rusa (Sony). De esas experiencias ha nacido un disco en el que recupera su sonido más potente. "Lo que me ha sucedido a mí, es lo mismo que a todos", afirma con tranquilidad.

Su tercer álbum en solitario recuerda a esos sonidos guitarreros y explosivos a los que acostumbraba aquella banda que acaparó las listas de ventas a finales de los 90 y principios de los 2000, El canto del loco. "Ha llegado el momento de dejarle un lugar a esa parte de mi vida que decidí apartar hace seis años", asegura. Para demostrar que no reniega de su pasado está sentado a escasos metros del banco en el que nació el grupo, en la escuela de Cristina Rota, en el corazón de Lavapiés. Han pasado 20 años de aquello pero recuerda perfectamente cada detalle: "Allí estaba mi clase de Music hall, allí la de cuerpo, allí la de interpretación y la del fondo era la de improvisación...", recita. Al acabar la jornada, siempre se quedaba trasteando con la guitarra con su compañero y posteriormente miembro del grupo, Iván Ganchegui.

Grabado en Abbey Road

Para grabar este disco, se instaló durante algunas semanas en los estudios Abbey Road, de Londres. Sí, los de The Beatles. "Pensábamos que iba a ser algo así como un museo de la música y cuando llegamos, nos dimos cuenta de que es el mejor lugar en el que se puede hacer un álbum. Fue mágico". El artista reivindica también el camino que ha recorrido para "poder estar allí".

En esa época le cabreaba que ciertos sectores no les tomaran en serio por el hecho de vender muchos discos o "gustarle a las chicas". Ahora ha dejado de buscar la aprobación de todos. "Hace tiempo que dejé de intentar gustar a todo el mundo, prefiero dedicarle el tiempo a la gente a la que le intereso. La credibilidad ya no es una lucha para mí". En su caso, el hecho de que la fama llegara tan rápido le hizo endurecerse ante las críticas, o al menos, es lo que intenta transmitir: "Cuando empiezas a sonar en la radio, parece que dejas de ser interesante y eso es una idiotez. A mí me parece muy enriquecedor escuchar todo. Que suene Kase-O y la siguiente canción sea una de Raphael".

No está bien basarse en suposiciones, pero alguna chica ha tenido que enviar algún Whatsapp a Martín preguntándole si el disco está dedicado a ella. Cada uno de sus versos describe milimétricamente lo doloroso que es un adiós. "Este proyecto habla de dos combates y un pesaje (el paso previo al combate en el que pesa a los luchadores), viene a contar lo jodido que es dejar y que te dejen", explica. El símil pugilístico viene por su afición a este deporte, que para él está lleno de camaradería y superación, y porque es la imagen elegida para la portada del trabajo. Un Dani Martín que sortea los golpes en el ring.

Dijo su gran amigo Leiva en una ocasión: "Algunos van al psicólogo, los músicos hacemos canciones". Dani Martín apunta que le ayuda tanto la terapia como el estudio de grabación que tiene en su casa. Son dos artistas con unas carreras más o menos paralelas. Ambos comenzaron en dos grupos de éxito y decidieron abandonarlos para continuar a su aire. Este álbum contiene un tema que escribió expresamente el ex de Pereza para su amigo, Madrid, Madrid, Madrid. "Me identifico con él porque somos dos sufridores y dos personas sensibles. Para mí es como un hermano mayor", reflexiona Martín.

Cuesta arrancarle una sonrisa, aunque es cierto que esa imagen que proyecta de chulito no se corresponde con el cara a cara real. "¿Ves?, eso también son prejuicios". Puede ser. Y ahí va otro: cabría esperar que su vuelta a las canciones más potentes se vería en grandes espacios y sin embargo va a optar por meter el rock en teatros en la gira de presentación de este trabajo. "Así soy yo", y aquí sí que esboza una sonrisa. Una montaña rusa.

Sobre la polémica del 'reggaeton'

"Si la vida me diera solo dos últimas opciones y esas fueran hacer una canción reggaetonera de estas de moda de ahora, o morir, elegiría MORIR". Esto publicó Dani Martín en su cuenta de Twitter y empezó el chorreo. Que si "a ver si tu te crees Bethoven", que si "a ver si La madre de José es una obra maestra"... "Me quedé sorprendido de que un simple comentario tuviera tanta repercusión", comienza a explicar. "Hice un viaje de Cádiz a Madrid escuchando todo el tiempo reggaeton y todos los temas tenían el mismo ritmo - y comienza a imitarlo con onomatopeyas - así que pensé que si mi compañía me propusiera hacer un disco así o la muerte musical, preferiría la muerte". Martín asegura que respeta a los clásicos de este género, como Julio Voltio. "Para esa gente que me critica todo lo que haga va a ser una mierda, así que para qué perder el tiempo", zanja.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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